(Enviado especial a Brasilia) - El ministro de Economía y candidato presidencial de Unión por la Patria, Sergio Massa, será recibido esta tarde en el Palacio del Planalto por el presidente Luiz Inácio Lula Da Silva, para abordar temas de importancia en la agenda bilateral, y al mismo tiempo dar un gesto político en medio de la campaña electoral. El encuentro será el acto de mayor importancia que tendrá el viaje relámpago de Massa, que se hará después de una reunión con su par, el ministro de Hacienda, Fernando Haddad.
El funcionario argentino llegó anoche, minutos antes de que terminara el domingo, en un vuelo de la Fuerza Aérea Argentina, y regresará a última hora de este lunes, después de una intensa actividad. A las 14 será la reunión ministerial y, cerca de las 17, lo recibirá el primer mandatario en la sede del gobierno federal. En el temario que trascendió de fuentes oficiales figuran la definición de un mecanismo para pagar las importaciones argentinas de Brasil mediante reales o yuanes, el financiamiento para avanzar con las obras del segundo tramo del gasoducto Néstor Kirchner, la apertura de mercados para exportación de pollo y arándanos y el ingreso al bloque de los BRICS.
En la comitiva había expectativas de que el presidente brasileño transmita un mensaje a los argentinos, en medio de una coyuntura compleja, en la que se superpone una situación económica difícil y un proceso electoral que ya superó, con las PASO, la primera etapa y se encamina a una instancia crucial, el próximo 22 de octubre, en las generales. “Va a haber un mensaje para los argentinos”, confiaban anoche antes de llegar a la capital del gigante sudamericano.
El viaje se dio después de la batería de anuncios que hizo Massa destinados a jubilados y pensionados, beneficiarios de la tarjeta Alimentar y del plan Potenciar Trabajo, créditos para monotributistas, suma fija para trabajadores formales, y medidas para productores agropecuarios y exportadores, y acuerdos de precios, entre otros. Se trata de iniciativas que se pusieron en marcha para paliar los efectos en los ingresos y en los precios que tuvo la devaluación del 20% del lunes siguiente a las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
El ministro/candidato llegó acompañado por los secretarios Flavia Royón (Energía), José Ignacio de Mendiguren (Industria), Juan José Bahilo (Agricultura), Agustín Gerez (Enarsa) y Lisandro Cleri (vicepresidente del Banco Central). También fueron los diputados Natalia De la Sota, Alejandro “Topo” Rodríguez y Eduardo Valdés. El embajador Daniel Scioli recibió a todos en Brasilia, tras ocuparse durante la última semana de armonizar las agendas.
De la Sota y Rodríguez son dos referentes importantes del interbloque federal, donde también revistan Florencio Randazzo, Graciela Camaño, los cordobeses Carlos Gutiérrez e Ignacio García Aresca y los socialistas de Santa Fe Mónica Fein y Enrique Estévez. El centro de gravedad político de esa bancada es el gobernador y candidato presidente Juan Schiaretti, a quien la semana pasada Massa lisonjeó en un acto en esa provincia mediterránea, al tiempo que convocó a su sucesor, Martín Llaryora, a formar parte de un futuro gobierno de unidad nacional.
Destino Brasil
Más allá de la cuestión política y la campaña, Massa viajó con varios temas sensibles pendientes de resolución. En primer lugar figura la cuestión del intercambio comercial, básicamente la necesidad que tiene Argentina de preservar los dólares de las reservas, el bien más escaso y preciado que tiene una economía sometida al inevitable estrés electoral.
Sobre esto, había trascendido que se iba a avanzar en un acuerdo para que los empresarios que importan desde Brasil puedan acceder a reales o a yuanes provenientes del swap que el país tiene abierto con China. Aunque se habló incluso de una línea de crédito del Banco do Brasil o del BNDES por un monto equivalente a los 140 millones de dólares, todavía no hay nada confirmado.
