“Nuestro objetivo no es ganar solos. Vamos a empujar para que Unión por la Patria gobierne el país. Bajo un gobierno de derecha no hay manera que ninguna ciudad o provincia crezca”. La frase del discurso que leyó el gobernador Axel Kicillof al momento de hablar en el búnker de Unión por la Patria mostró los pasos a seguir a partir de esta semana hacia la elección de octubre. El gobernador ganó la elección en la provincia de Buenos Aires pero en el peronismo hay preocupación por los resultados nacionales.
Al cierre de esta nota, con el 86,7% de los votos escrutados, la fórmula de Axel Kicillof-Verónica Magario se imponía con el 36,37% de los votos, siendo además el candidato más votado por sobre la interna de Juntos que disputaron Néstor Grindetti y Diego Santilli y conseguían el 32,9% y el 23,79% que conseguía Carolina Píparo por la Libertad Avanza; el espacio de Javier Milei, el gran elector de estas PASO. “No tomamos este resultado con euforia ni exitismo”, dijo el gobernador ante un auditorio que lejos estuvo de parecerse a aquel del 2019. Kicillof fue bastante coreado.
Esta victoria también lo posiciona de cara al futuro desde otro lugar. Pese a tratarse de una PASO, Unión por la Patria ya tiene el termómetro de dónde y cómo está parado hacia la elección de octubre. El escenario es complejo para el peronismo y por eso, aferrarse a la victoria en la provincia de Buenos Aires parece ser la foto más a mano para buscar una cuota de optimismo. De hecho, ese fue el clima que se vivió ya entrada la noche en el Complejo C, donde no hubo festejos: solo festejos ante los discursos. “Bien Axel”, fue la frase que se repetía para hablar de lo propio entre dirigentes y operadores políticos antes de conocerse los primeros resultados oficiales. La otra, claro, era “Milei arrasa”.
La provincia de Buenos Aires implica el 37% del padrón electoral a nivel nacional. Massa necesitará más que eso y quedó demostrado en la noche de este domingo. No le alcanzó con la victoria de Kicillof. Además, en una primera lectura, lo que evidencian los resultados es que hubo un corte de boleta en la provincia de Buenos Aires: Massa obtenía el 23,26% y Juan Grabois el 8,54%. Kicillof ganaba con el 36,37%
Los intendentes peronistas del conurbano también tuvieron un rol importante en la victoria del ex ministro de Economía. La mayoría se impuso en sus distritos y le aportó votos a la lista provincial. Aunque no de la misma manera que en el orden nacional y lejos de los cálculos pre elección donde las mediciones que tenían eran que en algunos casos los jefes superaban holgadamente el 50% de los votos. Eso será también un punto a analizar.
Con la victoria de los intendentes y de distintas elecciones locales donde La Cámpora se jugaba un pleno, la provincia de Buenos Aires se sostiene como el bastión electoral del peronismo. El desafío que tienen ahora intendentes y el propio Kicillof es traccionar la candidatura de Massa. Kicillof, por su parte, se encargó de elogiar a Grabois sobre el escenario del complejo C. UxP no está en condiciones de derrochar nada.
La Cámpora ganó su principal batalla focalizada. La interna por la intendencia de Hurlingham. Allí, el concejal Damián Selci -que contó con todo el respaldo dirigencial del kirchnerismo- terminó imponiéndose al intendente Juan Zabaleta por una escueta diferencia. Cerca de la 1 de la mañana, Selci se proclamó ganador de esa PASO y ahora deberá revalidar la victoria en la en la elección general.
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Otro triunfo que La Cámpora se anota es el de Quilmes. La intendenta Mayra Mendoza ganó la elección con el 40,5% de los votos. 10 puntos de ventaja sobre Juntos que fue a una interna entre el ex intendente, Martiniano Molina y el periodista Walter Queijeiro. “Disfrutemos este día, sabiendo que esta victoria es parcial y merece cautela, templanza y que sigamos haciendo nuestro aporte de trabajo diario para el proyecto provincial y nacional, para que Unión por la Patria gobierne la Argentina”, dijo Mendoza.
Los intendentes prácticamente no se acercaron al búnker de UP en la Ciudad y siguieron los resultados desde sus distritos.
En el entorno de Kicillof había incertidumbre en la previa. Los diferentes episodios de inseguridad que golpearon al momento del cierre de la campaña electoral no tenían un análisis del impacto que podrían generar. Con los resultados de este domingo el enojo hacia el Gobierno pareció sopesar más sobre la cuestión nacional.
Faltan dos meses hacia la elección general. La receta de la campaña provincial por ahora no tendría mayores cambios, aunque sí discursivamente. Kicillof ofreció con su discurso en el búnker de UP por dónde andará. “Comprendemos el malestar de un amplio sector de la sociedad. Los problemas de la vida cotidiana no se solucionan con las ideas de las derechas”, dijo y le puso nombre: “ni Patricia Bullrich ni Javier Milei van a solucionar los problemas que tenemos”.
El gobernador siguió buena parte de la jornada desde la gobernación en La Plata. Al caer la tarde, los ministros y principales funcionarios provinciales fueron llegando hasta el edificio ubicado en el centro de la capital bonaerense. Hasta ese momento todo era un campo incierto. Recién pasadas las 20:30 empezaron a circular los primeros resultados de las mesas testigos, ya con la comitiva ubicada en el Complejo C. La sorpresa y el mazazo que significó para el peronismo, la elección de Javier Milei y la performance de Juntos y principalmente Patricia Bullrich, encendieron más que luces de alerta. La victoria de Axel Kicillof sirvió para pararse ante un partido al que todavía le falta un tiempo y, en el mejor de los resultados para UP, un alargue que se traduce en el balotaje de noviembre.
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