“Milei es Macri. Macri es Milei”. La frase empezó a resonar con fuerza en las arterias peronistas. Es la oración que simboliza el nuevo rumbo de la campaña, la segunda semana después del golpe de las PASO y la decisión estratégica de Sergio Massa. Luego de unos días de shock y silencio, el peronismo volvió a la cancha para trazar una nueva línea discursiva en el camino a las elecciones generales.
La decisión de confrontar con Javier Milei es un hecho concreto que se efectivizó en los últimos días. Es una primera instancia que se abordó, con cierta rapidez, a pesar del tiempo que se tomó el ministro de Economía para reaparecer en público después de la derrota electoral y la decisión de avanzar con una devaluación del 22% sobre el dólar oficial.
El segundo paso que se vislumbra es subir al ring electoral a Mauricio Macri, quien ha tenido gestos de acercamiento muy claros con el candidato presidencial de la Libertad Avanza. Los había tenido antes de las elecciones, cuando llegó a proponer un posible acuerdo con Milei. También lo tuvo en la noche de las PASO, cuando remarcó que los votos del libertario y de Juntos por el Cambio expresaban la necesidad de un cambio en el país.
Por último, lo volvió a tener en las últimas horas, cuando dijo: “La motosierra es fundamental, pero tiene que ser parte de una caja de herramientas. A veces necesitas el bisturí, una lima, un martillo, una tenaza. No es solamente con la motosierra. Creo que Javier Milei es parte del cambio que se viene en Argentina, los libertarios son una realidad”.
Fue una frase con doble direccionamiento. Un halago al libertario por su rol fundamental en esta elección y la explicación de que para gobernar se necesita más de una herramienta. Un respaldo a Bullrich y Juntos por el Cambio. El discurso que expone la coalición opositora es que para gobernar hace falta experiencia y un equipo interdisciplinario grande, que es lo que consideran que no tiene Milei a diferencia de ellos.
La empatía entre el ex jefe de Estado y el diputado libertario está a la vista, como también el acierto de Macri de interpretar cuál era el discurso y la propuesta que buscaba la mayoría del electorado, que es la de un cambio profundo, que avance sobre varias áreas del Estado y que no tenga en el plan de acción la posibilidad de buscar acuerdo con el peronismo. Esa idea es, en definitiva, la que propusieron Milei y Bullrich.
En Unión por la Patria (UP) entienden que Macri se está acercando a Milei porque percibe que Bullrich quedará encerrada entre el libertario y Massa. El primero apuesta a extirparle los votos duros del macrismo y de los que quieren cambios sin concesiones, mientras que el segundo le quiere sacar de su radio los votantes que acompañaron a Horacio Rodríguez Larreta en las PASO. Los dos buscan hundirla y desperfilarla.
“Para Milei todo se vende y todo se compra. Nosotros tenemos una visión totalmente distinta. Macri respalda a Milei. Ese es su verdadero plan. Humilla al votante moderado de Larreta. Y nosotros los vamos a ir a buscar”, destacó un importante funcionario nacional inmiscuido en los pormenores de la campaña. El peronismo va a la carga del electorado larretista.
El peronismo tratará de emparentar a Macri con Milei por una sencilla razón: la imagen negativa del ex presidente y de su gestión es extremadamente alta. Lo que buscan sembrar es la idea de que tanto Bullrich como Milei son Macri. En consecuencia, una gestión de cualquiera de lo dos puede terminar en una muy similar a la del ex presidente. Es un juego de campaña donde las asociaciones tienen un rol determinante.
“La sociedad se espanta cuando aparece Macri en escena como si nada hubiese pasado. Al final, él termina siendo el titiritero de Milei y de Bullrich”, fue la sentencia de un funcionario muy cercano al ministro de Economía. La decisión de apuntar contra Macri está tomada y actúan en consecuencia.
Massa busca los votantes de Rodríguez Larreta desde un primer momento. En sus últimas apariciones públicas remarcó dos conceptos que el Jefe de Gobierno porteño venía levantando en su campaña previa a las elecciones primarias. Habló de armar un “gobierno de unidad nacional” y de gestionar en base a acuerdos. Desde su entorno señalaron también que es momento de “tranquilizar” y “cuidar”. Un sello discursivo similar al del alcalde porteño.
En el peronismo quieren dividir el mapa electoral en dos. De un lado, las propuestas “inviables”, las formas “violentas” y el ataque al Estado. Del otro, la “estabilidad”, la “unidad” y el “diálogo”. Un contraste que, entienden, terminará polarizando la próxima elección y generará un hundimiento de la postura de Patricia Bullrich que, según aseguran en el oficialismo, se “queda a mitad de camino”.
En una entrevista brindada a Clarín el último fin de semana, Massa reconoció que faltó campaña en el territorio, pero esquivó apuntar a los intendentes del conurbano, algunos de ellos que lograron hasta un 15% más de votos que el candidato presidencial. Aseguró que estaba enfocado en los temas económicos de la gestión y que eso “puede haber generado falta de épica y trabajo en el cuerpo a cuerpo”. Una autocrítica en el comienzo del segundo tramo de la campaña.
Lo cierto es que los intendentes de la provincia de Buenos Aires sienten que a la campaña le faltó presencia y anuncios. Una combinación que, según creen, es determinante para cautivar voluntades frente a una economía tan castigada y un historia reciente del peronismo plagada de promesas incumplidas. Por eso uno de los desafíos de ese tramo de la campaña es mejorar la territorialidad. Aunque no será en el corto plazo.
Lo que sí aparece en un tiempo muy cercano son las medidas que se están diseñando en el Ministerio de Economía para contrarrestar los efectos de la devaluación. Saldrán a la luz después del viaje que Massa hará este lunes a Estados Unidos para reunirse con representantes del FMI, el Departamento de Estado y el Tesoro. Firmará el desembolso de 8 mil millones de dólares para fines de agosto y de 2 mil millones de dólares para que lleguen en los primeros días de noviembre. Dólares frescos que necesita como el agua.
Aunque en el Palacio de Hacienda evitan dar precisiones, entre las medidas que se estudian están la posibilidad de una suma fija, créditos blandos para sectores de la industria y las pymes, y blanqueo de trabajadores informales a través de un monotributo productivo, sumado al control de precios en los supermercado. Aún no está claro el día en que serán anunciados pero sería en el final de la semana.
Los próximos serán días claves para el peronismo y par Massa, que tiene como principal objetivo generar estabilidad en la economía doméstica y, principalmente, en el mercado cambiario. Los días que siguen serán determinantes para “tranquilizar” y encausar la gestión. Así lo aseguran en el quinto piso del Palacio de Hacienda, donde están convencidos que los altos porcentajes de inflación no le impedirán a Massa entrar al balotaje.
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