La sede de la UCA en Puerto Madero volvió a ser el lugar donde Alberto Fernández ejerció su derecho al voto. Esta vez, la escenografía fue muy diferente a la de hace 4 años, cuando el entonces candidato a Presidente tuvo que sufragar en medio de un caos de periodistas y curiosos. Ahora todo fue con un perfil mucho más bajo y con tranquilidad, pero el mandatario -casi sin darse cuenta- hizo un pronóstico que nadie esperaba.
“Vine a ejercer mi derecho cívico, siempre que se vota la Argentina es un país mejor. Cumplimos 40 años de democracia y empezamos un proceso electoral que terminará seguramente en noviembre”, sorprendió Fernández, que así dejó en claro que cree que todo se definirá en el mes en el que está previsto el balotaje.
El jefe de Estado llegó al lugar de votación alrededor de las 10.15 de la mañana, saludó a unas pocas personas que estaban en la puerta y minutos después reiteró ante los medios de comunicación algo que hicieron casi todos los dirigentes políticos de peso desde que se iniciaron los comicios: “Vayamos todos a votar porque es el modo de expresar nuestros derechos, nuestra voluntad hacia el futuro. El tiempo, gracias a Dios, nos está acompañando en toda la Argentina”.
Con respecto a cuáles serán sus próximos pasos, Alberto Fernández contó: “Voy a esperar los datos en la Quinta de Olivos con algunos ministros y amigos, deseándoles a nuestros candidatos lo mejor. Voy a estar con mi familia”.
Un dato para resaltar en estas épocas de grieta política es que el mandatario nacional, referente del oficialismo, destacó el sistema de votación que se está implementando en la Ciudad de Buenos Aires, donde gobierna Juntos por el Cambio.
“‘¿El voto electrónico? Debo confesar que tenía un poco de miedo porque soy un ser analógico, pero es muy fácil, funcionó muy bien”.
Al ser consultado sobre sus expectativas para los próximos días, seguramente condicionadas por el resultado de las PASO 2023, Fernández trató de aportar calma: “Tienen que ser tranquilos, así que tenemos que seguir trabajando y punto”.
Luego de escuchar una sucesión de preguntas que podían provocar que rompa la veda electoral, el Presidente replicó: “Yo estoy gobernando, no soy candidato”.
El final fue abrupto: cuando le preguntaron qué va a suceder con el dólar, el Presidente optó por hacer oídos sordos y se fue del lugar.
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