La victoria de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires en las elecciones primarias del pasado 13 de agosto se convirtió en la principal bandera desde la cual se buscará ahora que el candidato presidencial del peronismo, Sergio Massa, logre ingresar a un eventual balotaje en las generales de octubre. En ese marco, desde el comando provincial de campaña tienen anotados un puñado de municipios que pueden aportar victorias locales, otros donde mejorar y que terminen impactando en el resultado nacional.
En el primer barrido aparecen ciudades gobernadas por la oposición, pero donde Unión por la Patria se llevó al candidato más votado -sin interna local- o en el mejor de los casos se impuso ante Juntos. Allí irá Kicillof para reforzar la campaña cuando la campaña vuelva a tomar temperatura.
En el conurbano, la mayoría de los intendentes peronistas terminaron imponiéndose; pero hubo algunos casos donde el cálculo es que todavía pueden sumar más votos. También, se encendieron algunas luces de alerta. El caso más notable, admiten en gobernación, es lo que pasó en Merlo. Es uno de los municipios más populosos del oeste del conurbano. Allí ganó el intendente Gustavo Menéndez, pero lejos de la performance que tenía prevista. El jefe comunal se impuso con el 31,59% de los votos, mientras que Kicillof ganó en su categoría con el 39,63% de los votos. Incluso, la sumatoria de los candidatos nacionales Sergio Massa-Juan Grabois consiguió más votos que el intendente, en una dinámica que en la mayoría de los distritos del peronismo se dio al revés. “En Merlo podemos sacar más votos todavía”, se confiaban esta semana en la gobernación.
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Morón, también en la Primera sección electoral, es otro de los distritos bajo la lupa de la gobernación. Allí, el intendente Lucas Ghi fue el candidato más votado pero quedó abajo de la sumatoria de los dos candidatos a la intendencia por Juntos. El intendente obtuvo 61.399 votos; mientras que la suma de los dos postulantes de Juntos llegan al 65.435. Kicillof y Massa también quedaron terceros. Creen que podrían mejorar la performance hacia octubre. Morón había quedado en el centro de la polémica durante la última semana de campaña con lo que había sido el asesinato de Juan Carlos Cruz, el médico del Hospital Carrillo de Ciudadela; quién fue abordado por tres delicuentes armados que le robaron su automóvil y lo asesinaron a quemarropa en un lapso de 20 segundos.
Ituzaingó fue otro distrito donde las cosas no resultaron según lo esperado para el peronismo. Esta vez el histórico intendente, Alberto Descalzo, no fue por la reelección y en su lugar el candidato -que logró bloquear la interna que le pedía el Movimiento Evita- fue Pablo Descalzo, hijo del jefe comunal. Como en Morón fue el candidato más votado a nivel individual pero quedó en el segundo lugar en la sumatoria que hizo Juntos que fue a una interna entre Gastón Di Castelnuovo (con la boleta de Larreta) y Walter Lanaro (con la boleta de Bullrich). Descalzo sacó el 34,89% de los votos, mientras que Juntos el 35,59%. La diferencia es escueta y por ahora en el peronismo hay tranquilidad. Kicillof había ido la última semana de campaña al distrito. En Ituzaingó, el gobernador ganó.
Interior
Antes de las PASO, en el Gobierno bonaerense también habían detectado algunas ciudades en las que percibían hacer una buena elección. Algunos vaticinios se dieron; otros no tanto.
Olavarría fue una de las sorpresas. Es la ciudad cabecera de la Séptima sección electoral y desde 2015 gobierna Ezequiel Galli, del PRO. El domingo terminó venciendo el candidato de Unión por la Patria, el concejal Maxi Wesner. El postulante ganó su interna y además fue el candidato que más voto sacó. Obtuvo 4.671 votos más que el intendente. El peso de Olavarría también es clave para la elección legislativa. La Séptima pone en juego seis bancas para la Cámara de Diputados. Quién tenga una buena performance en Olavarría trasladará esa ecuación a la elección de diputados provinciales. En la gobernación sostienen que en la campaña hacia la elección de octubre, Olavarría estará en el itinerario obligado, sobre todo -también- porque Kicillof quedó en segundo lugar en la ciudad del cemento.
Bahía Blanca es otra ciudad que tiene peso electoral y donde UP intentará sostener lo hecho el domingo y, en el mejor de los casos, dar el golpe electoral para convertir a su candidato, Federico Susbielles, como el nuevo intendente del distrito que desde 2015 tiene hegemonía del PRO. Susbielles -que es el presidente del Puerto de Bahía- fue el candidato más votado el último domingo en su ciudad. Obtuvo 38.211 votos; imponiéndose por sobre la candidata de Patricia Bullrich -Nidia Moirano, que terminó ganando la interna de Juntos- y por sobre Andrés De Leo -el presidente de la Coalición Cívica-. Sin embargo la sumatoria de ambos candidatos superó a Juntos y el mismo domingo ambos postulantes del oficialismo local se mostraron juntos. Será cuesta arriba para Susbielles. Pero en cerca de Kicillof aseguran que todavía están en condiciones de ganar en Bahía Blanca.
En la Cuarta sección electoral -región noroeste de la provincia- Unión por la Patria ganó en Bragado, un distrito que en los últimos años fue esquivo al peronismo. También ganó en Chacabuco, otro municipio que gobierna el radicalismo desde 2015. Mientras que en Chivilcoy, donde hubo una fuerte apuesta de Kicillof por la diputada nacional Constanza Alonso, Unión por la Patria salió segundo en el orden local y el gobernador terminó siendo el candidato más votado en la categoría provincial, aunque detrás de la sumatoria de Juntos que protagonizaron Néstor Grindetti y Diego Santilli. Tiene una explicación: el intendente Guillermo Britos compitió con su espacio vecinal -Primero Chivilcoy- y sin candidato a la gobernación ni a la presidencia.
Hacia la elección de octubre, Kicillof buscará acelerar recorridas en base al listado que están depurando por estos días en comando de campaña. En el conurbano, tienen preponderancia los intendentes que son un poco quiénes definen el rumbo de la campaña. Un rol que se solidifica tras el resultado del domingo. Hubo un corte de boleta significativo en algunos municipios a favor de los intendentes y en desmedro de Massa y Kicillof. “No creo en la pillería, fui intendente. Entendiendo la dinámica que se da entre el vecino y el intendente. Al contrario, creo que trabajaron mucho y muy bien”, relativizó Massa durante una entrevista en TN.
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