“Milei quería interiorizarse de primera mano cómo es el sistema (de indemnizaciones) de la construcción”, explicó a Infobae el líder de la UOCRA, Gerardo Martínez, acerca de su reunión secreta con el candidato presidencial de La Libertad Avanza. Este sindicalista, uno de los principales promotores de la postulación de Sergio Massa y miembro del sector mayoritario que maneja la CGT, reveló también que Milei “no quiere hacer reforma laboral, no es el capítulo que más le interesa; el capítulo que más le interesa es el tema de la macroeconomía y cómo bajar los índices de inflación”.
De todas formas, dijo que se trató de “una reunión más de las que puedo tener porque hablo con todo el mundo” y aclaró que no implicó ningún viraje político: “Hablamos de que yo estoy con Sergio Massa y de que creo que Sergio Massa va a ser el candidato que va a ganar las elecciones”.
Milei y Martínez, como anticipó Infobae, se reunieron en la mañana del viernes para analizar la crisis económica y el escenario político-electoral. El encuentro fue a solas, a pedido del líder libertario a través de “amigos en común”, y se extendió durante más de una hora. El sindicalista concurrió a título personal y no en nombre de la CGT. Cerca de Milei destacaron la “razonabilidad” del dirigente.
Martínez no es un gremialista más: es secretario de Relaciones Internacionales de la CGT y secretario general del sindicato de la construcción, uno de los más poderosos de la Argentina. Integra el sector de los “independientes” junto con Andrés Rodríguez (UPCN) y José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), como parte de la fracción más dialoguista de la CGT asociado con “los Gordos”, corriente en la que figuran Héctor Daer (Sanidad) y Armando Cavalieri (Comercio). Todos son dirigentes que se caracterizan por haber tenido una buena relación con los gobiernos de cualquier signo político.
El jefe de la UOCRA, en particular, es una suerte de “todoterreno” del diálogo que tiende puentes permanentes con sectores muy disímiles, desde dirigentes de La Cámpora hasta la embajada de Estados Unidos y el empresariado, pasando por la Iglesia, dirigentes de la oposición y Juan Grabois.
En la charla con Infobae, el titular de la UOCRA confirmó el encuentro y aseguró que le había advertido al líder libertario que “cualquier reformulación para un desarrollo productivo y económico tiene que generar puestos de trabajo sin pérdida de derechos”. Y, además, que le remarcó que “el papel del Estado es primordial” porque “sin Estado no hay Nación”.
— ¿Para qué fue la reunión con Milei?
— Yo no la generé, me convocaron y estuve porque soy un tipo que apuesta al diálogo. Siempre cuestioné severamente la falta de diálogo entre los sectores políticos que están relacionados en el interés nacional. El diálogo es fundamental para sacar a la Argentina del abismo.
— ¿Por qué Milei quería hablar con usted?
— Él quería tener una relación directa para informarse sobre cómo era el sistema (de indemnizaciones) de la construcción para no hablar de más ni de menos, sino específicamente. Yo le expliqué cómo era el sistema y lo que significa para la industria, que tiene una característica especial. Más allá de la ley, lo hemos reformulado con toda la estructura de la digitalización, creando una tarjeta. Soy constructor, donde mejoramos las condiciones y elevamos el status laboral. Hoy, los trabajadores de la conducción están en una base de datos que tiene que ver lo que pasa en la industria de la construcción. También le expliqué cuál es el comportamiento del sector empresario, que muchas veces, a pesar de todas las bondades que pueda generar este sistema, no cumple con los derechos básicos del trabajador.
— ¿Usted ya lo conocía a Milei?
— Lo vi en algún momento, pero él no tenía el protagonismo de hoy. Ahora fue una conversación sobre lo que pasa en la construcción, una actividad muy particular con una dinámica muy especial.
— Pero obviamente hablaron sobre política y sobre las elecciones.
— Sobre temas de política hablamos de que yo estoy con Sergio Massa y de que creo que Sergio Massa va a ser el candidato que va a ganar.
— ¿Le explicó cómo es la reforma laboral que quiere hacer?
— No, no quiere hacer una reforma laboral. No es el capítulo que más le interesa.
— ¿Y qué le interesa?
— El capítulo que más le interesa es el tema de la macroeconomía y cómo bajar los índices de inflación. En eso no tengo capacidad para discutir. Lo único que digo es que apuesto a la estabilidad laboral y a la estabilidad económica. La estabilidad es un principio fundamental. Fui con mucho énfasis a decir que cualquier modificación (de la legislación) que se pueda generar no signifique pérdida de derechos sino garantizar los derechos en la transición justa.
— Si realmente no impulsa una reforma laboral, ¿quiere decir que se llevarán muy bien con Milei en caso de que gane las elecciones?
— Se supone que dentro del cronograma de temas más preocupantes que tiene hoy la Argentina en forma estructural, el capítulo laboral está en el décimo lugar. Hay un problema mucho más importante que tiene que ver, por un lado, con el razonamiento político, la ecuación de lo que significa el diálogo, la concertación para generar políticas de Estado que permitan en serio encontrar una sociedad que confíe en un programa económico, en un programa político que sea sustentable.
