“Le está dedicando mucho tiempo a Fátima”, dijo esta semana, risueño, un estrecho colaborador de Javier Milei, en alusión a la relación del líder dibertario con la artista, anunciada esta semana, y practicó un guiño con el ojo derecho. Esa fue la respuesta, socarrona, a una pregunta sobre las reuniones que se realizaron esta semana para planear la estrategia de campaña para las elecciones generales. Una demostración, entre muchas otras, de la tranquilidad con la que se están tomando en La Libertad Avanza (LLA) el armado proselitista después del contundente triunfo en la PASO, que ubicó a la fuerza libertaria como favorita para alcanzar la Presidencia, para desgracia de Unión por la Patria y Juntos por el Cambio.
A grandes rasgos, el plan de Milei y sus asesores para el 22 de octubre podría resumirse con el axioma popular que recomienda “no cambiar de caballo a la mitad del río”. Envalentonados por la victoria, en las últimas dos semanas los cerebros de LLA se dedicaron, contra lo esperado en la antesala de la campaña más importante, a “descansar”, primero, y más recientemente, a “surfear la ola ganadora”, en palabras de uno de los estrategas. “La fórmula para estos momentos es siempre la misma: silbar bajito, para no arriesgar nada y aterrizar tranquilos”, dijo el sábado un experimentado viejo lobo de la política que se ganó la confianza de Milei y se perfila para ocupar un cargo importante en su eventual administración.
Al contrario de sus rivales, no demuestran impaciencia por organizar la campaña. Para citar un ejemplo, no tienen decidido aún si en la campaña formal, que empieza dentro de dos semanas, retomarán las recorridas en colectivo que usaron para llevar a Milei al interior durante la carrera proselitista para las PASO. “Seguramente no”, adelantaron en una de las oficinas de LLA, sin mayores certezas ni justificaciones.
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Hasta ahora se recostaron en las presentaciones en público del líder, a quien llaman “rockstar”; a recibir llamados de felicitación; y a agendar reuniones con políticos, empresarios y eventuales inversores para la campaña. “Nuestro bono contribución se está disparando. Pasamos de aportes por 30 mil dólares a ofrecimientos de 200″, se jactaba el martes, diez días después de las Primarias, uno de los recaudadores de LLA.
El estado de ánimo reinante en LLA contrasta con el clima en Unión por la Patria y
Juntos por el Cambio, cuyos líderes se encuentran abocados a las tareas de reunir a sus equipos en publicitados encuentros para mostrar solidez; de apurar a sus gobernadores e intendentes para que desembolsen fondos en la campaña y trabajen más activamente en evitar el corte de boleta; y en el caso del Gobierno, de suavizar los efectos de la crisis y contener la inflación.
“El Gobierno es nuestro encargado de campaña”, chicaneó esta semana un armador de Milei, en referencia al contexto social y económico que, a medida que empeora para los ciudadanos, desfavorece al oficialismo e incrementa las chances de Milei, que se presenta como el líder que puede sacar al país de la crisis con un ideario liberal que presenta como novedoso.
“La campaña nos la está haciendo Massa con su gestión”, deslizó otro de los guías del “león”, como lo llaman sus seguidores, y comparó la curva de precios actual con la que antecedió a la hiperinflación del 89, dibujando en el aire, con el dedo índice, una curva ascendente.
En público, los referentes de LLA dicen que reniegan de las encuestas, sobre todo desde que fallaron en predecir su triunfo. Pero, aunque no mandan a hacer estudios de opinión pública, en privado los alfiles de Milei miran atentos los números que publican o les hacen llegar las principales consultoras.
Hoy están convencidos de que se alzarán con la Presidencia, mientras ven que Patricia Bullrich “se desdibuja” y “tiende a cero”, y que Massa queda envuelto en la crisis inflacionaria y los saqueos. De cara a las elecciones, la confianza es tal en el partido liberal, que se preguntan si les convendría ganar por pocos puntos en la primera vuelta, o “arrasar” en un eventual balotaje, lo cual les permitiría llegar con mayor fuerza política al gobierno. Y es en ese punto de las especulaciones donde aparece la principal preocupación en el espacio: la gobernabilidad.
Muy por lo bajo, en la cúpula de los libertarios admiten que necesitarán todo el apoyo que puedan reunir en las urnas para implementar las reformas profundas, antipáticas, y “dolorosas” que prometen. Y reconocen que para aplicar esos cambios necesitarán de los acuerdos con los otros partidos, a los que indefectiblemente deberán llegar para modificar cualquier ley.
Por ahora, sólo tienen claro que el principal encargado de esa misión será Guillermo Francos, el actual representante de la Argentina ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que sigue en el cargo y le prometió a Alberto Fernández renunciar formalmente dentro de dos semanas, cuando el organismo termine el receso de verano. Hombre de extrema confianza de Milei, dicen que estará a cargo de gestar los acuerdos políticos con los gobernadores, en el espacio se niegan a usar las palabras “consenso” y “diálogo”.
Mientras se prepara para regresar definitivamente de Washington, donde vivió durante los últimos tres años, su tarea ya empezó a tomar forma a pesar de la incertidumbre sobre los resultados. Y en los últimos días fueron varios los jefes provinciales del PJ que empezaron a tomar contacto para acceder al cofundador de Acción por la República, el partido de Domingo Cavallo, que desde que renunció a su banca de diputado un año antes de la crisis de 2001 se dedicó a la actividad privada, regresó a la vida pública en el albor del albertismo, y ahora se prepara para darle “un camino”, como describieron en LLA, a las conversaciones con otras fuerzas sobre la aplicación, eventual, de las ideas de Milei.
Por el momento, sin planes claros para la nueva etapa campaña, Milei se dedicó, principalmente, a bosquejar un esquema y un equipo de gobierno para su posible desembarco en la Casa Rosada, que tendrá ocho ministerios y figuras provenientes del ámbito empresarial y ex funcionarios, principalmente del gobierno de Carlos Menem. También, a proyectar visitas de sus técnicos en economía a Estados Unidos -como Roque Fernández, Diana Mondino y Juan Nápoli- para que expliquen su plan a los inversores de Wall Street.
Sí tiene decidido mantener intacto el tipo de discurso disruptivo que usó siempre en TV, y que no se preocupó por moderar siquiera frente a los empresarios y banqueros que se reunieron a escucharlo el jueves en el foro del Consejo de las Américas, donde despotricó, una vez más, contra los “empresarios prebendarios” acompañado por el candidato a jefe de gobierno, Ramiro Marra, y su compañera de fórmula, Victoria Villarruel.
Subido a la ola ganadora de agosto, Milei actúa como si hubiera ganado las Generales. “La transición va a ser dura para la gente, pero alguien tiene que hacerlo. El resto de los políticos deberían estar agradecidos con Javier”, deslizó, confiado, uno de sus consejeros de confianza.
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