“Es un Milei en estado puro”. En el entorno más íntimo del líder libertario lo que se escucha es enojo, bronca y una sensación de traición inesperada de Patricia Bullrich. También, que encontró en su contrapunto con Sergio Massa, un recurso que le puede dar un envión en el sprint final de la campaña de cara a las PASO. ¿Le servirá ese cruce al ministro-candidato de Unión por la Patria (UP)?
El precandidato a presidente de La Libertad Avanza le transmitió a sus colaboradores más cercanos que con Bullrich ya no hay retorno. En público contó los motivos que lo llevaron no sólo a desconfiar de ella, sino a responsabilizarla por episodios que -entiende- buscaron limarlo pura y exclusivamente para restarle votos. Desde el bullrichismo niegan todo, pero no quieren meterse en ese barro.
Milei anota en esa serie de eventos desafortunados que, supuestamente, gente del entorno de la presidenciable de Juntos por el Cambio motorizó algunas de las denuncias de venta de candidaturas, como así también escraches en la calle y, una última movida que le resultó “imperdonable”: la versión de que había sido increpado en el acto en memoria de las víctimas del atentado a la AMIA y que, incluso, lo insultaron, escupieron y le tiraron huevazos.
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“Si no hay una disculpa pública y echa a los que hicieron estas porquerías, no hay retorno”, le dijo a gente de su más estricta confianza, según pudo saber Infobae. Apuntó, entre otros, a Nicolás Massot, Sabrina Ajmechet y Martín Yeza, entre otros militantes activos de la ex ministra de Trabajo. “No lo esperaba de ella, al final es igual que el otro, que el siniestro”.
Es que Patricia Bullrich terminó en las últimas horas empatada en rechazo visceral al enemigo permanente que es para Milei el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta. Ambos precandidatos a presidentes de Juntos por el Cambio disputan con él parte del mismo electorado.
En la última encuesta domiciliaria que difundió Opina Argentina, de Facundo Nejamkis, Bullrich y Larreta están empatados en 15% y el liberatario tiene 22%. En ese relevamiento, Sergio Massa, el otro antagonista de Milei, encabeza las mediciones con 26%.
Según pudo saber Infobae, con el episodio de la AMIA, para Milei se cruzó una línea roja que él ya demostró no tolerar en otros casos. Llegó a denunciar a periodistas y a dirigentes políticos por compararlo con Hitler y el nazismo. Estudioso de La Torá y el Talmud y de meditación cotidiana con un rabino, no acepta esa descalificación. “A mí me pueden decir lo que quieran, pero no con eso. Fui el único candidato a presidente que estuvo en el acto de la AMIA y mienten”, le dijo, entre otros, a su hermana Karina.
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¿Qué impacto puede tener este enojo? El líder libertario suele ser de los más filosos críticos de lo que él denomina “la casta” y sus cuestionamientos pesan no sólo en los medios de comunicación sino, sobre todo, en el territorio que se disputa el sentido de la política: en las redes. Allí, convive una comunidad activa que logra instalar temas, ideas. “Si le hacen estas operaciones a Javier, él va a empezar a recordar todos los días lo que hizo ella en los 70″, advertían, no sin fastidio en su entorno.
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Pero el choque con Bullrich no fue la única novedad política que instaló Milei esta semana. Su desafío a Sergio Massa para debatir de economía -en el Luna Park, en la cancha de River o el Obelisco- fue, también, otra jugada que lo instaló y que aparece justo cuando el ministro-candidato dejó trascender que el verdadero peligro al que se enfrenta la Argentina es que se impongan las ideas económicas que impulsa el líder libertario y que contagió a Juntos por el Cambio. La dolarización, el arancelamiento de la educación y las privatizaciones fueron solo algunos de los temas que empezó a agitar el economista y terminaron en boca de los candidatos de JxC.
¿Fue casual que Massa compartiera con Cristina Kirchner un acto por un aniversario de la estatización de Aerolíneas Argentinas? Esa empresa pública es una de las que Milei puso bajo la lupa y que Mauricio Macri directamente propuso, directamente, cerrarla.
El ministro de Economía -que enfrenta una compleja negociación con el FMI- planteó públicamente su decisión de dar la discusión de fondo sobre esos planteos y, desde la inauguración del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner viene planteando que el mercado es clave para el crecimiento, pero que hay obras, servicios y bienes públicos -salud y educación, entre otros- que deben estar en cabeza del Estado.
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“Lo de Massa lo voy a seguir y lo desafié a debatir donde quiera y si quiere hacerlo con los militantes que hinchen por él no tengo problemas. Él me tiró un piedrazo y yo se lo devolví”, contó Milei que, al igual que en discusión con Patricia Bullrich volvió a su estado puro, ese que lo puso en los medios de comunicación y le generó una popularidad que lo llevó, desde los estudios de televisión, a la política.
“¿Se anima? Hola @SergioMassa Declarar en la tele frente a un periodista militante es fácil. Elija la hora, el lugar, el moderador y llénelo de militantes. Yo voy a explicarle por qué su modelo viene destruyendo el país hace 100 años mientras ustedes los políticos se benefician. Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre. Espero respuesta”, fue el tuit que generó un revuelo.
En el entorno del ministro de Economía reconocieron que para él se trata de una “pelea de fondo”, entre otras cosas porque “esas ideas generan inestabilidad”. “Está dispuesto a dar la discusión porque para él la dolarización empobrece a la gente, la universidad pública hay que defenderla porque la mayoría son hijos de trabajadores y primera generación de universitarios y la seguridad la tiene que dar el Estado”.
Entre Massa y Bullrich, y a tres semanas de las PASO, Milei volvió a “su estado puro”.
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