Hugo Moyano deberá oficializar al martes próximo la lista que encabezará para presentarse en las elecciones del Sindicato de Camioneros que se harán el 25 de septiembre. Aún mantiene el misterio sobre quiénes lo acompañarán en su novena reelección, pero la incógnita es el lugar que ocupará Pablo, su hijo mayor, aunque nadie duda de que seguirá como secretario adjunto del gremio. Sin embargo, la dura pelea que mantienen Hugo y Pablo desde hace dos años disparó las dudas acerca del futuro del integrante más díscolo de la familia, que abandonó espacios de poder en el sindicato.
El enfrentamiento entre padre e hijo comenzó con fuertes discusiones por la obra social de Camioneros, que atraviesa una fuerte crisis financiera mientras la empresa que la gerencia, propiedad de Liliana Zulet, esposa de Hugo Moyano, atravesaría momentos de esplendor económico. A esa situación se sumaron las diferencias políticas: el líder del sindicato afianzó durante la pandemia una amistad con Alberto Fernández que lo llevó a apoyarlo de manera monolítica, mientras Pablo se acercó a Máximo Kirchner y La Cámpora. Hoy, los dos se alinearon detrás de la candidatura de Sergio Massa.
Pero ahora es Facundo Moyano, el ex diputado nacional y secretario adjunto del Sindicato de Peajes, que se mantiene muy cerca de su padre y de sus hermanos Huguito, el abogado, y Jerónimo, el menor de la familia, quien ahora se diferencia del resto de sus parientes por la apuesta al postulante de Unión por la Patria: “Con Sergio (Massa) tengo buena relación, respeto y amistad, pero desde que renuncié a la banca dije que con La Cámpora que no voy ni a la esquina y voy a cumplir mi palabra; aparte, no tengo argumentos para defender la gestión de este gobierno”, afirmó a Infobae.
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La flamante grieta familiar quedó en evidencia durante la visita de Massa a la sede de la CGT, el miércoles pasado: Pablo, cotitular cegetista, estuvo en el escenario con la fórmula presidencial del oficialismo y otros directivos de la central obrera, mientras Hugo fue ubicado en la primera fila del salón Felipe Vallese y Jerónimo estaba en otro lugar del auditorio. Uno de los grandes ausentes fue Facundo. El Sindicato de Peajes estuvo representado a través de su titular, Florencia Cañabate.
“No apoyo ni dejo de apoyar (a Massa), no es mi pelea -explicó Facundo Moyano-. Con La Cámpora no voy a ningún lado, se lo dije a Sergio, como siempre digo las cosas de frente. Renuncié a mi banca porque no comparto cuestiones de formas ni de fondo con La Cámpora. No puedo apoyar candidaturas que tienen al camporismo encabezando las listas. Soy consecuente con lo que digo, así como siempre dije que con (Mauricio) Macri no iba a ningún lado. Soy el que sigue creyendo en el Massa de 2015 que dijo “voy a barrer a los ñoquis de La Cámpora que nos quieren dejar como parásitos en el Estado”. Cuando dijo eso me paré a aplaudir y fue el momento donde en el estadio de Vélez resonó el aplauso más fuerte. Si llega a la Presidencia ojalá pueda cumplir eso”.
De esta forma, el ex diputado, que llegó a su banca desde el Frente Renovador de Massa, tomó distancia del candidato de Unión por la Patria en el mismo momento en que Pablo, a quien Facundo criticó por su cercanía al kirchnerismo, ahora está en la misma sintonía electoral que Hugo.
El líder del Sindicato de Camioneros formalizó su apoyo a Massa en una visita que hizo el 10 de julio al Ministerio de Economía junto con Huguito y Jerónimo. No fueron Pablo ni Facundo. Para Hugo se trató de un viraje luego de que poco antes del cierre de listas se presentó como primer candidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires por Unidos Triunfaremos, el sector de Daniel Scioli. Cuando el embajador en Brasil lanzó su postulación presidencial en el teatro Ateneo, el 22 de junio, Hugo Moyano y su esposa estuvieron en primera fila y el sindicalista fue uno de los oradores. Un día después, el jefe camionero se enteró por los medios de que Massa terminó siendo el candidato de la unidad en el oficialismo. Ni su amigo Alberto Fernández lo mantuvo informado sobre este tema.
