“No hay octubre sin agosto”, la frase que pertenece al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, resume el plan urgente que se trazó en la campaña de Unión por la Patria para la provincia de Buenos Aires. Llegar a la elección general con un resultado más que favorable en las PASO y evitar así una remontada electoral que, interpretan en los equipos de campaña, será más que difícil.
Kicillof ya empezó a plantearlo en público. Este viernes cerró un acto de campaña en el municipio de Escobar donde, junto al intendente Ariel Sujarchuk, expresó que “no hay octubre sin agosto; en agosto tenemos que explotar las urnas con la boleta completa de Unión por la Patria para que haya más salud, más educación, más trabajo, más computadoras para los estudiantes, más dignidad para todos y todas”.
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El candidato presidencial, Sergio Massa, también lo había planteado días atrás en clave futbolera y bajando una línea de responsabilidad por lo que fue el gobierno del Frente de Todos. “Tenemos que ir a abrazar a los nuestros, pedirles perdón por nuestros errores y decirles que vengan en agosto, no en octubre, vengan en agosto porque el partido se empieza a jugar en agosto”.
En el peronismo saben que el cuadro de situación que arroje la elección Primaria puede llegar a ser determinante. Por eso, también, se está trabajando con “ir a buscar” al votante desencantado o que no iría a sufragar en las primarias, aunque sí en octubre con los comicios generales.
El último antecedente electoral en la provincia de Buenos Aires juega con esa tendencia. Si bien se trató de una elección legislativa y en plena salida de la pandemia, hubo una notoria suba de electores de las PASO a las Generales donde terminó imponiéndose Diego Santilli. Sin embargo, el peronismo hizo una remontada en la que estuvo cerca de dar vuelta el resultado de las Primarias. En algunos distritos lo consiguió, como por ejemplo en Quilmes.
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Esta vez, en UP, prefieren evitar ese escenario; por eso los intendentes del conurbano pasan por estos días más tiempo de recorrida en la calle que en sus despachos municipales. El trabajo de los jefes comunales para plantar clima electoral en el territorio es vital.
Mientras tanto, Kicillof reparte su tiempo en tres esferas: recorridas y actividades netamente de campaña, presencia en medios tradicionales y redes, adaptado a varios formatos: campaña segmentada con videos institucionales y sembrados en distintas redes sociales o bien participaciones en streaming -este domingo por la noche, por ejemplo, se estrenará una entrevista por el canal de YouTube El Método Rebord-; además de reuniones frecuentes con dirigentes de UP para monitorear y diagramar el curso de la campaña.
Si bien se armó una mesa bonaerense, el gobernador centraliza la campaña en la provincia de Buenos Aires y se amolda a lo que precise el candidato presidencial Sergio Massa.
Este sábado, ambos candidatos iban a compartir una caravana con fuerte liturgia peronista por las calles de La Matanza; sin embargo se pospuso porque el ministro de Economía extendió su agenda de campaña en la provincia de Tucumán.
Todo está amalgamado a la necesidad de Massa y más en la provincia de Buenos Aires. Es el ministro de Economía quién en definitiva termina coordinando la campaña.
“No hay provincia sin Nación”, repiten al lado de Kicillof, donde aclararon que la recorrida que estaba diagramada por las calles de González Catán “le tenía que servir” a Massa.
“Así como no se puede hacer una gestión local que dé todas las respuestas necesarias si no trabaja codo a codo con el gobierno provincial, de la misma forma nosotros necesitamos un gobierno nacional que tenga nuestras mismas prioridades para seguir haciendo escuelas, rutas y asfaltos”, planteó Kicillof este viernes.
Pese a no haber caravana, el gobernador irá igualmente este sábado a La Matanza pero recorrerá una actividad que se hace en distintos puntos del municipios y está apuntado a las juventudes con batalla de freestyle y clínicas deportivas. Las recorridas por el conurbano no amaina.
En la búsqueda de apostar todo en las PASO que plantea el peronismo asoma también la idea de que la interna que lleve adelante Juntos para la provincia de Buenos Aires se sugiere un poco más ordenada que la disputa de la fuerza opositora a nivel nacional que escaló día a día en virulencia. Un dato: el precandidato a gobernador e intendente de Lanús, Néstor Grindetti fue el jefe de campaña de su actual adversario directo, Diego Santilli en la elección que Juntos terminó ganando en la provincia de Buenos Aires en 2021. La hipótesis es que quién gane la interna retendrá buena parte del caudal de votos de su rival interno en las PASO y que el poder de los intendentes del PRO también entrará en juego, más allá del posicionamiento que tengan en esta primera etapa electoral, armando así una opción competitiva para disputarle, en este caso, a Kicillof.
En la provincia de Buenos Aires no hay ballotage y la elección se puede llegar a ganar o perder por la mínima diferencia. Prácticamente el gobernador no puede alentar a un corte de boleta si la candidatura de Massa no despega, ya que el tramo provincial está en el sexto lugar de una boleta que en la provincia de Buenos Aires tiene ocho tramos. Por eso pide, también, por la boleta completa.
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