Sergio Massa retomó hoy la campaña electoral en Mendoza, provincia cuyana que gobierna Juntos por el Cambio. Un territorio hostil para el peronismo -en las últimas elecciones, en las PASO, el PJ quedó relegado a un tercer lugar- y desde donde envió dos mensajes con claro contenido electoral: defendió la decisión de que el Estado capitalizara una empresa metalúrgica que estaba en riesgo de quebrar, y apuntó a los que miran miran “desde Buenos Aires” los problemas que tiene el interior del país.
Después de días enfocado en las negociaciones con el FMI, el ministro de Economía volvió a su rol de precandidato a presidente de Unión por la Patria (UP) y comenzó desde la mañana la “gira federal”, que lo llevó a Mendoza y luego tiene previsto continuar por San Luis. En esta última provincia también el peronismo perdió las últimas elecciones, esta vez a gobernador, y puso fin a una hegemonía de los Rodríguez Saá que se había iniciado en 1983.
En el encuentro de esta mañana, Massa se reunió con los directivos de IMPSA, la empresa metalúrgica símbolo que fundó y dirigió la familia Pescarmona, y que en 2021 terminó en manos del Estado, tras una capitalización de unos 25 de millones de dólares que evitaron su colapso. En ese contexto, Massa resaltó que la compañía tiene proyectos por delante, incluso para ser proveedora de la Armada de Estados Unidos, y por eso expresó: “Estamos frente a una empresa que tiene para los próximos 4 años garantizados proyectos de desarrollo e inversión. Digo esto para aquellos que por ahí piensan en privatizarla. No van a necesitar privatizarla”.
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El ministro/candidato resaltó que IMPSA es “un símbolo del desarrollo argentino” y recordó que “la dejaron caer, al punto que algunos pensaron que esto podía ser un desarrollo inmobiliario”. “Este año ya tiene 100 millones de dólares de proyectos en marcha y a lo largo de los próximos días va a seguir incorporando proyectos”, entre los que nombró contratos con el Ministerio de Defensa para el rompehielos Almirante Irízar y mejora de los tanques del Ejército.
“A esta empresa la salvó el talento y la capacidad de sus trabajadores”, afirmó Massa y resaltó que el gobierno nacional, en 2021, tomó “la decisión de invertir y usar inteligentemente los recursos del Estado para pensar un proyecto de desarrollo industrial”. “Tenemos mirada federal porque esto es un símbolo de Mendoza. Para muchos en Buenos Aires no tiene ningún significado pero IMPSA sabemos que es un símbolo para los mendocinos, y tenemos 700 trabajadores aquí, con más de 92 proyectos y contratos en marcha, a punto de empezar a proveer a la Armada de Estados Unidos”.
En esas dos frases está concentrada parte de las ideas fuerza en las que el oficialismo asienta parte de su mensaje. La de “terminar con la lógica de los que piensan la Argentina desde 40 manzanas de Buenos Aires”. Y la de rechazar el discurso privatizador y que cuestiona toda actuación del Estado, incluso aquellas que pueden tener resultados positivos. Es una diferenciación que alcanza no sólo a Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, sino también a Javier Milei, el líder libertario.
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La economía
Más allá de las cuestiones vinculadas a la campaña, Massa también habló sobre las cuestiones que le son propias por su condición simultánea de ministro de Economía. En ese sentido puso como ejemplo que IMPSA “es una empresa exporta -todavía poco porque está trabajando más mercado interno- pero tiene mucho insumo dolarizado y entonces, cuanto más competitivo es el tipo de cambio, más posibilidades tiene de que le vaya bien”.
“Hay que tener una mirada inteligente, de entender que necesitamos orden fiscal en nuestras cuentas. Necesitamos hacer acumulación de reservas para hacer fuerte a nuestra moneda, pero también necesitamos competitividad cambiaria para que no sólo IMPSA, sino la vitivinicultura, los proyectos de turismo, enoturismo, que se viene dando de manera creciente en la provincia de Mendoza y en toda la Argentina, tenga la posibilidad de ser competitividad”, afirmó.
“Argentina tiene un enorme problema que nadie pone sobre la mesa a la hora de analizar la inflación: heredó del gobierno de Macri un ancla de 45 mil millones de dólares que tiene que estar renegociando cada 3 meses, es la deuda con el FMI, que se usó para financiar fuga de capitales. No quedó en empresas, en hospitales, no quedó en rutas, se usó para financiar la salida de plata de los fondos de inversión. Eso obviamente nos pone permanentemente en tensión a la hora de mirar el volumen macroeconómico de capacidad de la Argentina”, agregó.
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“Un segundo tema que nos impactó mucho es la sequía”, afirmó. Y recordó que “en diciembre habíamos cerrado muy bien en números de inflación, acumulación de reservas, en términos de cuentas fiscales y vino la sequía, que le costó 21 mil millones de dólares a la Argentina. De cada 100 pesos que le íbamos a vender al mundo, perdimos 21. Eso, en términos de cuentas estructurales nos obliga a estar permanentemente cuidando frente a aquellos que pretenden hacer ataques especulativos a la Argentina -o que desde la misma Argentina hacen ataques especulativos buscando ganar un manguito- y que eso no termine impactando sobre los dólares financieros porque de alguna manera nos pega en precios”.
La gira federal
Después de este acto con industriales, Massa puso en agenda una reunión con empresarios, emprendedores y productores vitícolas de Mendoza y, ya en una línea más político-electoral, un encuentro con intendentes, referentes políticos y candidatos de municipios y otros cargos locales.
Ya en San Luis, sobre la tarde-noche estará con empresarios, productores rurales y hoteleros y comerciantes de Potrero de los Funes y un acto en el cierre en la sede del PJ, donde compartirá escenario con la primera línea política de la provincia que gobierna Alberto Rodríguez Saá.
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