Pablo también quedó desacomodado por los vaivenes de las candidaturas en Unión por la Patria. Antes del cierre de las listas estuvo con Scioli y el mismo día en que su padre lanzó su postulación se mostró con Eduardo “Wado” de Pedro, el candidato presidencial del kirchnerismo. El hijo mayor de Moyano no pudo incidir en el armado de las nóminas electorales, aunque el ultra-K Mario Manrique (SMATA), uno de sus socios en el Frente Sindical para el Modelo Nacional (Fresimona) y el que amenazó con prenderles fuego a los empresarios del Foro Llao Llao, fue finalmente el gran privilegiado del gremialismo por Cristina Kirchner en las listas: tendrá asegurado su ingreso a la Cámara Baja como tercer candidato a diputado nacional de Unión por la Patria en la provincia de Buenos Aires.
Casi a tono con las definiciones electorales, la pelea de Hugo y Pablo Moyano puede alcanzar una tregua si, como se espera, el hijo mayor sigue como secretario adjunto del Sindicato de Camioneros en la lista que su padre debe presentar para las elecciones del 25 de septiembre próximo. Había dudas porque el enfrentamiento se mantiene y Pablo viene cediendo espacios en la estructura sindical. No va a su oficina en el gremio ni a la que tiene en la Mutual de Trabajadores Camioneros, que preside, y también se alejó de la obra social de la actividad. También tiene una relación difícil con el sector que maneja la central (“los Gordos”, los independientes y los barrionuevistas), hasta tal punto que su papá lo reemplazó en varias reuniones y en el acto cegetista por el 1° de Mayo, en Defensores de Belgrano.
A la luz de la disputa familiar, Pablo dejó de ser secretario adjunto de Hugo Moyano en la Federación Nacional de Trabajadores Camioneros desde diciembre de 2021 y, en cambio, otros hijos del líder sindical fueron premiados con cargos en la conducción: Karina Moyano, como secretaria de Género; Huguito, como secretario de Coordinación de Asuntos Jurídicos, y Jerónimo, secretario de la Juventud. Ahora, hay quienes especulan que, aunque Pablo será ratificado como número 2 del sindicato de CABA y provincia de Buenos Aires, sus hermanos ganarán posiciones: Karina ya es actualmente secretaria de Vivienda y se espera que Huguito y Jerónimo tengan algún puesto.
Será un paso más en la reconversión del clan familiar, cuyo líder irá por su novena reelección consecutiva en Camioneros, pero a sus 79 años parece estar moviendo fichas para dejar ubicados a sus hijos en posiciones estratégicas en el sindicato ante la posibilidad de un eventual retiro.
La continuidad de Pablo es una mala noticia para el sector empresarial y también para gran parte del mundo político y sindical, en donde el carácter irascible del hijo mayor de Moyano hizo estragos. A diferencia de su padre, considerado un dirigente duro para negociar, pero con vocación dialoguista y de llegar a acuerdos, la intransigencia sin límite del adjunto de Camioneros hizo que se ganara la desconfianza hasta de sus aliados más cercanos, que le reprochan sus reacciones destempladas: “No se le puede decir nada -se quejó uno de ellos-. Se enoja por todo y te deja de hablar”.
Por eso Hugo Moyano lo desplazó de varias negociaciones clave para que no las complicara (como sucedió en los conflictos con Mercado Libre y Walmart durante la pandemia), aunque no le puso límites como el principal promotor de los bloqueos de Camioneros a numerosas pymes (que fueron declarados ilegales por la justicia, con activistas sindicales procesados y detenidos) e incluso tampoco lo desautorizó como el jefe de una suerte de ejército de incondicionales, entre ellos Oscar Borda, el polémico jefe de Logística del Sindicato de Camioneros que lideró la patota que controló los precios en los supermercados en enero pasado y que en 2022 encabezó el ingreso de matones a la empresa Milo, en Avellaneda, donde atacaron salvajemente a sus dueños e hirieron a 6 trabajadores.
En mayo pasado, en medio de versiones sobre su alejamiento de Camioneros y un exilio en España, Pablo Moyano negó su retirada: “Mirá que me voy a ir del país. Si te vas me hace recordar a aquella famosa frase de Casildo Herreras: Yo me rajo. Desmiento esa gansada, que se queden tranquilos que va a haber Pablo Moyano para muchos años peleando por los laburantes, que es lo que uno eligió”. Ahora, todo indica que, a menos que Hugo Moyano tenga una sorpresa bajo la manga, su hijo Pablo será convalidado como el heredero de la “patria camionera”. Una buena noticia para él, una mala noticia para los que apuestan por un sindicalismo distinto, a tono con los desafíos del siglo XXI.
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