Más allá de las alternativas, la prioridad que tiene Massa es una: cerrar la mayor cantidad de grifos posibles para sostener un nivel estable de dólares en el Banco Central de la República Argentina que permita tranquilizar la cotización y evitar complicaciones a los procesos productivos que dependen de insumos importados. “Estaremos viajando a Brasil para aliviar aún más el procedimiento de utilización de reservas, en un momento que tenemos que cuidarlas”, dijo Massa en Washington.
Argentina es el tercer socio comercial de Brasil después de China y Estados Unidos pero, a diferencia de los dos primeros, es el principal comprador de productos industrializados, como así también de insumos y bienes intermedios.
En ese contexto, el ministro Haddad manifestó la semana pasada, en el marco de la reunión de los BRICS -el bloque que reúne a Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica- que una alternativa para no afectar la fluidez del comercio bilateral con Argentina era avanzar con una conversión directa del yuan al real por parte del estatal Banco do Brasil.
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“Los exportadores de Brasil pueden tener algún flujo de ventas de sus productos con 100% de garantía. Para Brasil, no hay problema, porque la tasa de cambio se hará con el yuan por real y esto también le asegura al Tesoro Nacional que no hay riesgo de incumplimiento”, dijo Haddad durante una conferencia que brindó en Johannesburgo, Sudáfrica, a mediados de la semana pasada, según reprodujo la agencia Télam.
Es que la economía argentina está urgida por despejar una de las limitaciones más urgentes de su economía que es la escasez de reservas. La semana pasada se produjo un avance decisivo en ese sentido con el desembolso de los 7.500 millones de dólares del FMI para fortalecer el stock del BCRA, que también se debilitó por el impacto de la sequía, que menguó en más de 20% el ingreso de divisas provenientes del complejo agroindustrial.
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Por otra parte, en la agenda de actividades se destaca el ingreso de Argentina a los BRICS, la apertura de mercados agrícolas, el avance de las obras del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner -que va a abastecer al sur de Brasil- un acuerdo estratégico de transporte marítimo y fluvial, una línea de crédito del Banco de Brasil y la financiación del Banco Nacional de Desarrollo (BNDES) para el comercio bilateral y acuerdos vinculados a la integración y obras en la frontera.
Massa también abordará con Lula, Haddad y, eventualmente, con el canciller Mauro Vieira los pormenores del ingreso de Argentina a los BRICS. A ese bloque -una decisión que recibió fuertes cuestionamientos de sectores de la oposición por haber sido anunciada de manera inconsulta y a escasos meses de terminar el mandato- el país ingresó tras un fuerte compromiso e impulso del propio Lula.
Se trata de un conglomerado de países que representan el 25,7% del PBI global, en torno al 16% de las exportaciones; 14,9% de las importaciones del planeta; 40,8% de la población y el 29,5% de la superficie total de la Tierra. Junto a Argentina, está previsto que a partir del 1 de enero próximo ingresen Irán, Arabia Saudita, Egipto y Etiopía.
Más allá de ese tema que generó controversia con la oposición -a menos de dos meses de las elecciones generales- en la agenda de temas que Massa tiene previsto tratar en Brasil también se destacan el financiamiento para la adquisición e importación de los caños destinados al avance del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner, una obra fundamental para dar vuelta la balanza energética, crónicamente deficitaria. En ese sentido, se anunciará ese paso clave para continuar con el tramo II del gasoducto, Salliqueló-San Jerónimo, que une esas localidades de Buenos Aires y Santa Fe.
El acuerdo con el FMI, los anuncios de los aumentos y el viaje a Brasil se despejan las obligaciones vinculadas a la gestión del Ministerio de Economía y empezaría a tener más lugar lo vinculado estrictamente a lo electoral. “Está el FMI, Brasil, los anuncios de aumentos y créditos post devaluación, algo del Presupuesto y se mete de lleno en la campaña”, reveló la semana pasada a Infobae uno de los colaboradores del ministro Massa. Y completó: “En septiembre se pone en modo candidato”.
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