“Es una mala elección de la izquierda, Milei nos sacó votos populares” es lo más contundente que dice Gabriel Solano en conversación con Infobae. Como todo el país, espera resultados oficiales de las PASO que se llevaron a cabo este domingo, pero con una diferencia: Solano es uno de los poquísimos argentinos que sostiene esa espera como pre-candidato a presidir la Argentina.
El búnker de la fórmula que comparte con Vilma Ripoll y que compite en la interna del Frente de Izquierda y de los Trabajadores (FIT) con Myriam Bregman está instalado en el teatro Torquato Tasso, en el sur de la ciudad, frente al Parque Lezama. A esta hora, ya pasaron de moda las medialunas de manteca de las 18 y van y vienen las empanadas: de carne, vegetarianas y, para los que se anotan en una lista especial, veganas.
A esta hora todavía no hay información oficial del escrutinio, pero sí hay datos que los fiscales de mesa de cada frente electoral hacen circular entre sus equipos, y que llegan al Tasso por WhatsApp. De una sala privada de este teatro entran y salen pre-candidatos y también referentes que no figuraban en la boleta: lo que se conversa en la sala del fondo, queda en la sala del fondo. Pero Solano sale y habla.
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“No es una buena elección para la izquierda, aún no pudimos comparar en profundidad con 2021 y con 2019, pero sí sabemos que perdimos votos con Milei en barrios populares, donde solemos ser más fuertes”, dice el pre-candidato, y suma: “No creo que tenga que ver con una decisión ideológica pura de derechizarse, sino con la crisis de este gobierno kirchnerista. En ese contexto, la izquierda cae en la volteada”.
Por el búnker que está sobre la calle Defensa van y vienen pre-candidatos a otros cargos: Vilma Ripoll, a la vicepresidencia; Alejandro Bodart, a la gobernación de la Provincia; Vanina Biasi, a jefa de gobierno de la Ciudad; Romina Del Plá, a senadora nacional por la Provincia; Néstor Pitrola, a diputado nacional. Va y viene también un perro callejero: entra, lo echan los encargados de la cocina, se va, insiste. En la calle, el escenario sobre el que Solano tiene previsto hablar cuando los resultados de las PASO sean más concluyentes, y cuatro banderas: “Frente de Izquierda y de los Trabajadores”, “MST”, “Partido Obrero”, “Polo Obrero”.
“Este gobierno tomó tres medidas de intervención que salieron muy mal. Ley de alquileres: nadie puede alquilar donde vivir. Cepo cambiario: hay tipos de cambio diversificados y una brecha altísima. Precios Cuidados y la inflación supera el 100% interanual”, enumera Solano, y remata: “Son todas medidas que hacen que la gente lea que la intervención del Estado genera esta crisis. La izquierda está muy asociada en el imaginario colectivo a un Estado que interviene, entonces cae en esta volteada”.
En cuanto a la Argentina que se viene, reflexiona: “En el corto plazo va a haber una crisis muy fuerte. Lo saben todos los que se encargan de la política. En el fin de la campaña emergió al Argentina real: se aceleró de nuevo la inflación, hubo hechos de inseguridad, de presión, saltó el dólar. Muchos dicen que ojalá no haya conflicto, y yo pienso lo contrario, que ojalá haya más protesta social porque es un signo de vitalidad del pueblo”.
Sin datos oficiales pero con información de sus fiscales, el pre-candidato prevé que, en la interna del FIT, a nivel nacional Bregman ahora mismo obtiene alrededor del 70% de los votos y él, el 30% restante. “En Jujuy estimamos haber obtenido menos de la mitad de los votos que en la elección anterior, con una muy buena elección de Milei. Se llevó votos en lugares muy populares”, repite.
Unas horas antes y en diálogo con Infobae, había anticipado “expectativas moderadas” para estas PASO: “Veo una tendencia del voto más a la derecha. No como una ideología afianzada sino como un síntoma de la crisis del gobierno kirchnerista. Mucha gente piensa que el kirchnerismo es la izquierda y nuestra estrategia de campaña, que fue muy larga y con muy pocos recursos, fue desmarcarnos de esa idea. Mostrar que no es así”, describía.
También había descripto su expectativa de máxima en medio de la interna del FIT: ganarla. “Si no, ganar en el conurbano bonaerense o en la Ciudad”, sumó. “Tenemos expectativas modestas, en las últimas PASO presidenciales no llegamos al 3%, las expectativas son moderadas”, sostenía.
“Creo que nuestra base estructural es mayor a la de Myriam pero que tenemos menos instalación mediática, y aunque no necesariamente ganemos, sí creemos importante dar el debate dentro de la izquierda. No partimos de una gran expectativa respecto de los resultados, pero sí creemos que debemos prepararnos para lo que venga, que no será algo tranquilo para los trabajadores”, siguió Solano, que ante la pregunta sobre si, siendo un nene, fantaseaba con presidir la Argentina respondió: “Yo quería ser el 9 de River”.
En el Torquato Tasso la atención está centrada en los mensajes que mandan los fiscales de mesa y en los cuatro televisores que alternan canales de noticias. En el Parque Lezama, frente al teatro, ya no quedan familias ni grupos de amigos de los que, todavía bajo el sol, tomaban mate o jugaban a la pelota. Algunos cartoneros van y vienen por la calle Defensa y eligen cuáles de todos los cartones que juntaron son mejores para acostarse y dormir en la calle.
El bullicio sube con el correr de las horas y de la información disgregada y extraoficinal. La ansiedad, también. Los trabajadores de redes y de prensa ponen a los candidatos a hablar con alguna radio, con algún canal, con los diarios. Y el perro callejero va y viene: recibe mimos y pedacitos de empanadas hasta que desde la cocina alguien le saca tarjeta roja. El el único del lugar que puede abstraerse de los nervios de no saber hacia dónde vamos.
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