Diego Santilli se despertó a las 2 de madrugada. Lo pasaban a buscar de su equipo para hacer un cierre de campaña atípico. Sin actos tradicionales ni discurso. El precandidato a gobernador de Juntos por el Cambio (JxC) alineado con Horacio Rodríguez Larreta optó por hacer una maratón de 15 horas por el conurbano para ponerle fin a su raid proselitista. Es la zona que el larretismo considera clave para desequilibrar la interna presidencial contra Patricia Bullrich.
El mega recorrido, que alcanzó casi 300 kilómetros, empezó a las 4 de la mañana. El primer destino fue La Matanza, en donde visitó la guardia de un hospital de González Catán que fue cerrada. Desde allí se trasladó en colectivo a Morón, junto a Leandro Ugartemendia, candidato a intendente local, y a Ramiro Tagliaferro, dirigente local del larretismo. Luego se trasladó a Merlo, en donde acompañó a un grupo de niños a la escuela, junto a David Zencich, precandidato a intendente del distrito, y a Cynthia Hotton, precandidata a Senadora nacional por Buenos Aires. Allí se tomó un tren hasta Moreno para encontrarse con Aníbal Assef, precandidato a jefe comunal de su espacio en esa localidad.
Y así, continuó la recorrida, que fue seguida minuto a minuto por su equipo de comunicación. Cuando el alba había terminado, Santilli ya llevaba seis horas despierto y cinco distritos recorridos en el conurbano. Visitó también Hurlingham, donde caminó junto a Gustavo Posse, su compañero de fórmula, y a Lucas Delfino, precandidato a intendente; Tres de Febrero, lugar en el que se mostró con el intendente, Diego Valenzuela, y la diputada nacional del larretismo, Silvia Lospennato.
A lo largo de la recorrida, Rodríguez Larreta y Santilli buscaron exhibir músculo político y convocaron a los dirigentes que encabezan las boletas del larretismo en la provincia. Participaron también Miguel Ángel Pichetto, precandidato a diputado nacional, José Luis Espert, precandidato a senador nacional, Florencia Arietto, precandidata a legisladora bonaerense, A su vez, fueron parte del periplo proselitista los precandidatos a intendente Julián Amendolaggine (Berazategui), Segundo Cernadas (Tigre), Martiniano Molina (Quilmes), Maxi Galucci (Avellaneda), Florencia Casamiquela (Florencio Varela) y Pablo Alaniz, dirigente también de Florencio Varela.
El jefe de Gobierno se sumó a la recorrida a las 18, en Florencio Varela. Hacía un par de horas que había aterrizado desde Córdoba, en donde estuvo por la mañana para hacer una actividad de campaña con los gobernadores electo de JxC. Luego grabó una entrevista con un medio televisivo y se trasladó al conurbano para encontrarse con Santilli.
A medio de la recorrida, Santilli desembarcó en Berazategui, distrito de peso electoral en la Tercera Sección electoral. El distrito tiene un problema estructural con la provisión de agua potable. Por eso, los vecinos del lugar apelan a suministros alternativos. “A Berazategui le dicen la capital del bidón”, dijo Amendolaggine en un momento, en alusión a los recipientes tradicionales en los que un proveedor local comercializa agua. Al llegar, el precandidato a gobernador se subió a un camión y participó en un tramo del reparto de bidones de agua mineral.
-Estamos haciendo fuerza para ganarle a Mussi en Berazategui-, expresó Amendolaggine en conversación con Infobae.
-Hagan fuerza para comprarme un café así de grande-, bromeó Santilli con los brazos abiertos. Eran las 16:20. Hacía 14 horas que estaba despierto y lo delataba el color rojizo de su esclerótica. Enseguida, el diputado nacional se puso serio y le transmitió entusiasmo a uno de sus asesores: “Veo una calle muy positiva dentro de la apatía”. Santilli fue acompañado durante toda la maratón conurbana por Agustín Forchieri, precandidato a senador bonaerense, su jefe de campaña y dirigente de íntima confianza.
Rodríguez Larreta y Santilli hacen cálculos finos en los 135 distritos bonaerenses. Y ponen la lupa sobre los 24 municipios del conurbano. El larretismo evalúa que ganarán en la Primera Sección electoral y que pueden hacer una buena elección en la Tercera Sección, bastión del peronismo.
La provincia de Buenos Aires tiene 14 millones de habitantes y representa el 37 por ciento del padrón electoral de todo el país. Del total, más de la mitad de los electores bonaerenses se concentran en los distritos del Gran Buenos Aires. Rodríguez Larreta y Santilli consideran que tienen buena llegada a esa parte de la ciudadanía porque son votantes que frecuentan la Ciudad de Buenos Aires y la ven como lugar “aspiracional”.
Para compensar un posible triunfo de Bullrich en distritos claves del centro del país, como Córdoba y Mendoza, el larretismo saca cuentas con el padrón bonaerense en la mano. Conocen que 1 punto porcentual de Buenos Aires representa cerca de 100 mil votos. Sacar una diferencia de 5 puntos sobre la ex ministra de Seguridad en la provincia más grande del país implicaría 500 mil votos de diferencia. Son cálculos en planillas de Excel que están lejos de predecir las preferencias de los votantes. Más bien, forma parte del análisis electoral que ejecuta el laboratorio de campaña que el Jefe de Gobierno montó en la calle Olazábal, en el barrio de Belgrano, y Santilli en sus oficinas de Barrio Parque.
Santilli se siente seguro respecto a su intención de voto en relación con la de Néstor Grindetti, intendente de Lanús y precandidato a gobernador bullrichista. Pero no ignora que Buenos Aires lo que traccionan son las puntas de la boleta: el intendente, que está en un extremo, y el presidente, que va en el encabezado derecho de la papeleta.
Es decir, los datos no corroboran una tendencia al corte de boleta al medio de la boleta, que es donde se encuentra el gobernador. Sin embargo, el larretismo trabajó para militar toda la papeleta, con el objetivo de que “tire” de las puntas y del centro. Al mismo tiempo, Larreta y Santilli tienen presente que Bullrich cosecha buenos números en el interior bonaerense y que tienen herramientas discursivas para interpelar a votantes del conurbano.
A las 19:30, Santilli y Larreta cerraron la recorrida en Avellaneda. Dieron un discurso desde un bar en la esquina de Mitre y Vélez Sarsfield, desde donde arengaron a la gente para que vaya a sufragar y pidieron el voto. “Lo nuestro es trabajo, trabajo y trabajo”, expresó el jefe de Gobierno en un tramo de su alocución y finalizó, eufórico: “El domingo cueste lo que cueste tenemos que ganar”.
Las cartas están sobre la mesa.
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