Juntos por el Cambio (JxC) tenía expectativa por la elección de Rodrigo De Loredo en Córdoba capital. Había un convencimiento general que, por los sondeos previos, el diputado nacional de Evolución radical se impondría ante el peronismo local en la disputa por la intendencia. Era ese el escenario que imaginaban para lucir una foto de unidad que incluía, a 20 días de las PASO presidenciales, a Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich y la plana mayor de la coalición. El resultado electoral empañó la postal y reabrió un debate: la necesidad -o no- de aliarse con Juan Schiaretti, gobernador cordobés.
La oposición consideraba central ganar la intendencia de Córdoba. Era una forma de desafiar el poder de Schiaretti en la segunda provincia más poblada del país. Y, a la par, sostener el envión que había dado una serie de triunfos provinciales, cuya victoria más importante fue la del domingo pasado en Santa Fe. No sucedió porque, finalmente, el oficialismo ganó y retuvo el poder.
Para Rodríguez Larreta, el balance de las elecciones en Córdoba habilita un nuevo argumento para insistir en su idea de “ampliar” la coalición con Schiaretti. El Jefe de Gobierno está “convencido” de que el dirigente cordobés tiene un capital político necesario para garantizar la gobernabilidad de un posible gobierno de JxC.
“Sería sano tener un acuerdo con Schiaretti antes de que sean las elecciones para poder gobernar”, analizó un operador político de la coalición opositora y auguró: “En algún momento hay que sentarse con él a charlar”. En ese eje, un legislador radical sostuvo ante Infobae que el gobernador de Córdoba “está mucho más cerca de JxC que del kirchnerismo”. Incluso, fue el propio Schiaretti quien en la semana volvió a abrir la puerta a un acuerdo con la coalición opositora. “El país necesita un gobierno de unión nacional. Hay que establecer un programa e ir juntos”, declaró a Radio Mitre el cordobés.
En sintonía con Macri, Bullrich discrepa con esos argumentos. Fue la principal crítica a la propuesta de Larreta. Y sostiene la misma postura. Le ha dicho a sus asesores que el larretismo “jugó a dos puntas” con Schiaretti y generó “confusión” en los votantes cordobeses. En la mesa política bullrichista piensan que son “maniobras electoralistas” para capturar votos del schiarettismo en Córdoba.
Bullrich leyó los estudios sobre el peronismo del historiador italiano Loris Zanatta. Basada en esa línea, analiza que Argentina tiene que “romper” la idea de que la gobernabilidad sólo se obtiene con el movimiento político nacido en 1945. “Hay una oportunidad histórica de cambiar eso y que el peronismo pase a una intrascendencia. Insistir en meterlos adentro es un error”, reflexionó ante este medio un político del PRO de diálogo habitual con la ex funcionaria.
A tres semanas de las PASO, no parece sencillo un pacto con Schiaretti. Nada que el ajedrez político no pueda resolver. Bullrich permanecerá pétrea en su rechazo. Considera que quien se imponga el 13 de agosto digitará la política de alianzas de cara a octubre.
La foto de unidad que quedó desenfocada
A la espera de un festejo en Córdoba, los referentes de JxC estuvieron en contacto durante la semana y acordaron encontrarse en el búnker de campaña de De Loredo. Y así fue.
Córdoba se convirtió, de pronto, en La Meca de JxC, hacia donde miró toda su dirigencia en busca de una epifanía política. Desde los primeros minutos de la tarde del domingo, aterrizaron en la ciudad capital figuras como Gerardo Morales, gobernador de Jujuy y compañero de fórmula de Larreta, Martín Lousteau, líder de Evolución Radical y precandidato a jefe de Gobierno porteño, Gustavo Valdés, gobernador de Corrientes, Alfredo Cornejo, senador nacional y candidato a gobernador de Mendoza, Luis Petri, dirigente radical mendocino y compañero de fórmula de Bullrich.
Como De Loredo es el presidente del bloque de Evolución en Diputados, Lousteau movió a todos los integrantes de esa bancada: volaron Emiliano Yacobitti, diputado nacional y su principal armador político; los diputados nacionales Martín Berhongaray (La Pampa), Alejandro Cacace (San Luis), Carla Carrizo (CABA).
La ex ministra de Seguridad aterrizó en la provincia a las 17:55. Voló junto a Petri, a Damián Arabia, precandidato a diputado nacional y su armador en el interior, y a Laura Alonso, ex titular de la Oficina Anticorrupción. En el búnker de De Loredo los esperaba Laura Machado, diputada nacional del PRO y jefa de campaña bullrichista en Córdoba.
