Empezó el tiempo de descuento para las PASO. Así lo viven en Unión por la Patria y Juntos por el Cambio, las dos coaliciones que se enfrentan en forma permanente y que se visualizan dirimiendo el futuro gobierno en el balotaje de noviembre. En esta última semana de campaña los candidatos viajarán al interior y harán sus últimos actos en Buenos Aires. Un camino tradicional.
Sergio Massa logró en las últimas horas escenificar el respaldo político de la CGT y los movimientos sociales, un factor de poder importante dentro del esquema peronista. Sindicalistas y dirigentes sociales cerraron filas detrás del ministro asegurando ante la militancia propia que todos son conscientes de la delicada situación económica y de las dificultades que muchos tienen para llegar a fin de mes.
Con ambos respaldos, Massa se terminó de mostrar como el candidato de la unidad peronista. El único eslabón suelto es Juan Grabois, que según las encuestas podría obtener alrededor del 5% de los votos dentro de la interna de Unión por la Patria. Para el peronismo el problema no reside en lo que representan esos votos, sino en que el futuro resultado no le impida a Massa convertirse en el candidato más votado de toda la elección.
El ministro de Economía no se cansa de repetir en todos los actos que existe una necesidad muy grande de que la militancia y la dirigencia política se pongan al hombro la campaña. Casa por casa, barrio por barrio. Es ya un slogan de este tiempo electoral. Una necesidad imperiosa atravesada por el desencanto innegable que existe en distintos sectores de la sociedad con la política y los políticos.
La preocupación sobre el porcentaje de ausentismo que pueda existir el próximo domingo está instalada en todo el arco político, pero tiene mayor relevancia en el oficialismo, porque si la cantidad de votantes es baja, es el peronismo quien pierde. Es más razonable que se movilice la gente que busca un cambio de gobierno que los que tienen decidido que su voto marque la continuidad de un proyecto político. Así lo entienden en las entrañas oficialistas.
Esta semana Massa jugará a fondo en un tema delicado. Viajará a Rosario para hablar sobre el plan de seguridad que implementó en Tigre cuando era intendente. En Santa Fe el peronismo sufrió una paliza en las elecciones primarias y tiene casi perdida la provincia. Por eso aterrizar en el territorio para tocar un tema tan sensible para los santafesinos - agobiados por el narcotráfico y el crimen organizado - es una apuesta fuerte en un momento definitorio del proceso electoral.
Después habrá otra serie de apoyos políticos que fortalecen la superestructura. Estará con la CTA y recibirá el respaldo de un grupo de intelectuales afines al peronismo. La idea que atraviesa la campaña es el futuro mejor que propone el ministro de Economía frente al pasado que representa el macrismo. Tal es así que el propio Massa se ha encargado de asegurar que los candidatos de Juntos por el Cambio harían un gobierno igual al de Macri.
Será justamente el ex presidente uno de los protagonistas en el inicio de la semana. Después de enojarse con María Eugenia Vidal por definir su apoyo a Horacio Rodríguez Larreta, Mauricio Macri reaparecerá en una entrevista televisiva y en Juntos por el Cambio esperan que brinde alguna definición contundente sobre quién es el candidato que apoyará el próximo domingo.
Si bien no dio nombre y apellido, el ex presidente ha sido claro sobre qué proyecto político le gusta más. Y es claramente el que representa Patricia Bullrich. Sin embargo, dentro de la alianza opositora hay quienes creen que si Macri juega a fondo, pondrá demasiado capital político en juego. ¿Por qué? Porque si el ganador de la interna es Rodríguez Larreta, quedará enterrado en el bando perdedor y sabe que su futuro en el vértice de la coalición tendrá los días contados.
Además, Macri ya jugó a fondo en la Ciudad de Buenos Aires, donde apoyó a su primo Jorge, que afronta una elección interna muy compleja ante Martín Lousteau. En ese escenario, el ex Jefe de Estado puede concentrar mayor poder con sus aliados internos o, en el caso de que el tándem Rodríguez Larreta-Lousteau ganen las PASO, afrontar una etapa difícil en la renovación de la conducción del espacio y el control del poder real.
Larreta y Bullrich repartirán sus últimos días de campaña entre el interior y la provincia de Buenos Aires. Igual que Massa. Ambos estarán presentes hoy en una foto de unidad del PRO, pero la jugada más fuerte del Jefe de Gobierno porteño será mañana en Córdoba, cuando cierre su campaña en el interior con el apoyo de los gobernadores electos como Claudio Poggi (San Luis) y Marcelo Orrego (San Juan) o los candidatos que lo respaldan, como el caso del santafesino Maximiliano Pullaro.
En las próximas horas Bullrich atravesará el centro del país. Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos están en la hoja de ruta de la ex ministra. Tres provincias donde el voto de Juntos por el Cambio es muy fuerte y donde se concentra un alto porcentaje de electores. Son distritos claves en el proceso electoral. Cerrará su campaña en Lanús, mientras que Rodríguez Larreta lo hará en la plata. Actúan en espejo respecto a los viajes en este tiempo final.
En el oficialismo aún no hay claridad sobre si Cristina Kirchner participará de algún acto esta semana para volver a apoyar en público la candidatura de Massa. Desde que el ministro se transformó en candidato, la Vicepresidenta apareció junto a él en tres actos. En todos destacó la pericia de Massa para encontrar un equilibrio en la gestión económica y fue clara sobre la confianza que le tiene para poder gobernar el país a partir de diciembre.
En el entorno de la ex mandataria aseguran que está muy claro el respaldo a Massa, más allá de la cantidad de actos en los que esté. Además, destacan que La Cámpora está apoyando la candidatura al igual que los intendentes de la provincia de Buenos Aires. Todos detrás de Massa. Dicen que no hay fisuras.
La dirigencia política sabe que esta semana es determinante en términos de campaña porque es el momento en que la gran mayoría de la gente le presta más atención a los spots, las propuestas y sus apariciones. La cercanía con la elección es la clave. Pero, al mismo tiempo, saben que el hartazgo con la política está instalado y generará una fuerte repercusión en las urnas. Lo que es imposible saber es cuál será el resultado de ese agotamiento.
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