Luego del extenso debate que se originó a partir de las complicaciones que registraron varias personas para votar en las últimas elecciones primarias en la ciudad de Buenos Aires, la Justicia Nacional Electoral determinó cómo será el sistema que se utilizará en este distrito en los próximos comicios generales, en los que ya no habrá boleta electrónica.
Poco después de que se confirmara que el 22 de octubre habrá elecciones simultáneas en este distrito y no concurrentes, como en las PASO, la Cámara Nacional Electoral, integrada por los jueces Alberto Dalla Via, Santiago Corcuera y Daniel Bejas, se reunió con la Junta Nacional Electoral de la Capital Federal y funcionarios locales para ultimar los detalles del proceso.
De acuerdo con lo que precisaron a Infobae fuentes cercanas a los magistrados, en el encuentro se decidió que las listas para las categorías nacionales y para los cargos porteños estarán por separado, pero irán en un solo sobre y en una misma urna.
De la reunión participaron Jorge Morán, presidente de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo Federal; María Servini, jueza federal con competencia electoral de Capital Federal; Sebastián Picasso, titular de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil; Felipe Miguel, jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires; Inés Weinberg, al frente del Tribunal Superior de Justicia de CABA; Luis Francisco Lozano, juez del Tribunal Superior de Justicia de CABA, y Roberto Carlos Requejo, al mando del Tribunal Electoral de CABA.
De esta manera, a pesar de las múltiples posibilidades que se analizaron, el próximo 22 de octubre el votante de la ciudad de Buenos Aires ya no se encontrará con una máquina, sino con dos boletas en papel, una con los candidatos nacionales (Presidente, vice y diputados) y otra con los locales (jefe de Gobierno, legisladores y comuneros), que deberá colocar en un único sobre que irá en una sola urna.
El gobierno porteño había anunciado días atrás que ya estaba trabajando junto con la Justicia Electoral en el diseño de un nuevo sistema, a partir de las dificultades que generó la votación concurrente con boleta electrónica en las primarias.
Previamente, la jueza Servini había dejado sin efecto el acuerdo con las autoridades de la ciudad de Buenos Aires para el uso de la urna electrónica para octubre y sostuvo que desde el Ejecutivo porteño debían “reconsiderar su ingeniería electoral, dejando de lado las cuestiones políticas, y diseñando un sistema pensado en facilitar a las personas el ejercicio del derecho al sufragio y así conseguirán, seguramente, una opción que funcione”.
Esto fue luego de que la propia magistrada haya alertado el día anterior a los comicios sobre los problemas que se habían presentado en los colegios, como la falta de máquinas de votación, complicaciones con su uso y algunas que no tenían sus kits correspondientes.
Ese día, cerca del cierre de votación, Servini dispuso que en siete colegios de la ciudad el horario de votación se extendiera hasta las 19:30. Fueron, justamente, en los que se relevó que hubo mayores dificultades con las urnas electrónicas.
“Resulta preocupante el grado de improvisación con el que se han manejado tanto la empresa contratada para la provisión e instalación de las máquinas de votación, como el propio Instituto de Gestión Electoral de la Ciudad de Buenos Aires, evidenciando una impericia nunca antes vista en la organización y ejecución de un proceso electoral”, cuestionó Servini.
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