El anuncio es inminente: Hugo Moyano tiene tiempo hasta esta medianoche para oficializar la lista única que encabezará en el Sindicato de Camioneros para buscar su noveno mandato en las elecciones del 25 de septiembre. Las miradas están puestas en quién lo acompañará como secretario adjunto: nadie duda de que nuevamente será Pablo Moyano, pero la pelea que mantienen padre e hijo le aporta una cuota de incertidumbre a la votación en un gremio clave de la Argentina.
Cualquier decisión que tome el líder de Camioneros se convertirá en una fuerte señal para el sindicalismo, el empresariado y el poder político, tanto el actual como el que asumirá el 10 de diciembre. Es que el hijo mayor de Moyano tiene un carácter difícil y el hecho de que siga secundando a su padre, que ya tiene 79 años, sería la confirmación de que se encamina a ser su heredero.
Nadie cree en el ambiente sindical y empresarial que Hugo Moyano margine a Pablo, pese a la disputa que sostienen, y menos ante la perspectiva de que Juntos por el Cambio pueda ganar las elecciones: si en las PASO triunfa Patricia Bullrich, el moyanismo teme que intente meter presos a sus líderes. Mantener la Secretaría Adjunta le daría cierta inmunidad al hijo mayor del jefe de Camioneros.
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A la luz de la disputa familiar, Pablo ya dejó de ser secretario adjunto de Hugo Moyano en la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros desde diciembre de 2021 y, en cambio, otros hijos del líder sindical fueron premiados en la conducción: Karina Moyano, como secretaria de Género; Huguito, abogado, como secretario de Coordinación de Asuntos Jurídicos, y Jerónimo, el menor de la familia, secretario de la Juventud. Ahora, hay quienes creen que, aunque Pablo será ratificado como número 2 del sindicato de CABA y provincia de Buenos Aires, sus hermanos ganarán posiciones: Karina ya es secretaria de Vivienda y Huguito y Jerónimo tendrían algún puesto.
Las dudas sobre el futuro de Pablo Moyano crecieron porque viene cediendo espacios en la estructura sindical. No va a su oficina en el gremio ni a la que tiene en la Mutual de Trabajadores Camioneros, que preside, e incluso se alejó de la obra social. También tiene una relación difícil con el sector que maneja la CGT (“los Gordos”, los independientes y los barrionuevistas), hasta tal punto que su papá lo reemplazó en varias reuniones y en el acto del 1° de Mayo, en Defensores de Belgrano.
La continuidad de Pablo sería una mala noticia para el sector empresarial y también para gran parte del ambiente político y sindical, en donde el carácter irascible del hijo mayor de Moyano hizo estragos. A diferencia de su padre, considerado un dirigente duro para negociar, pero con vocación dialoguista y de llegar a acuerdos, la intransigencia sin límite del adjunto de Camioneros hizo que se ganara la desconfianza hasta de sus aliados más cercanos, que le reprochan sus reacciones destempladas: “No se le puede decir nada -se quejó uno de ellos-. Se enoja por todo y te deja de hablar”.
La pelea entre Hugo y Pablo derivó en posiciones políticas casi antagónicas. El líder del sindicato afianzó durante la pandemia una amistad con Alberto Fernández que lo llevó a apoyarlo de manera monolítica, mientras Pablo se acercó a Máximo Kirchner y La Cámpora. Hoy, los dos se alinearon detrás de la candidatura de Sergio Massa, aunque llegaron por caminos distintos.
El líder del Sindicato de Camioneros formalizó su apoyo a Massa en una visita que hizo el 10 de julio al Ministerio de Economía junto con Huguito y Jerónimo. No fueron Pablo ni Facundo. Para Hugo se trató de un viraje luego de que poco antes del cierre de listas se presentó como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires por el sector de Daniel Scioli. Cuando el embajador en Brasil lanzó su postulación presidencial en el teatro Ateneo, el 22 de junio, Hugo Moyano y su esposa estuvieron en primera fila y el sindicalista fue uno de los oradores. Un día después, el jefe camionero se enteró por los medios de que Massa terminó siendo el candidato de la unidad en el oficialismo. Ni su amigo Alberto Fernández lo mantuvo informado sobre este tema.
Pablo también quedó desacomodado por los vaivenes de las candidaturas en Unión por la Patria. Pese a su cercanía con el kirchnerismo, no pudo ubicar a ninguno de su sector en las listas. Antes del cierre de las candidaturas estuvo con Scioli y el mismo día en que su padre lanzó su postulación se mostró con Eduardo “Wado” de Pedro, el candidato presidencial del kirchnerismo. El hijo mayor de Moyano no pudo ni incidir en el armado de las nóminas, aunque el ultra-K Mario Manrique (SMATA), uno de sus socios en el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y el que amenazó con prenderles fuego a los empresarios del Foro Llao Llao, fue finalmente el gran privilegiado del gremialismo por Cristina Kirchner en las listas: tendrá asegurado su ingreso a la Cámara Baja como tercer candidato a diputado nacional de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires.
