A contrarreloj, mientras aún terminan de digerir el shock por el batacazo electoral de Javier Milei de las elecciones primarias, el equipo estratégico del PRO que trabaja detrás de la candidatura de Patricia Bullrich encargó una batería de estudios cualitativos para tratar de entender cómo piensa el 30% de la sociedad que votó por el economista libertario, alarmados por la magra performance de Juntos por el Cambio en el primer test electoral del año.
Derek Hampton, uno de los máximos discípulos de Jaime Durán Barba y uno de los principales estrategas de campaña de Bullrich en esta campaña -ocupa ese rol desde mediados del año pasado-, es uno de los encargados junto a ex funcionarios del gobierno de Cambiemos diseminados por distintas oficinas del análisis de las investigaciones, cuyas conclusiones se esperan para los próximos días para terminar de definir la estrategia de cara a las elecciones generales.
“Necesitamos abrazar al votante de Milei”, explicaron a este medio fuentes de la campaña opositora.
En Juntos por el Cambio son conscientes de que la durísima pelea interna, todavía irresuelta, en la que se enfrascaron Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta en los últimos meses le quitó competitividad al sello, y provocó el rechazo de un sector de la sociedad: solo los más pesimistas dirigentes opositores pronosticaban que la coalición de JxC quedaría en las PASO por debajo del 30% de los votos. En la cúpula partidaria vaticinaban, por el contrario, que la disputa tórrida entre la ex ministra y el jefe de Gobierno porteño produciría la atracción del electorado.
No solo no sucedió, si no que, según los análisis preliminares de estos días posteriores a las primarias, algunos de esos votantes migraron hacia el campamento de La Libertad Avanza. “La interna y los hechos de violencia de los días previos a las PASO nos restaron”, concluyeron.
Los cerebros de la estrategia opositora estudian con urgencia ese voto libertario, motivado en buena medida por una creciente frustración social y un rechazo contundente de la clase política, capitalizado inteligentemente por un dirigente excéntrico y antisistema que empatizó con un tercio de la sociedad por canales no convencionales como Milei. El PRO intentará ahora ir a la pesca de ese electorado en octubre, para tratar de forzar el balotaje.
Según confiaron a Infobae altas fuentes partidarias, desde el PRO ya se había empezado a analizar el “fenómeno Milei” con anterioridad a través de algunos especialistas brasileros que siguieron bien de cerca el comportamiento de los votantes del ex presidente Jair Bolsonaro en Brasil. Algo similar había intentado el radical Facundo Manes cuando contrató los servicios de Renato Pereira, un consultor de ese país que también investigó la experiencia de Bolsonaro.
Un indicio de esa exploración electoral la publicó el fin de semana en Seúl el escritor Hernán Iglesias Illa, editor general de ese sitio, simpatizante del PRO y colaborador de Mauricio Macri, en la entrevista que le concedió la investigadora española Esther Solano, radicada en Brasil y que, según el reportaje, “lleva cinco años escuchando” a los votantes de Bolsonaro.
Fuentes cercanas a La Libertad Avanza resaltaron que, para su campaña, utilizaron un método de encuestas “indirectas”, es decir, a través de preguntas no tradicionales como los estudios con los que suele trabajar el sistema político.
“Hago entrevistas en profundidad a la gente, y hemos aprendido en estos últimos años que implementar nuevas metodologías, como la escucha más atenta de la población, nos puede dar un norte y un sentido más fino de por dónde va un país. Eso fue lo que aprendimos con Bolsonaro: que algunas metodologías de escucha más atenta nos llevaban a escenarios que luego se acercaron mucho más que simplemente la metodología cuantitativa. Es un fenómeno parecido: ellos están por debajo del radar, las encuestas no los captan porque es un voto antisistémico. No solo antipolítico: antisistémico”, explicó Solano en el reportaje. “¿Cómo frenar a Milei?”, se pregunta Iglesias Illa.
Es una de las principales inquietudes del laboratorio bullrichista de estos días mientras la candidata presidencial procura aglutinar a la tropa -por ahora, con resultado incierto-, otra preocupación de cara a las elecciones generales: la necesidad de mostrar cohesión interna. Para eso, Bullrich se fotografió este jueves con gobernadores actuales y electos, legisladores, funcionarios, dirigentes y asesores de campaña, un encuentro en el que se volvió a mostrar con Rodríguez Larreta, que todavía arrastra la derrota interna. La ex ministra se mostró firme, y trató de propinarle una inyección anímica a la tropa.
No estuvo Macri, que sigue en el mundial de bridge en Marruecos, que tiene previsto regresar al país el fin de semana, que coqueteó con Milei el último mes y cuya participación directa en la campaña de Bullrich todavía es analizada por sus colaboradores. “Serán apariciones quirúrgicas”, anticiparon.
En paralelo, María Oneto, la encargada del financiamiento de la campaña de la ex ministra de Seguridad, también se ocupa a contrarreloj de la recolección de fondos para la campaña general.
Según confiaron, por estas horas terminaban de confirmar las dos cenas de recaudación que tienen previsto realizar en estas semanas en salones porteños con la venta de 150 mesas para cada evento.
Con Rodríguez Larreta vencido y la fabulosa maquinaria financiera que desplegó por todo el país ahora desactivada, Oneto y los recaudadores bullrichistas apuestan a captar a buena parte del establishment que ya apostó por ella pero se inclinó mucho más por el jefe de Gobierno en las elecciones primarias. En ese rubro, la candidata de JxC compite con Sergio Massa y con un postulante como Milei que, recostado en sus 30 puntos electorales, es desde el domingo 13 mucho más atractivo para el círculo rojo empresario.
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