— ¿Hablaron de la necesidad de una concertación para generar políticas de Estado?
— Le puse un ejemplo: en Vaca Muerta no pusimos de acuerdo porque había un proyecto que era sustentable en función de los recursos y de los intereses que representa el sector empresarial y el sector de los trabajadores. Le planteé la necesidad de que cualquier reformulación para un desarrollo productivo y económico tiene que generar puestos de trabajo sin pérdida de los derechos. Somos conscientes de que sin empresarios no hay trabajadores y sin trabajadores no hay empresarios. Si no, no hay posibilidades de que podamos resolver el problema. Hoy tenemos 6 millones de trabajadores formales y hay 5 millones y pico de bajado en la informalidad. Indudablemente tenemos que resolver este tema, sin que eso signifique perder derechos, pero sobre la base una transición justa.
— ¿Se planteó la posibilidad de un encuentro oficial de Milei y la CGT?
— No, él quería hablar sobre un tema específico de la construcción.
— Aunque no impulse una reforma laboral, como usted dice, hay propuestas de Milei que trascendieron y podrían quitarle algunos privilegios que tiene hoy el sindicalismo.
— El tema de la reforma laboral es un cliché que está en desuso, no tiene utilidad, esto es lo que yo le transmití. No podemos equivocarnos en este tema. Si vos me decís que con una reforma laboral resolvemos el problema de la inflación es una locura. El problema de la inflación tiene que ver con el proceso macroeconómico y la confianza que tiene la política y la sociedad en su conjunto. En materia laboral yo defendí (en la reunión) lo que siempre defendí en favor de los trabajadores. Pero también creo que el diálogo es una base fundamental de la concordancia que tiene que dar la política, que está en deuda con la gente. No existe un diálogo entre los distintos sectores en función de un desarrollo que sea con políticas de Estado, atendiendo a la necesidades que se presentan en la sociedad.
— A partir de la charla que usted tuvo, ¿imagina que el sindicalismo podrá tener con Milei una buena relación, un diálogo abierto, si finalmente Milei gana las elecciones?
— Nosotros apostamos al diálogo y la política es una herramienta básica en un sistema democrático, la llave maestra para resolver los problemas estructurales de Argentina. Sobre la base del diálogo tenemos que construir una mesa de trabajo suficientemente amplia, pero ejecutiva como para determinar qué Argentina queremos. No acepto una sociedad dual en donde los ricos sean más ricos y los pobres cada vez más pobres. Nosotros necesitamos en serio un desarrollo productivo que sea sustentable para mejorar las condiciones de vida de toda la sociedad en su conjunto.
— ¿No interfieren en ese diálogo propuestas polémicas de Milei como la dolarización o la eliminación del Banco Central?
— No puedo discutir esos temas, pero sí sé que defiendo la industria nacional, el desarrollo productivo y la cultura del trabajo a fin de que los trabajadores se vean interpretados en sus necesidades sin perder los derechos. Y que para incorporar a todo ese sector que hoy está expuesto a vivir en la marginalidad haya una transición justa que sea sustentable como para recuperar las fuentes de trabajo.
— ¿No teme que muchos lo critiquen ahora que se conoció su reunión con Milei?
— No, es una reunión más de las que puedo tener porque yo hablo con todo el mundo. Mañana me llama Patricia Bullrich y hablo con Patricia Bullrich. Acá si hay algo que ha fracasado es el diálogo interactivo que se necesita plantear entre lo que representan los distintos intereses de una sociedad que se ve preocupada y amargada en un proceso donde cada vez quedamos peor.
— Es que justo esta semana un colega de usted como Luis Barrionuevo pareció acercarse a Milei cuando vaticinó que ganará en primera vuelta y que lo hacía acordar a Carlos Menem.
— Para mí no es una cuestión electoral, es una cuestión de fundamento de las políticas que se deben garantizar. El papel del Estado es primordial. Sin Estado no hay nación. Y esto se lo dije (a Milei). El protagonismo del Estado en una realidad, en un país federal, es fundamental.
— ¿Le ratificó que usted y la CGT apoyan a Massa?
— Más vale, yo soy de Sergio Massa. Sergio Massa va a ser el presidente y en eso no hay dudas: el movimiento sindical peronista apoya a Sergio Massa presidente.
— ¿Quedaron en seguir hablando?
— Siempre está abierta la puerta para seguir hablando. Nadie puede negarse a hablar en un momento tan dramático como el de la Argentina, con un nivel de pobreza como el que tenemos. Justamente lo que falta es el diálogo. Y el diálogo no significa perder identidad ni el proyecto que cada uno pueda tener. Uno se debe escuchar, debe tolerar al otro sin ideologismos, y después está el veredicto de las urnas que van a dar el resultado del país que queremos. Massa habla de un gobierno de unidad nacional donde va a convocar a los distintos sectores para ser protagonistas de una instancia que abarque a todos los sectores para resolver los problemas de la Argentina. Esto no es un problema sectorial, es un problema global que debemos atender desde la política en un sistema democrático.