A Horacio Rodríguez Larreta y a Patricia Bullrich los une lo mismo que los separa: los dos quieren ser Presidente de la Nación. Argentina importó el diseño institucional de Estados Unidos y el Poder Ejecutivo es unipersonal, no hay espacio para dos. En 144 horas, Argentina votará en las Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y Juntos por el Cambio (JxC) conocerá quién será el candidato más votado para disputar la presidencia el 22 de octubre. Para la coalición, esta es una elección bisagra, porque conocen que si no regresan al poder, la supervivencia como tal será prácticamente imposible.
JxC tiene dos frentes abiertos de cara al 13 de agosto. Por un lado, uno externo. Por otro, uno interno. El primero es lograr ser el espacio más votado en las PASO. El segundo es construir una armonía interna que permita que el resultado de las PASO, si los muestra triunfales, se consolide en la elección general. Por eso, Larreta y Bullrich van hacia un desafío complejo, que implica desarrollar seis días frenéticos de campaña para ganar la primaria sin que eso fracture la coalición. ¿Cómo garantizarán, al mismo tiempo, la unidad de JxC a partir del 14 de agosto si hasta el domingo el jefe de Gobierno y la ex ministra de Seguridad harán todo para diferenciarse y convencer a la mayor parte del electorado?
Juntos pero no tanto
Es una especie de paradoja a la que están expuestos todos los partidos que compitan en las PASO. Especialmente JxC, que va hacia la elección interna más competitiva desde que existe el sistema de primarias. Por eso, esta semana será intensa para Larreta y Bullrich. Ambos intercalarán decenas de actividades de campaña con dos momentos puntuales en los que se mostrarán juntos, como señal de unidad.
El primer ensayo será esta tarde. Larreta y Bullrich compartirán una foto con Jorge Macri, precandidato a jefe de Gobierno porteño del PRO, en la que también estarán Mauricio Macri, María Eugenia Vidal, Federico Pinedo, Gabriela Michetti y otros referentes del partido amarillo.
Desde la mesa de campaña de Jorge Macri fueron cautos en la comunicación de los detalles de la fotos. No quisieron dar precisiones acerca del lugar y la hora a la que se hará. Tampoco se admite la cobertura de la prensa en el momento que suceda esa actividad proselitista. Sólo difundirán fotos y gacetillas luego de que se concrete. La foto será una pincelada de maquillaje que buscará disimular la tensión interna con la que el PRO llega a las PASO.
La Ciudad, madre de todas las batallas del PRO
Justamente, la disputa por la Ciudad fue el punto más sensible de la puja de poder en el partido. El PRO nació en CABA y sus fundadores, a excepción de Rodríguez Larreta, no conciben perder el poder de su casa matriz. Eso movilizó a Mauricio Macri. La obsesión política del ex Presidente este año es que su apellido vuelva a gobernar la Ciudad. Por eso objetó la alianza entre el alcalde y el radicalismo porteño.
Martín Lousteau es el precandidato a jefe de Gobierno de Evolución radical y desafía la hegemonía amarilla en la Ciudad. En el PRO saben que es un candidato competitivo, sostenido por un partido con estructura y capilaridad territorial en todo el distrito. Larreta evitó inclinar la cancha hacia Jorge Macri y mantuvo el equilibrio político para que haya “condiciones parejas” de competencia. Esa táctica tensó la cuerda con Mauricio Macri, principal impulsor de la candidatura de su primo Jorge, y con Bullrich. Y le valió la crítica del ala dura del PRO.
En una señal de conciliación, Larreta y Bullrich aceptaron participar de la foto de esta tarde con Jorge Macri. Lo harán luego de que el jefe de Gobierno volviera a mostrarse ayer con Lousteau. La actividad que hará hoy el PRO será en un barrio de la Ciudad y servirá como moño para la campaña del ex intendente de Vicente López.
Los Macri y Bullrich evalúan que imponerse en la interna ante Lousteau es “condición de supervivencia” partidaria. Por eso, el ex Presidente se metió de lleno en la campaña porteña la semana pasada y lo volverá a hacer a lo largo de esta.
Macri, entre la centralidad política y el garante de la unidad
Al mismo tiempo, Macri fue el principal arquitecto político del búnker compartido entre Larreta y Bullrich. El Jefe de Gobierno siempre estuvo de acuerdo con esa idea. Es consecuente con su concepción consensual de la política, que despliega en cada mensaje de su campaña. La ex ministra, en cambio, manifestó resistencia al principio. Pero luego, cedió. No obstante, logró tomar el protagonismo de la escena: puso condiciones para participar, se negó a que se en Costa Salguero y ganó peso en la negociación.
Hubo dos motivos que motivaron la actitud política de Macri para interceder en la negociación por un búnker común. La primera, porque el ex Presidente busca ser el equilibrio garante la unidad en JxC y lograr que la oposición se mantenga junta luego de las PASO. Y segundo, porque si hay búnker compartido, Macri subirá al escenario a alzarle la mano al ganador y tendrá centralidad política en la oposición.
El 14 de agosto definirá el liderazgo de la oposición y, al mismo tiempo, el rol que el presidente de la Fundación FIFA tendrá hacia adelante. Macri sabe que puede obtener un espacio extra poder: sin ejercer un cargo, ocupar una posición que le permita ser tenido en cuenta en la toma de decisiones.
En este marco, un interrogante clave de esta semana es si Macri mantendrá la ecuanimidad o si se pronunciará públicamente en favor de Bullrich. Esta noche concederá entrevistas televisivas en las que develará esa repuesta. La ex ministra considera que lo mejor es que Macri se mantenga equidistante. Rodríguez Larreta le quita importancia a la decisión que tome el ex Presidente.
Un búnker, dos precandidatos
En cuanto al búnker, después de 15 días de tira y afloje, el larretismo y el bullrichismo acordaron que ambos esperarán los resultados juntos en Parque Norte. Esta tarde, los equipos de campaña de los dos precandidatos se reunirán para definir detalles sobre la logística del búnker. Buscarán organizar una disposición tal que garantice orden, seguridad y comodidad. Es que, si bien será un lugar para la militancia de ambos bandos, también montarán ahí el centro de cómputos. ¿Será el mismo para ambos? ¿O habrá un salón para cada precandidato? Lo resolverán esta tarde.
En lo que queda de campaña, el Jefe de Gobierno pretende capturar el voto de quienes aún permanecen indecisos. Sus asesores evalúan que hay cerca de un 20 por ciento de la población que todavía no definió a quién votará. En ese caso, conocen que la maquinaria electoral que armaron les da mayor capacidad de movilización.
Larreta analiza que su perfil consensual le permite llegar “mejor” al votante del medio, que no tiene una posición radicalizada y está en duda respecto a su elección. Al mismo tiempo, en Uspallara manifiestan inquietud respecto al ausentismo, porque tienen la teoría de que por su perfil político, un nivel mayor de participación será favorable para la propuesta larretista.
Bullrich, en cambio, busca persuadir a la mayoría del electorado del centro del país, en distritos clave para la oposición, para sacar una diferencia holgada que le permita compensar una posible buena elección de Larreta en el conurbano. “Si empatamos en provincia de Buenos Aires, ganamos”, le dijo a Infobae un armador bullrichista.
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