La batalla sin cuartel entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich contamina hasta los mínimos detalles de la campaña: desde la unificación del búnker del 13 de agosto hasta la caminata de Jorge Macri como cierre proselitista están trabadas por la tensión entre los dos sectores.
A 8 días de las PASO, los operadores larretistas y bullrichistas no pueden avanzar en la decisión de compartir el lugar donde se esperarán los resultados electorales. El jefe de Gobierno propuso continuar la tradición del PRO para que las fracciones internas se instalen ese día en Costa Salguero, pero la ex ministra de Seguridad mantiene su rechazo al predio de la Costanera y exige un lugar “austero”.
El jefe de Gobierno porteño declaró esta mañana en Radio Mitre que su deseo es “estar juntos”. Y agregó: “Quiero que haya un solo búnker, que trabajemos juntos, siempre voy a defender la unión”, expresó Larreta en Sábado Tempranísimo. Además afirmó que “para ganarle al kirchnerismo, unidad siempre”, sostuvo mientras agregó que “jamás critiqué a nadie de Juntos por el Cambio”.
Desde hace dos semanas que Juan Pablo Arenaza, el jefe de campaña de Bullrich, y Eduardo Macchiavelli, operador de Rodríguez Larreta, hablan por teléfono y por Zoom para tratar de acordar un búnker conjunto, sin resultados positivos. Este jueves se sumó a las negociaciones Fernando de Andreis, estrecho colaborador de Mauricio Macri y jefe de campaña de Jorge Macri, pero no hubo consenso y quedaron en volver a reunirse. Hasta este viernes por la noche no había novedades.
Te puede interesar: En la recta final antes de las PASO, Massa, Larreta y Bullrich harán campaña en Santa Fe
Compartir el búnker le daría a Juntos por el Cambio la posibilidad de escenificar una postal de unidad para facilitar la campaña que ganadores y perdedores de las PASO deberán comenzar unidos el lunes 14 para facilitar el triunfo ante el kirchnerismo en las elecciones generales de octubre.
Predomina la desconfianza y el temor a alguna trampa que deje descolocado al rival en las primarias. En las elecciones de 2021, recuerdan los bullrichistas, los partidarios del jefe de Gobierno se encargaron de la organización del búnker en Costa Salguero y hubo problemas porque algunos dirigentes alineados con la jefa del PRO en uso de licencia no pudieron entrar esa noche al salón VIP.
La propuesta de unificar el búnker surgió del larretismo y después adhirieron Mauricio Macri, Gerardo Morales, Martín Lousteau, Jorge Macri y María Eugenia Vidal, pero Bullrich se resiste. Sus allegados afirman que la precandidata presidencial quiere estar tranquila ese día, sin cruzarse con sus adversarios, y teme que pueda desatarse una pelea feroz si los resultados son muy ajustados.
“¿No sería mejor que cada uno esté en un lugar propio y que al final del día, cuando se sepan los resultados, el triunfador visite al perdedor para la foto de unidad?”, se preguntan en el bullrichismo.
El problema, además de la imagen de enfrentamiento a ultranza, es que el equipo de campaña de Rodríguez Larreta tiene que avanzar cuanto antes con el equipamiento y la organización del operativo previsto en Costa Salguero para llegar a tiempo al día de las PASO. “¿Quieren un sitio austero? Costa Salguero son galpones que se pueden armar como uno quiera -dijeron-. Si lo prefieren, puede tener un estilo más despojado, pero no es nuestro lugar sino que es el lugar que siempre eligió Macri”.
Bullrich dio señales de que prefiere instalarse el domingo 13 en el Palacio San Miguel, un salón de eventos ubicado en Suipacha 84, que es propiedad de la familia de Hernán Lombardi. “Necesitamos estar solos para analizar lo que pase ese día sin la tensión de tener cerca al larretismo y así decidir qué hacer ante cualquier contingencia”, afirmaron los operadores de la ex ministra de Seguridad.
En el equipo del jefe de Gobierno aseguran que cuando Rodríguez Larreta se enfrentó a Gabriela Michetti en la interna del PRO, en 2015, estuvieron todos en el mismo predio de Costa Salguero, pero cada uno tenía un espacio propio, incluso con una oficina que servía para reuniones de operadores de los dos adversarios. “¿Por qué no podríamos ahora hacer lo mismo? No deberíamos dar la imagen ante la sociedad de que estamos peleados a muerte”, despotrican en las filas larretistas.
El último contacto entre Macchiavelli, Arenaza y de Andreis fue este jueves. Prometieron reanudar la charla al día siguiente, pero el viernes no hubo contacto entre ellos para seguir negociando.
Tampoco pudo avanzarse en la actividad proselitista que los líderes del PRO iban a compartir como cierre de campaña de Jorge Macri, precandidato a jefe de Gobierno. Está previsto que una caminata por la ciudad de Buenos Aires que protagonizarían Mauricio Macri, Rodríguez Larreta, Bullrich y Vidal, a quienes se sumaría Michetti, para apuntalar las chances electorales del primo del ex presidente.
“Se está trabajando para cerrar la actividad”, fue la escueta contestación de un vocero macrista cuando Infobae le preguntó los detalles de la recorrida porteña. Se supone que será en la tarde del lunes en la zona de la avenida Cabildo y Juramento, en el barrio de Belgrano, pero no está confirmado. “Nadie sabe. No está resuelto porque no se ponen de acuerdo”, deslizó un referente opositor.
Así como la interrumpida discusión por el búnker unificado, la falta de precisiones del cierre de campaña porteño ilustra el grado de enemistad que existe entre los principales dirigentes del PRO. Lo único claro es que, pase lo que pase, habrá foto de la unidad en la noche de las PASO por más que sólo se trate de una forzada pose que no tendrá el valor de una tregua sincera y consolidada.
Seguir leyendo: