A diez días de las PASO y cuando se cumple un año de su asunción como ministro de Economía, Sergio Massa se puso en modo candidato y viajó a dos provincias hostiles al peronismo con tres objetivos definidos: reanimar a la dirigencia y la militancia golpeada por las derrotas; polarizar con las ideas y propuestas de Javier Milei y de Patricia Bullrich; y pedir que vayan a votar a millones de argentinos que están desmotivados para cumplir el 13 de agosto con el derecho y la obligación de elegir a sus representantes.
El ministro/candidato visitó este martes Mendoza y San Luis y tiene previsto viajar en los próximos días a Córdoba y Corrientes. Se trata de cuatro distritos donde distintas expresiones de la oposición se impusieron en las elecciones locales de este año y que amenazan con repetir resultado también en la competencia nacional.
En cinco actos oficiales que realizó en ambas provincias cuyanas, Massa planteó este martes ideas que, en parte, fueron definidas junto al comando de campaña de Unión por la Patria y que serán planteadas por todos los candidatos en los últimos días antes de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
Para los estrategas que encabeza el catalán Antoni Gutiérrez-Rubí, el electorado está buscando en el futuro presidente dos cualidades que son decisivas: la firmeza y el diálogo. Entienden que Massa tiene ambos atributos y que quedaron explicitados tanto en la compleja negociación con el FMI como en la visita que hizo a la exposición de la Sociedad Rural. Por eso, apuestan a reforzar ese perfil para encarar el tramo final de la primera de tres etapas: las PASO, las generales de octubre y el balotaje de noviembre.
Los resultados de las elecciones previas configuraron un escenario inédito para el oficialismo de nueve provincias con victorias opositoras: por orden cronológico fueron Chubut, Santa Fe, Córdoba, Chaco, Corrientes, Mendoza, San Luis, San Juan y Jujuy. Pero en el búnker de UP, tienen encuestas que alimentan un moderado optimismo: para ellos se mantiene el escenario de tercios, con Massa, Milei y Bullrich entre las precandidaturas más votadas.
Ese trío es el mismo que protagoniza los cruces más duros en las últimas semanas. Es un “todos contra todos”, incluso entre el libertario y la ex ministra de Seguridad de Macri, que se solían prodigar elogios mutuos. Pero también de ambos contra Massa y viceversa. De hecho, el precandidato a presidente de Unión por la Patria considera que el líder de La Libertad Avanza no sólo corrió el margen de la discusión política, sino que empezó a marcar la agenda con temas como la dolarización, las privatizaciones, el arancelamiento de la educación y el achique del Estado. Y contra eso empezó a polarizar.
Lo hizo hoy en los actos que tuvo en Mendoza y en San Luis. En primer lugar visitó IMPSA, la industria metalúrgica pesada que fue de Enrique Pescarmona y que terminó estatizada para evitar su desaparición. Luego se reunió con dirigentes y militantes del peronismo mendocino, que en las últimas elecciones -PASO a gobernador- quedó en un deslucido tercer lugar. También encabezó un encuentro con jubilados y empresarios regionales y luego se fue a territorio puntano, donde tuvo un encuentro en la sede del PJ de la provincia que sufrió semanas atrás la primera derrota del partido que condujo desde 1983 la familia Rodríguez Saá.
“Este 13 de agosto empieza un partido en el que Argentina se juega mucho. Se lo pueden contar a cada vecino, a cada compañero de trabajo, en la fábrica: no vamos a elegir un candidato o elegir un presidente, vamos a elegir un modelo de país”, afirmó Massa en San Luis.
El precandidato a presidente advirtió que “ahí están ellos, paseándose por la Argentina hablando de ajuste, de eliminar el PreViaje, de recortar los medicamentos de los jubilados, de eliminar la movilidad jubilatoria, diciendo que no hacen falta universidades públicas, gratuitas, de calidad e inclusivas, que hay que eliminar las becas ProgresAr. A los trabajadores les quieren recortar el derecho a la indemnización, les quieren recortar el derecho a las vacaciones y el derecho a un salario digno”.
“Vayan y díganles a aquellos que en el 2019 nos acompañaron esperanzados y que perdieron la ilusión, que les pedimos disculpas por aquellos logros que no alcanzamos, que nos tocó una brava, que dejaron un país híper endeudado y rehén del Fondo Monetario. Que nos tocó además una sequía que nos quitó la posibilidad de poder lograr los objetivos, pero que a pesar de todo, lo mejor que pueden hacer es ir a votar, porque si ellos no eligen habrá otros que elegirán en lugar de ellos”, afirmó desde San Luis.
Y también, se refirió a los últimos resultados que tuvo el oficialismo puntano: “Mucho se habló del peronismo derrotado de San Luis después de 40 años. Muestren la fuerza, la fe, la convicción, la esperanza, muestren no solo no están derrotados, quiero que muestren que un tropezón no es caída, que le muestren a todo el país, que como en los últimos 40 años, el 13 de agosto y el 22 de octubre el peronismo de San Luis va a volver a ganar y a mostrarle a la Argentina que no lo han vencido”.
Se trata de uno de los mensajes que con mayor insistencia plantean desde el oficialismo y que busca revitalizar a un peronismo golpeado los malos resultados previos.
Antes, en Mendoza, Massa apuntó contra las ideas privatizadoras que plantea Milei y también contra Bullrich, en cuestiones de seguridad. El ministro de Economía defendió la estatización de IMPSA: “Estamos frente a una empresa que tiene para los próximos 4 años garantizados proyectos de desarrollo e inversión. Digo esto para aquellos que por ahí piensan en privatizarla. No van a necesitar privatizarla”.
El ministro/candidato resaltó que IMPSA es “un símbolo del desarrollo argentino y de la industria de Mendoza” y recordó que “la dejaron caer, al punto que algunos pensaron que esto podía ser un desarrollo inmobiliario”.
En ese marco, Massa buscó contraponer la posición del gobierno frente a los sectores más duros de la oposición: “La inversión en obra pública y en infraestructura no es gasto, es inversión para el desarrollo y eso, aquellos que miran la Argentina desde la comodidad de las 60 manzanas de la Casa Rosada y Recoleta, que tienen todas las avenidas hechas, no entienden lo importante que puede ser para el sur de la provincia de Mendoza la autovía que los conecta definitivamente para el desarrollo económico de Vaca Muerta. No lo pueden entender y lo conciben como gasto en una planilla”.
Sobre la cuestión de seguridad, Massa fue directo: “El discurso de mano dura en realidad es solo discurso mediático. Yo fui intendente de una ciudad, tomé la decisión de enfrentar el delito y baje en 92% el delito en mi ciudad, con cámaras, con móviles, con sistemas satelitales, con botones de pánico a las mujeres que eran víctimas de violencia de género, con un sistema de control satelital y un centro de monitoreo de todo eso. Lo hice en mi ciudad, lo pienso hacer de la misma manera en todo el país. Hay otros que ya tuvieron la responsabilidad de luchar contra la inseguridad y los resultados están a la vista”.
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