Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich pusieron al rojo nuevamente la feroz pelea que mantienen justo cuando operadores de ambos negociaban una tregua para producir gestos de unidad. Ya parecía casi imposible que los precandidatos presidenciales compartieran el búnker el día de las PASO, como impulsaba el larretismo, pero ahora se diluyó la idea de una foto conjunta en la tarde del 13 de agosto que se iba a explorar para graficar que la batalla real será contra el kirchnerismo.
Las fricciones subieron de intensidad esta mañana con las críticas de Larreta a la propuesta de Bullrich de promover “un blindaje” de las reservas para poder remover el cepo en los primeros días de la próxima gestión. “El blindaje en nuestro país ya lo hizo De la Rúa y no vamos a repetir eso, seamos realistas”, dijo el jefe de Gobierno, que comparó a su rival interna con el gobierno de la Alianza.
“¿Cómo terminó De la Rúa después del blindaje? ¿Qué vamos a hacer? ¿Vamos a salir a pedir otro préstamo más al Fondo? ¿Esas son las soluciones? Seamos realistas”, afirmó el alcalde porteño.
Te puede interesar: Elecciones 2023: la participación electoral bajó en casi todas las provincias y preocupa a los candidatos presidenciales
La redes ardieron desde entonces por los dichos de Rodríguez Larreta. Bullrich decidió no contestar. Tampoco sus principales colaboradores ni precandidatos de su sector. Algunos exponentes de “los halcones”, sin embargo, apelaron a la artillería pesada contra el jefe de Gobierno: “De la Rúa terminó mal, pero peor le fue a Favaloro”, escribió en Twitter el diputado nacional del PRO Fernando Iglesias, alineado con Mauricio Macri y Bullrich. Para que no queden dudas de su postura, también publicó una foto en blanco y negro en la que están juntos De la Rúa y Rodríguez Larreta en la Casa Rosada.
¿Están dadas las condiciones para bajar los decibeles en la campaña y evitar el enojo del electorado que no quiere peleas de los líderes opositores? “Discutimos ideas, en este caso con un ejemplo concreto de lo que pasó en la historia reciente con una propuesta que hizo Patricia”, explicó un referente larretista, quitándole dramatismo a las críticas de su jefe político contra Bullrich.
Cerca del jefe de Gobierno descartan que haya querido asociar a su adversaria con De la Rúa: “La que habló del blindaje fue ella -enfatizó uno de sus principales asesores-. Horacio dio su opinión, fundamentada en el pensamiento de nuestros economistas y no hay que interpretar nada raro. Es bueno que la gente pueda valorar qué tiene en la cabeza cada candidato en materia económica”.
Aunque por ahora nadie quiere hablar, un referente bullrichista admitió que la postura de Larreta causó impacto en las filas de la ex ministra de Seguridad, aunque le pareció injusto lo que dijo: “Lo que deberíamos discutir sin golpes bajos es qué vamos a hacer con el cepo si somos gobierno. Si lo mantenemos, como quiere Horacio, vamos a tener la economía paralizada durante un año”.
El silencio de Bullrich y sus dirigentes cercanos parece responder a una estrategia de no endurecerse más ante las críticas que recibieron por la consigna “si no es todo, no es nada”, que fidelizó al electorado duro, pero causó rechazó en sectores moderados, que ven allí una apelación similar al “vamos por todo” del kirchnerismo. Esa imagen se reforzó tras las declaraciones de Elisa Carrió, quien advirtió que Bullrich y Macri “van por un ajuste muy brutal sobre la clase media” y los vinculó con la idea de que “hay que reprimir hasta matar si es necesario”. Juan Manuel López, diputado de la Coalición Cívica, sugirió que un gobierno de Bullrich podría podría asemejarse al de De la Rúa.
Por eso los dichos de López motivaron una rápida reacción a través de una carta de postulantes y referentes bullrichistas en la que plantean su “máxima preocupación” por afirmaciones que atribuyen a dirigentes del sector de Rodríguez Larreta que “no sólo no aportan nada a la buena convivencia democrática, sino que, además, no representan los valores de Juntos por el Cambio y lesionan las peleas que estamos dando juntos para terminar de una buena vez con el populismo kirchnerista”.
En medio de este clima, los larretistas sospechan que Bullrich difundió su segundo spot de campaña para “explicar mejor lo que quiso decir en el primero”, en alusión al video en el que se estrenó el slogan “si no es todo, es nada”. Ahora, ya no aparece ese concepto y la precandidata presidencial explica que “violencia es lo que vivimos todos los días en esta Argentina”. Los “halcones” lo niegan, pero parece una respuesta a quienes relacionan a Bullrich con la violencia por su discurso duro y sus planes de cambios drásticos con posibles consecuencias sociales si llega a la Casa Rosada.
Un consultor político, que pidió no ser identificado, sostuvo a Infobae que “si Larreta se endurece tanto hasta el punto de imitar el estilo agresivo de su contrincante y Bullrich se muestra moderada es porque ninguno de los dos debe estar encontrando el tono ideal para convencer a la gente”. “Nadie corrige una estrategia electoral sobre la marcha si tiene claros indicios de que es la correcta”, añadió.
Esta tarde, como si fuera una tácita respuesta a la ofensiva larretista, aunque no lo fue, el bullrichismo difundió un nuevo video de campaña: tiene un tono distinto a los anteriores spots, sin apelaciones al “todo o nada” y enfocado en “personas reales que viven y sueñan en este país y que se encontraron con Patricia Bullrich durante sus viajes por la Argentina”, explican en el sector.
La temperatura elevada de la campaña de Juntos por el Cambio deja en estado de espejismos las forzadas fotos de unidad que compartieron Larreta y Bullrich en Córdoba, tras las elecciones del domingo pasado en las que perdió Rodrigo de Loredo, y pone un signo de pregunta sobre la viabilidad de una imagen similar que se montará en Chubut el próximo domingo tras los comicios en los que Ignacio “Nacho” Torres, apoyado por ambos, competirá contra el PJ por la gobernación.
Faltan sólo 18 días para las PASO. Si se mantiene este clima bélico entre Larreta y Bullrich, pueden llegar al gran día en un estado de extrema tensión que anulará lo que les piden sus votantes con la mirada puesta en las elecciones generales: que se unan para derrotar al kirchnerismo.
Seguir leyendo: