Un allegado a Facundo Jones Huala, el líder de la agrupación Resistencia Ancestral Mapuche (RAM), fue detenido cuando se presentó a visitarlo a la cárcel federal de Esquel debido a que existía un pedido de captura que había emitido tiempo atrás la Justicia Federal.
Lucas Pilquimán forma parte de un expediente iniciado luego de un ataque vandálico a la Intendencia del Parque Nacional Nahuel Huapi, en el marco de una manifestación para pedir Justicia por la muerte de Rafael Nahuel, el joven mapuche que murió de dos disparos en el marco de un supuesto enfrentamiento con efectivos de la repartición Albatros de la Prefectura Naval Argentina.
Cuando se presentó a visitar a Jones Huala en la unidad penitenciaria, los encargados de la custodia constataron que sus datos figuraban en un amplio listado de referentes mapuches que tienen pedidos de captura por distintos episodios.
La disposición judicial mantenía su vigencia, a pesar de que el caso investigado ocurrió en el año 2018. El involucrado no respondió a las distintas citaciones, motivo por el que el magistrado dispuso su captura.
Los integrantes de la Asociación Gremial de Abogados de la República Argentina, que tomaron la defensa de Pilquimán, minimizaron el procedimiento y dijeron – en diálogo con el Diario Río Negro- que es “es una causa por daños, por una situación que se dio por una marcha cuando mataron a Rafita Nahuel. Es una causa vieja que ya tiene indagatoria”.
“Desde el juzgado federal trataron de ubicarlo (a Pilquiman) en su domicilio y no pudieron contactarlo, es lo que pasa con las causas penales, cuando vos fijás un domicilio y no te encuentran” describió ante el mismo medio, minimizando el caso.
Jones Huala permanece alojado en la Unidad 14 desde principio de año, cuando fue recapturado por la Policía de Río Negro durante un procedimiento que tuvo lugar en una vivienda de la localidad de El Bolsón.
El líder de la RAM. que está a la espera de ser extraditado, se mantuvo en la clandestinidad más de 300 días. Se dio a la fuga durante un permiso de libertad condicional que le otorgó la Justicia chilena y que fue revertido luego por la Corte Suprema trasandina. Cuando la máxima autoridad judicial del país vecino ordenó que el convicto regrese a prisión, su paradero ya era incierto.
Logró atravesar los controles fronterizos, posiblemente por un paso no habilitado, y de acuerdo a lo que explicó en la única comunicación que efectuó desde la cárcel, se mantuvo oculto en distintas comunidades mapuches de la región.
El 27 de este mes se realizará el juicio de extradición para que la Justicia decida si será trasladado a Chile para continuar cumpliendo la condena por un ataque incendiario y la portación ilegal de armas.
“Está casi solo”
La llegada de Pilquimán a la unidad penitenciaria sorprendió a los guardiacárceles que lo custodian a Jones Huala, ya que no abundan las visitas al conductor de la RAM, agrupación de la que no se conocen más integrantes.
“Perdió el acompañamiento de muchos referentes del Pueblo Mapuche. Desde que fue detenido esta última vez, sólo algunos allegados y familiares lo visitan, aunque antes era más común ver a referentes mapuches de distintas partes de la región, tanto de Río Negro como de Chubut”, contaron a Infobae fuentes con acceso al expediente.
En un mensaje que emitió durante su permanencia en esa dependencia federal, fue crítico hacia los integrantes de las comunidades mapuches: “A pesar de nuestra pobreza, nunca trancé ni me vendí como sí lo hacen algunos disidentes que se fueron de la organización y hoy gozan de impunidad, al contrario de otros que por no renunciar a nuestros principios, son perseguidos por las ideas y acción consecuente”.
Además, en el mismo sentido, invitó a aquellas voces contrarias dentro del movimiento mapuche “a acercarse al debate sano, antes de desparramar calumnias porque la RAM existe dentro del Movimiento Autónomo del Puelmapu. Más que una organización son conceptos, negarlos es negar el autonomismo para posicionar al estatismo”.
Del otro lado hubo críticas hacia Jones Huala sobre su accionar e incluso hubo mapuches que, desde el anonimato, pusieron en duda su desempeño como lonko o líder de un sector. “Es difícil pensar que nuestra guía y referente sea detenido borracho, y que tenga cómo única forma de actuar la incitación a la violencia. No todos los mapuches nos sentimos representados”, concluyeron.