El de ayer fue un miércoles frenético para Horacio Rodríguez Larreta. Últimamente todos los son. La campaña electoral llegó a su recta final y la alta adrenalina es constante. Pero ayer habló Mauricio Macri y tensó la cuerda, otra vez. María Eugenia Vidal había manifestado su apoyo público a la precandidatura presidencial de Larreta y eso convulsionó al PRO. Macri salió al cruce y Patricia Bullrich hizo saber su malestar mediante dirigentes de su círculo. “María Eugenia se ha desdibujado”, lanzó desde San Nicolás el fundador del partido amarillo. “Venite ya”, le pidió el jefe de Gobierno a uno de sus asesores cuando escuchó las ácidas declaraciones del ex Presidente.
Rodríguez Larreta tenía agendada una entrevista televisiva. Pero no tenía previsto hablar sobre Macri. Cuando supo de las definiciones del ex Presidente contra Vidal y, por elevación, contra su proyecto presidencial, entendió que no podría huir del tema en el reportaje. Es obsesivo con los detalles. Además, conoce que a una semana de una elección, cualquier paso en falso y error político o comunicacional puede ser letal. Cerca de las 17, cuando las declaraciones de Macri eran portada de los principales medios, el alcalde porteño reunió a su mesa chica en una de sus oficinas.
“No entremos en esa”, sugirió uno de los dirigentes que frecuenta a Larreta. “Nosotros sigamos con nuestra línea. No confrontamos ni hablamos de los otros. Es un tema de él (por Macri)”, insistió otro de sus colaboradores. El jefe de Gobierno quería unificar criterio y evaluar con su mesa política una respuesta ante los dichos del ex Presidente. Buscaba sentirse seguro. Su táctica fue, como siempre, eludir una confrontación directa y capitalizar el respaldo de Vidal. “Para mí es un orgullo seguir trabajando, como hace 27 años, junto a María Eugenia”, manifestó el jefe de Gobierno en diálogo con los periodistas Eduardo Feinmann y Pablo Rossi.
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“Mauricio ya había hecho lo mismo cuando Horacio convocó las elecciones concurrentes”, señaló ante Infobae un dirigente de la mesa política larretista. El jefe de Gobierno sostendrá la línea de evitar cruces con Macri y con Bullrich. Cerca del ex Presidente buscaron aplacar el conflicto. “Mauricio no le pegó a Larreta, sólo respondió lo que sintió sobre la decisión de María Eugenia”, explicó uno de sus colaboradores a Infobae y agregó: “Está preocupado por la unidad y por el 14 de agosto -día después de las PASO”. Un dirigente que habló ayer con el jefe de Gobierno consideró que la respuesta de Macri fue una reacción del momento. “Mauricio habló en caliente sobre María Eugenia. Ya va a pasar”, dijo.
Su estrategia de campaña no mutará. Tiene previsto acelerar al máximo las recorridas por el país con presentación de propuestas. A eso le sumará fotos con dirigentes que adhieren a su proyecto, para darle peso político a su proyecto de poder.
Este mediodía, Rodríguez Larreta volverá a Mendoza. Hará actividades en la ciudad capital y localidades aledañas. Presentará junto a Fernán Quirós, su ministro de Salud, propuestas para la tercera edad. Será en un teatro mendocino, desde las 12:45. El alcalde viaja con una comitiva integrada por el sanitarista, Fernando Straface, secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad, y Christian Coelho, secretario de Medios y su jefe de prensa.
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Quirós cumple un rol relevante en la campaña de Larreta. Desde que depuso su candidatura a jefe de Gobierno porteño, recorre el país en nombre de su jefe político. La pandemia -y el lanzamiento político en la Ciudad- le vio visibilidad. El larretismo buscó capitalizarlo. La semana pasada, mientras recorría La Matanza, el médico había viajado al sur para militar la candidatura de Larreta. Antes había estado en Mendoza. “Hola, Fernán. Te quiero felicitar porque sé que lo estás dando todo”, le dijo por teléfono el alcalde y lo arengó: “Muy bien. Vamos a seguir que falta poco. Vamos. Muchas gracias”.
Algo similar sucede con Straface, uno de sus armadores políticos y dirigente de mayor confianza. El politólogo fue el encargado de consolidar el nexo político entre Larreta y Ulpiano Suárez, intendente de Mendoza Capital (y sobrino de Rody Suárez, actual gobernador). El jefe comunal mendocino apoya la candidatura del jefe de Gobierno. El larretismo exalta ese vínculo como un modo de contrarrestar la alianza entre Alfredo Cornejo y Patricia Bullrich.
Larreta asignó especial foco en su estrategia de campaña al centro del país. Considera que necesita fortalecer hasta el último día su caudal político en distritos calve, como Santa Fe, Córdoba, Entre Ríos, San Luis y Mendoza. Visitó más de una vez esas provincias. Incluso, envió emisarios de su equipo en reiteradas oportunidades. En la tierra del vino estuvieron, cada uno en viajes distintos, los dirigentes larretista Hernán Lacunza, Martín Redrado, Waldo Wolff, Cynthia Hotton, Straface y Quirós.
En la visita de hoy, además del anuncio para jubilados, Larreta se va a subir a un tranvía que une diferentes localidades, como Las Heras, Mendoza capital y Godoy Cruz. Compartirá actividades tanto con Cornejo como con el gobernador Suárez y con el intendente Ulpiano Suárez.
A 10 días de las PASO, Larreta también prepara un acto de fuste para su cierre de campaña. Será el jueves 10 de agosto en La Plata, ciudad gobernada por Julio Garro, intendente del PRO alineado con el larretismo. Estará junto a Diego Santilli, su precandidato a gobernador. Además, se espera la presencia de los intendentes que respaldan su candidatura, dirigentes nacionales y gobernadores electos de JxC aliados al larretismo. El jefe de Gobierno apuesta a cerrar su raid proselitista en una foto de volumen político, para exhibir equipo y “músculo” electoral.
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