Hay algunos tibios gestos de distensión, pero Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich siguen sin ponerse de acuerdo en un búnker de campaña único el día las PASO, un tema clave para la imagen de unidad que necesitarán para ganarle al kirchnerismo en las elecciones del 22 de octubre. Los contactos entre operadores de ambos sectores están interrumpidos y la ex ministra de Seguridad no descarta esa posibilidad, aunque fijó sus condiciones: que se elija un lugar “austero” y que puedan compartir los gastos de alquiler y los detalles de la organización con el larretismo.
Bullrich transmitió en las últimas horas estos requisitos a algunos de sus colaboradores. En su entorno hay dirigentes que son partidarios de no pasar el domingo 13 de agosto con sus rivales internos y sí, en cambio, unirse para la foto final, cuando se conozca la tendencia irreversible de los votos. Creen que compartir el búnker puede profundizar las tensiones y que Costa Salguero, el predio reservado por Larreta y que ya se convirtió en el lugar tradicional para esperar los resultados electorales, no tiene un estilo sobrio, a tono con la idea de austeridad que predica el bullrichismo.
El búnker compartido fue el eje de llamadas que tuvieron hace 10 días Juan Pablo Arenaza, el jefe de campaña de Bullrich, y Eduardo Macchiavelli, hombre de Rodríguez Larreta. No hubo acuerdo. La propuesta surgió del emisario del jefe de Gobierno. El dirigente bullrichista dijo que no creía que estuvieran dadas las condiciones para un búnker único, pero quedó en hablarlo con su jefa política. Hasta hoy no volvieron a hablar. Desde ambos sectores esperan que el otro tome la iniciativa.
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Para los larretistas, estar juntos el día de las PASO se convertiría en una señal civilizada para la pelea que viene contra el kirchnerismo, donde deberán unirse sin fisuras. Coinciden con esta idea Mauricio Macri, Diego Santilli, Martín Lousteau, Jorge Macri y María Eugenia Vidal. Todos esperan que Bullrich la termine aceptando. Allegados al alcalde porteño afirmaron que aún aguardan un llamado de sus rivales para hablar sobre el tema y que el rechazo a Costa Salguero es “una soberana estupidez: ese lugar es un galpón y lo podés usar para que sea un centro de hisopado o un evento de la CNN”.
Para los bullrichistas, Costa Salguero es un lugar “muy caro” para las finanzas del sector y la precandidata presidencial insiste en compartir los costos del alquiler de un predio “austero”: temen que un sitio enorme y con un gran despliegue sea contradictorio con su estilo despojado. Y, además, sospechan que el larretismo buscará acaparar la organización: en las elecciones de 2021, se quejaron, “eran los dueños de las pulseritas para entrar al VIP y el criterio que utilizaron fue muy discrecional”.
Otro de los temores es que, si ceden el control del lugar, los partidarios del jefe de Gobierno lleven “barras” que en algún momento comiencen a cantar “Horacio Presidente” o provoquen a sus rivales internos. Por eso hacen hincapié en la importancia de organizar todo entre los dos sectores.
Tanta desconfianza pone en duda la posibilidad de que se comparta el búnker. De por sí, Bullrich ya tiene asegurado que podrá seguir el desarrollo de las PASO en el Palacio San Miguel, un salón de eventos que fue una tradicional tienda especializada en telas de tapicería y alfombras, ubicada en Suipacha 84. Su dueño es Hernán Lombardi, uno de los principales escuderos del bullrichismo.
Hay quienes imaginan que, de todas formas, Macchiavelli y Arenaza hablarán en las próximas horas para tratar de llegar a un acuerdo sobre el búnker compartido. Ya comenzaron a presionar algunas de las máximas figuras de JxC y hay un dato reciente que marca cierto clima de distensión entre los presidenciables del PRO: el domingo pasado, cuando compartieron el festejo en Chubut por el triunfo de Ignacio “Nacho” Torres en las elecciones de gobernador, Bullrich interrumpió a una parte del público que coreó “Patricia Presidente”, incomodando a su adversario interno, y dijo, conciliadora: “El 13 vamos a discutir con Larreta quién es presidente. Ahora estamos para acompañar a Nacho”.
¿Habrá sido el preanuncio de una tregua? Por ahora, Bullrich amaga con estar sólo con su gente el día de las PASO y condiciona el búnker compartido, pero el tema aún no parece estar resuelto.
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