Mientras que Rodríguez Larreta arribó cerca de las 19. El sábado había estado en una gira de campaña por el sur del país. Por la mañana de ayer fue a una actividad proselitista con Jorge Macri, precandidato a jefe de Gobierno del PRO, y Soledad Acuña, su ministra de Educación. Luego almorzó con su hermano y armador político, Augusto Rodríguez Larreta, y se alistó para el viaje a Córdoba. Voló en avión particular acompañado por su pareja Milagros Maylin, ex funcionaria porteña, Augusto Rodríguez Larreta, y Christian Coelho, su jefe de prensa.
En Córdoba esperan dirigentes de peso local y nacional en JxC como Luis Juez, senador nacional y reciente candidato a gobernador; Mario Negri, diputado nacional y referente histórico de la UCR cordobesa; y Oscar Aguad, ex ministro de Defensa y dirigente radical.
Cuando se encontraron en el VIP del comando de campaña, Larreta y Bullrich ya sabían que De Loredo había perdido. El sistema de mesas testigos y el centro de cómputo de JxC coincidía con los números que manejaba el peronismo local: Daniel Passerini, precandidato a intendente de Schiaretti, se imponía por un margen irreversible. Finalmente, el escrutinio estableció que el dirigente oficialista alcanzó el 47% de los sufragios (312.812) contra el 40% (262.254) que obtuvo De Loredo.
El Jefe de Gobierno y la presidenta del PRO en uso de licencia se saludaron e intercambiaron unas palabras. Ambos bromearon con que “la final” será el 13 de agosto, en referencia a las PASO en la que los dos se medirán. De Loredo agradeció la presencia de todos los dirigente e ironizó: “Los hice venir al pedo”. Luego lo repitió en público. Todos los presentes lo respaldaron y salieron al escenario a poner la cara.
El resultado sorprendió a todo JxC. Había confianza en la posibilidad de ganar y, además, expectativa por la foto de todos los dirigentes nacionales junto a De Loredo. Imaginaban esa imagen en la tapa de los diarios. “En buen hora que estemos juntos. Más allá de las distintas posiciones, tenemos que poder mostrar a la Argentina una foto donde la oposición está construyendo el futuro”, se entusiasmó, en diálogo con la prensa local, el gobernador de Corrientes. En la misma línea, Cornejo explicó, en palabras que dio al canal cordobés El Doce, que la intención era “mostrar esta foto de nuestros principales candidatos y dar un mensaje de unidad con vistas al 13 de agostos pero, sobre todo, con vistas a octubre”. Cuando se abrieron las urnas, todo lo sólido se disolvió en el aire.
Los diagnósticos de una derrota inesperada para JxC
Schiaretti volvió a demostrar que su maquinaria política está aceitada y es difícil arrebatarle el poder de Córdoba. El 25 de junio logró que Martín Llaryora le ganara a Luis Juez y retenga la gobernación. Y anoche lo revalidó con el triunfo de Passerini ante De Loredo en la intendencia de Córdoba, clave para la gobernabilidad provincial.
En la oposición coincidieron en que la derrota se debió a la baja participación (votó menos del 60% del padrón), y a que el electorado que asistió a las urnas respaldó la gestión de Hacemos Por Córdoba. Luego, el bullrichismo alegó que el coqueteo de Larreta con Schiaretti “confundió” al electorado y facilitó el triunfo peronista. En cambio, desde el larretismo adujeron que hubo un candidato a concejal de De Loredo, sostenido por el bullrichismo, que fue señalado por el oficialismo local -y por algunos medios- por presuntos vínculos con sectores ligados al narcotráfico. “Eso nos afectó mucho”, opinó un dirigente cordobés cercano a Larreta. Dardos cruzados en medio de la interna presidencial.
En clave nacional, una parte del PRO y un sector del radicalismo también señaló que la derrota de JxC en Córdoba (en la gobernación y la intendencia de la capital) puso en jaque la influencia política de Mauricio Macri en la provincia. El ex Presidente es una figura de peso en electorado cordobés. Allí fue el triunfo clave para su llegada a la presidencia en 2015.
Este año, Macri respaldó a Juez y, especialmente, a De Loredo. Fue varias veces a la provincia durante el año y en la semana previa a la elección subió un video de apoyo al candidato radical. No alcanzó. “Mauricio se equivocó en inclinarse por Carolina Losada en Santa Fe y ahora perdió su candidato preferido de Córdoba”, aguijoneó un referente de JxC que conoce al ex Presidente hace dos décadas. En el círculo del macrismo desestiman esa idea y evalúan que es un “error” extrapolar los resultados de los comicios provinciales con la elección nacional.
La oposición hace cálculos y se prepara para la elección de Chubut, el 30 de julio, donde esperan el triunfo del diputado nacional Nacho Torres. Será el último comicio provincial antes de las PASO presidenciales. Luego, Larreta y Bullrich se encaminarán a los 10 días finales de campaña. El 13 de agosto se disolverá toda especulación política en JxC.
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