Facundo Moyano, a su vez, está cada vez más cerca de su padre y desde que renunció a su banca de diputado nacional del Frente de Todos en agosto de 2021 por fuertes diferencias con el kirchnerismo, se convirtió en un crítico implacable de la Vicepresidenta y de La Cámpora. Esa postura también determinó que se peleara con Pablo luego de que lo criticó en una entrevista con Infobae: “Con la historia de lucha que tienen Hugo (Moyano) y Camioneros, es una lástima que vaya atrás de las ambiciones políticas y electorales de La Cámpora y que los quieran utilizar como fuerza de choque”, dijo el secretario adjunto del Sindicato de Peajes. Desde entonces, no hablaron más.
Aunque había llegado al Congreso como miembro del Frente Renovador, Facundo Moyano tomó distancia de la candidatura presidencial de Sergio Massa. La flamante grieta familiar quedó en evidencia durante la visita de Massa a la sede de la CGT, el miércoles pasado: Pablo, cotitular cegetista, estuvo en el escenario con la fórmula presidencial del oficialismo y otros directivos de la central obrera, mientras Hugo fue ubicado en la primera fila del salón Felipe Vallese y Jerónimo estaba en otro lugar del auditorio. Uno de los grandes ausentes precisamente fue Facundo. El Sindicato de Peajes estuvo representado a través de su titular, Florencia Cañabate.
“No apoyo ni dejo de apoyar (a Massa), no es mi pelea -explicó Facundo Moyano-. Con La Cámpora no voy a ningún lado, se lo dije a Sergio, como siempre digo las cosas de frente. Renuncié a mi banca porque no comparto cuestiones de formas ni de fondo con La Cámpora. No puedo apoyar candidaturas que tienen al camporismo encabezando las listas. Soy consecuente con lo que digo, así como siempre dije que con (Mauricio) Macri no iba a ningún lado. Soy el que sigue creyendo en el Massa de 2015 que dijo “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora que nos quieren dejar como parásitos en el Estado”. Cuando dijo eso me paré a aplaudir y fue el momento donde en el estadio de Vélez resonó el aplauso más fuerte. Si llega a la Presidencia ojalá pueda cumplir eso”.
La familia Moyano, de todas formas, será noticia en las próximas horas cuando se confirme si Hugo Moyano irá por una nueva reelección acompañado por Pablo. Aun así, el Sindicato de Camioneros ya no es el que era en el apogeo de la “patria camionera”, a partir de 2003, cuando Néstor Kirchner lo eligió al líder sindical como socio para fortalecerse a raíz del conocido “defecto de origen” de su gestión: el 22% de los votos con los que tuvo que asumir como Presidente ante la renuncia de Carlos Menem al ballotage. Esa condición de favorito del primer gobierno kirchnerista le brindó ventajas económicas y otras estrictamente sindicales, facilitadas desde el poder político.
A tono con la crisis del sector y la pérdida de poder sindical, Camioneros dejó de tener la paritaria “testigo” que marcaba el ritmo a los demás aumentos salariales y que siempre conseguía fuertes alzas. Y el mismo sindicato de los Moyano que había hecho de los bloqueos a las empresas su marca registrada, debió recalcular esa modalidad extorsiva de protestas luego de que un grupo de pymes se unió en el Movimiento Empresarial Anti Bloqueos (MEAB) y diseñó una exitosa estrategia jurídica que permitió un saldo impactante: hace un año había 10 dirigentes y activistas sindicales detenidos, 51 imputados y una veintena que irá a juicio en unos 30 bloqueos en casi todo el país.
Pablo Moyano es el directivo de Camioneros más asociado con la práctica de los bloqueos, aunque su propio padre lo desplazó durante la pandemia de las negociaciones con Mercado Libre, empresa con la que estaba en conflicto por el encuadramiento de 1.200 trabajadores, porque su intransigencia complicaba la relación del Gobierno con el empresariado. Lo mismo sucedió tras un bloqueo en el Parque Industrial Ader, de Villa Adelina, y en la similar protesta en los supermercados Walmart para que aplicaran la llamada “Ley Moyano”, que consistía en echar a 500 de los 718 empleados del centro de distribución de la empresa en Moreno, pagarles la doble indemnización y volver a emplearlos.
El hijo mayor de Hugo Moyano fue armando una suerte de ejército de incondicionales como Oscar Borda, el polémico jefe de Logística del sindicato que lideró la patota que controló los precios en los supermercados en enero pasado y que en 2022 encabezó el ingreso de matones a la empresa Milo, en Avellaneda, donde atacaron salvajemente a sus dueños e hirieron a 6 trabajadores.
En la CGT, donde es uno de sus 3 cotitulares, ostenta el récord de no haber concurrido al congreso que lo eligió (dijo que no se sentía bien, aunque se sospecha que lo hizo para diferenciarse de sus flamantes colegas) y desde noviembre de 2021, en que ocupa su cargo, estuvo más ausente que presente en las reuniones de la cúpula cegetista, a la que no se privó de atacar con dureza.
Aun así, su condición de secretario adjunto de Camioneros le otorga cierto trato preferencial. Massa, por ejemplo, se reunió en secreto con él y con Manrique apenas se confirmó su candidatura presidencial. Fue un encuentro anterior al que el ministro de Economía tuvo con Hugo Moyano. ¿Sabía el ministro-candidato que Pablo sería ratificado en su puesto? Parece difícil por el misterio con el que el jefe de Camioneros maneja las definiciones electorales de su gremio, pero la tregua entre padre e hijo es el dato insistente que circula en el ambiente en el que se toman las máximas decisiones.
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