“La UCR quedó muy golpeada”, reconocen todos los dirigentes sobre la situación que atraviesan luego de las elecciones PASO. La fórmula que integraba Gerardo Morales pedió ante la propuesta de Patricia Bullrich, pero los que se aliaron con el ala dura de Juntos por el Cambio tampoco tienen un tirunfo asegurado por el peligro que representa Javier Milei y la posibilidad de quedar afuera del balotaje. Con los pocos laureles que cada correligionario cosechó -y los que espera cosechar- empezaron a mover sus cartas en busca de quedarse con la renovación y el liderazgo del partido centenario.
Si se repiten los resultados de agosto, la UCR perderá 8 diputados nacionales y 4 senadores. A la hora de buscar responsables por la situación, todas las miradas apuntan a la gestión del presidente del Comité Nacional. “Morales habló en nombre del partido y terminó con una derrota en su propia provincia”, protestó en diálogo con Infobae un importante dirigente. Los enfrentados al gobernador jujeño le reprochan haberse aliado con Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau para las PASO, con un perfil moderado y sin el apoyo de los gobernadores radicales y dirigentes provinciales.
Si bien Morales impuso a un sucesor propio en la elección a gobernador de Jujuy con un amplio triunfo, en la categoría a presidente ganó Milei con el 39,83% de los votos. Tras el golpe por haber perdido junto a Rodríguez Larreta, sus adversarios empezaron a sacar pecho y a mostrar las cartas que tienen para disputar los lugares de decisión y poder dentro de la UCR.
El primero que se mostró fortalecido fue Gustavo Valdés. El correntino fue reelegido en el 2021 con el 76,76% de los votos y, además, su provincia fue la única en la que Juntos por el Cambio ganó el 13 de agosto con más del 34%. Con esos galardones, el gobernador cree que posee más méritos, en comparación, que sus correligionarios para ponerse al frente del partido. De hecho, antes de que se concretaran las internas dejó trascender que quiere quedarse con el Comité Nacional.
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“Nadie lo quiere a Valdés”, alertan entre los radicales. El correntino no tiene buena prensa ni en el Grupo Malbec ni entre los moderados cercanos a Morales. En ambos sectores le reprochan no haberse definido públicamente por ningún candidato a presidente y, por el contrario, haber “jugado a dos puntas” en medio de una interna feroz.
Algunos operadores que observan de cerca y de lejos a la UCR plantean que los liderazgos no se alcanzan sólo con una seguidilla de elecciones ganadas. Creen que no se trata de una cuestión de mostrar trofeos sino, además, del trabajo cotidiano con los dirigentes que tienen territorio en pos de triunfos colectivos. En ese eslabón lo ubican a Maximiliano Abad.
El presidente del Comité Provincia fue el que mejor posicionado quedó luego de las PASO, gracias al triunfo de Bullrich y Néstor Grindetti. Quienes lo ponderan resaltan su intervención en el armado de listas, donde logró ubicar a varios de sus hombres como candidatos a legisladores provinciales. De hecho, uno de los intendentes que le responde (Miguel Fernández de Trenque Lauquen) puede convertirse en vicegobernador y el propio Abad podría ganar una banca en el Senado por la provincia de Buenos Aires. El último radical que lo logró fue Raúl Alfonsín en el 2001. Pero todo depende del desempeño de Juntos por el Cambio en octubre, que hoy pelea por entrar al balotaje.
Además de Ernesto Sanz, el otro mendocino radical aliado de Abad es Alfredo Cornejo. “El Grupo Malbec quedó reducido a Mendoza y a provincia de Buenos Aires”, reconocen entre los integrantes. El senador es uno de los dirigentes que pelea por el liderazgo del partido. A su favor tiene la carta de haber acertado el rumbo que debía tomar Juntos por el Cambio. “Bullrich era la mejor candidata y quedó demostrado”, suele decirle a los suyos.
Cornejo fue el primer radical que se alió a Bullrich, incluso cuando la presidenta del PRO en licencia no sobresalía en las encuestas. Pero tiene un desafío importante por delante: ganar la Gobernación de Mendoza. Como adelantó este medio, Omar De Marchi empezó a dar señales de cercanía con Javier Milei, aunque desde el entorno del economista liberal lo desmienten. De todos modos, la buena elección que hizo Luis Petri en la PASO local y la derrota nacional de Juntos por el Cambio en su propio territorio, son dos factores que hoy preocupan al senador radical.
Aunque Evolución quedó del lado perdedor de Juntos por el Cambio, Martín Lousteau conserva una carta muy posible de ganar: la provincia de Santa Fe. Su aliado Maximiliano Pullaro es el candidato mejor posicionador para terminar con el peronismo local. En las PASO de julio, Juntos por el Cambio alcanzó cerca de 1 millón de votos, que representó el 63,75% del electorado y espera ampliar su base electoral para el próximo 10 de septiembre.
Aunque todas las balas apuntan a Morales, aquellos radicales que lo conocen de toda la vida - algunos de ellos hoy enfrentados a su liderazgo- le reconocen un capacidad de gestión y lo describen como un militante “orgánico” de la UCR, por lo que descartan cualquier movimiento o negociación con el peronismo. “Nunca hay que darlo por muerto a Gerardo”, advierten.
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