En marzo de 2018, cuando promediaba su gestión como intendente de Moreno, Walter Festa creó la sociedad Arroyo del Centro junto a su entonces pareja, Romina Uhrig. En los registros, esa SRL tenía un objeto amplio vinculado a la administración y explotación de playas de estacionamiento, servicios de lavado, engrase y mantenimiento de automotores. Pero el verdadero objetivo fue otro. Mediante esa sociedad, Festa y su mujer adquirieron una franquicia de una rentadora de autos para operar en la provincia de Córdoba y compraron una decena de autos. Pero nunca los registraron a su nombre. Por ese motivo, el negocio hasta ahora había quedado afuera de radar de la Justicia, que investiga a Festa y su mujer por supuesto enriquecimiento ilícito.
La causa judicial se inició en 2019, en plena campaña electoral, a raíz de una denuncia anónima. Desde entonces, el fiscal Gabriel López hizo allanamientos y reunió documentación sobre los bienes de Festa y su mujer.
La mayor inversión del ex intendente de Moreno se concentró en Villa Robles, un barrio privado ubicado en el partido de la Costa, muy cerca de Costa Esmeralda. En ese lugar, Festa compró los lotes 543 y 544 y construyó una casa que, según la documentación del expediente judicial, fue vendida en diciembre de 2018 en $5.250.000, unos USD 134 mil de ese momento.
La supuesta compradora fue Elsa Verónica Vendrell, alias “Chili”, que trabajaba como secretaria privada de Festa en la Municipalidad y era su vecina en el barrio Terravista. Para la Justicia, esa mujer no tendría capacidad patrimonial para justificar semejante inversión.
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La Justicia sospecha que Festa tiene otra casa en Villarobles, ubicada en el lote 140, aunque el ex intendente mostró supuestos contratos de alquiler. Los vecinos del barrio la conocen como “la casa del médano”, porque está muy cerca de la playa.
En mayo de 2019, cinco meses después de “vender” la casa de Villa Robles de los lotes 543 y 544, Festa y Uhrig compraron dos lotes en el barrio cerrado Terravista, donde vivieron durante un tiempo. Según la documentación que tiene en su poder la Justicia, pagaron USD 100 mil en efectivo y otros USD 100 mil en cuotas.
Otro foco de inversiones estuvo en la provincia de Salta, donde la pareja solía viajar. En 2018, Festa compró tres lotes en Cafayate, ubicados en la esquina de Hurtado y Silverio Chavarría. Actualmente estarían a nombre de otra persona.
En esa misma provincia, la pareja hizo otro de sus negocios, hasta ahora desconocido. A través de la sociedad Arroyo del Centro SRL, firmaron un contrato de franquicia con la rentadora de autos Cactus, con sede en Salta, pero con presencia en otras provincias. De esa manera, adquirieron varios vehículos de la marca Chevrolet y los pusieron a trabajar en la provincia de Córdoba.
“Los autos estaban a nombre de Cactus porque eran adquiridos en leasing operativo y se iban pagando con trabajo”, confirmó a Infobae Manuel Barrantes, uno de los dueños de la empresa. La franquicia estuvo operativa hasta 2020, cuando decidieron cerrar el negocio por la caída abrupta de la demanda y la rentabilidad producto de la pandemia.
Según Barrantes, la franquicia de Córdoba se cerró de común acuerdo y en buenos términos. “Tuvimos una situación similar en varias oficinas cuando se paralizaron las operaciones debido a la pandemia. Repentinamente nuestras operaciones pasaron a cero y fue imposible sostener las oficinas abiertas”, explicó ante las consultas de este medio.
¿Qué pasó con los autos? Festa retiró los vehículos que ya había cancelado y los trasladó a Buenos Aires. Luego, varios de esos autos terminaron en manos de familiares y allegados. Pero seguían a nombre de la empresa Cactus, según consta en una cédula verde de un Chevrolet Prisma a la que tuvo acceso Infobae.
“Cuando se cierra una oficina, el franquiciado retira las unidades que ya tiene canceladas y debe transferirlas a su nombre, o a nombre del comprador final en caso que decida venderlos. Desconozco exactamente que hizo Arroyo del Centro desde ese momento, pero entiendo que los trasladaron a Buenos Aires para la venta”, contestó Barrantes a través de un correo electrónico. Los detalles de la operación, según dijo, figuran en un contrato que tiene cláusulas de confidencialidad.
En la causa judicial que investiga el patrimonio de Festa y Uhrig hasta ahora no hay ningún dato de ese negocio de alquiler de autos. ¿Se vendieron los autos? ¿Quién se quedó con el dinero?, le preguntó Infobae a Festa, que decidió no responder los mensajes.
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El fiscal López sigue esperando el resultado de una pericia que está en manos de la Suprema Corte bonaerense para avanzar con posibles indagatorias. Además de los inmuebles, también se investigó la compra de vehículos para uso personal. En 2018, Festa compró una Kia Carnival y Uhrig un Peugeot 3008. Ese auto es el único bien que la ex diputada del Frente de Todos declaró como propio en su declaración jurada de 2020. En ese momento, dijo que el vehículo costaba apenas $2.697.600 y que su patrimonio total era de $3.694.094.
No fue todo. “Hace poco Walter andaba con un Audi A5 y una Hilux”, contó una fuente de su entorno.
Hace dos meses, en el programa LAM, Uhrig le restó importancia a la causa judicial por enriquecimiento afirmando que “comenzó con una denuncia anónima” y que “solo investiga el patrimonio” de Festa, como si no fuera su esposa. “No estaría con un ladrón”, fustigó ante las panelistas de Angel De Brito. Tiempo después, anunció que nuevamente se habían separado.
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