El oficialismo concentra la campaña en la figura de Sergio Massa y apunta a los indecisos para dar el golpe en las PASO

En el tramo final se decidió que Alberto Fernández y Cristina Kirchner no participen de los actos de cierre. En las últimas horas la campaña tendrá el foco en la candidatura presidencial y no en el espacio político. Cuál es el votante que puede cambiar el rumbo de la elección

En los últimos días la campaña electoral estará concentrada en la figura de Sergio Massa (Franco Fafasuli)

Los últimos resultados de los focus group que hacen en Unión por la Patria (UP) en forma continua, y que son coordinados por el asesor catalán Antoni Gutiérrez Rubí, arrojaron un dato clave para planear los últimos días de la campaña electoral. Creció la cantidad de electores que les interesa votar un nombre propio, un candidato a presidente, y no a una fuerza política. Un sector de la sociedad que, según explican en el búnker peronista, “valoran la formación del candidato y las propuestas que expresa”.

En el oficialismo tienen en claro que en la recta final hacia las PASO el nivel de indecisos que hay en el país es muy grande y que esa cantidad de electores puede definir la elección del domingo. Sobre todo porque proyectan unos comicios muy parejos y los cálculos que se realizan para darle un sentido estratégico a la campaña son milimétricos. Las decisiones de hoy pueden no ser las mismas que mañana.

Los últimos días previo a la elección son determinantes para los votantes que pueden definir los comicios. En UP entienden que ese grupo tiene como característica que no está ideologizado ni tiene una pertenencia política a alguna de las coaliciones. “Es un votante frontera que puede variar. Es una persona de clase media, urbano, con responsabilidades y aspiraciones”, fue la definición que utilizaron para describirlo.

Ese tipo de electorales empiezan a ver, según los análisis que hacen en el búnker peronista, que el proceso electoral es presidencial y no general. Lo que se está eligiendo es un presidente y no una fuerza política, por lo que miran al candidato con mayor atención y lo hacen pensando exclusivamente en el rol presidencial. Es decir, ese elector entiende en este momento que lo que se pone en juego es quién conduce el gobierno y no el impacto posterior que tiene la fuerza política en la gestión.

Alberto Fernández y Cristina Kirchner no estarán presentes en el cierre de campaña nacional

Frente a ese escenario y ante los resultados de múltiples estudios de consultoría, en el comando unificado que tiene UP en el centro porteño se decidió que el tramo final de concentre en la figura de Sergio Massa. Es decir, que lo que se ponga en valor sean sus condiciones para ser presidente de la Nación, y se deje a un costado la carga política e ideológica del armado electoral peronista. Y también las figuras con peso específico, por poder o por rol institucional, como son Cristina Kirchner y Alberto Fernández.

El equipo de estrategas y consultores que trabajan en el peronismo entienden que, en gran medida, ese fenómeno se produce porque hay un sector de los votantes que interpreta que hubo un vacío de poder durante la gestión. Es decir, que no hubo una conducción presidencialista del gobierno. Y, en verdad, fue lo que sucedió. Porque Alberto Fernández quedó debilitado después de las elecciones del 2021 y el kirchnerismo lo vació de poder progresivamente.

En esas proyecciones está la respuesta a la ausencia de Alberto Fernández y Cristina Kirchner en el acto de cierre de campaña. La intención es que nada ni nadie opaque la figura de Sergio Massa. Será un hecho atípico para el proceso electoral. Completamente extraño. Porque quienes no van a estar son nada menos que el Presidente y la Vicepresidenta. Pero la decisión se tomó en conjunto y fue avalada en todos los campamentos oficialistas.

Durante la campaña todos los sectores de UP han dado sobradas muestras de apoyo a Massa. Cerraron filas detrás de su candidatura y salieron a pedir el voto por él. La gran duda ahora pasa por saber cuántos votos podrá juntar Juan Grabois y si el resultado que obtenga puede opacar el objetivo inmediato que tiene el peronismo: lograr que Massa sea el candidato más votado.

Sergio Massa obtuvo el respaldo de la CGT durante un acto en Malvinas Argentinas (REUTERS/Agustin Marcarian)

Quienes todos los días recorren los pisos del búnker aseguran que la campaña se organiza en base a “oferta y demanda”, y que la demanda de estas últimas horas es de un dirigente político que exprese liderazgo, conducción, flexibilidad y determinación. Y esos valores, aseguran en el peronismo, son reconocidos en la figura de Sergio Massa. De aquí al viernes la campaña será lo más presidencialista posible.

El objetivo para el domingo es que Massa sea el más votado y que se logre el mejor resultado como fuerza política. Si eso sucede, será la confirmación de que hay un sector del electorado que vota a un candidato sin importar la coalición en la que está inmerso. Más allá de las proyecciones, el nivel de incertidumbre que se maneja en las arterias peronistas es muy alto. Nadie sabe cómo va a reaccionar la gente en el momento de votar.

En el oficialismo creen que “los que tenían que ganar, pueden perder”, en referencia a Juntos por el Cambio, a los que les traspasan la responsabilidad de tener que dar el golpe y correr al peronismo de la Casa Rosada. Además, creen que es momento de que Massa se muestre como un candidato con capacidad de resolver los problemas, mientras en la oposición sigue el ruido interno por la disputa entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich.

Uno de los objetivos del primer tramo de la campaña ha sido que no se transforme en una campaña de reelección. ¿El motivo? Sencillo. El desgaste del Gobierno y de Alberto Fernández no son una buena marca para presentar de cara a una sociedad que, en su mayoría, quiere que haya un cambio en la conducción del gobierno. Entonces, desde ese punto de partida, trataron de enfocar la campaña en la figura de Massa y en su capacidad de poder ordenar el peronismo y tener el control de gran parte de la gestión en un momento económico muy difícil. Creen que lo lograron.

En el peronismo le prestan atención al "votante frontera" y concentran al campaña en Sergio Massa

En definitiva, la sensación que atraviesa a UP es que en las elecciones del domingo se plebiscitará a un presidente y no a un gobierno. Al presidente que puede ser y no al que es. Tal es así que entienden que el corrimiento de Alberto Fernández del escenario electoral se lleva con él gran parte de la deteriora gestión del gobierno nacional. Son estrategias y percepciones en medio de una campaña frenética que el peronismo ha logrado ordenar después de vivir dos años de una interna feroz y sin límites.

“¿Y si el mérito es pedir perdón? Comprender los reclamos y aceptar que hubo cosas que se hicieron mal. Quizás esos electores que están decidiendo a quién votar valoren esa actitud y vean en Massa a un candidato con capacidad de mantener el equilibrio”, aseguró un importante dirigente oficialista que está metido plenamente en la estratégica. Y agregó: “Todavía estamos en carrera”.

Para las elecciones del domingo uno de los temas que más le preocupa es el ausentismo. “Abajo del 70% de presencialidad, los escenarios y los resultados son impredecibles”, se sinceraron en el búnker de UP. El resultado esperado es la participación esté por encima del 70% y que Massa sea el candidato más votado. Si esa proyección no se concreta como la tienen estipulada, tendrán que barajar y dar de nuevo en el camino hacia la elección general.

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