Mucho antes de desafiar en La Matanza al intendente Fernando Espinoza, de convertirse en diputada provincial, de conocer a Emilio Pérsico y de obnubilarse con Néstor Kirchner, y de vivir en una villa en Virreyes, en San Fernando, en el conurbano que la enamoró, Patricia Cubría, “La colo”, se escapó a los 12 años con su madre hacia la Ciudad por “una situación de violencia de género” en su casa de la que no da demasiados detalles pero que fue, según ella, “muy grave”. “Mi papá era arquitecto y mi mamá psicóloga, de clase media, provincianos, él cordobés, ella riojana. Nos vinimos a Buenos Aires. Fue muy fuerte. Después recuperamos la relación, él tenía problemas de salud, de adicción al alcohol. Mi papá murió, mi mamá vive en capital todavía: no la pude convencer de venir a vivir conmigo. Yo soy casi una hija adoptada bonaerense”, asegura.
Legisladora del Movimiento Evita, en pareja con Pérsico -uno de los líderes de la organización social-, con el que tuvo a Néstor Vicente, un homenaje al ex Presidente y al “Chacho” Peñaloza, después de la capital Cubría pululó primero por la primera sección electoral, de alquiler en alquiler, hasta arraigarse en La Matanza, en la tercera sección, el distrito más peronista, populoso y con el mayor caudal de votos del Gran Buenos Aires que la mujer de 41 años -más de dos décadas menos que su compañero- pretende administrar desde diciembre.
Maipú y French, pasillo, casa 11. Ahí vivió, en Amor y Corazón, un humildísimo barrio de casas precarias del corazón de San Fernando, hasta comprar la casona de Isidro Casanova que en los ‘80, junto a otras construcciones, se había mandado a edificar sin éxito para Mario Firmenich y parte de la cúpula montonera. Veintidós containers de escombro mediante, y una reedificación, Cubría y Pérsico se mudaron allá en el 2016. “Nosotros somos muy humildes, hemos vivido en una villa por elección, y siendo yo diputada de la provincia. En vez de alquilar en el centro de San Fernando fuimos a vivir ahí, no es cierto que nos gusten los bienes materiales. Es una locura. Un amigo decía ‘todo ladrón cree que el otro es de su condición’. ¿Toda mala persona pensará de esa manera, que alguien es capaz de sacarle algo a otro ser humano, o que se compran y se venden cosas? Es horroroso. Los programas (sociales) los recibe cada beneficiario”, dice la precandidata a intendenta de Unión por la Patria en un café a metros de la peatonal de Gregorio de Laferrere.
Según la última declaración jurada de bienes que figura en el sitio web de la Cámara de Diputados bonaerense, Cubría posee dos automóviles y tres inmuebles: la propiedad de La Matanza, un terreno en Tigre y un campo en General Alvear, Mendoza. Pérsico, secretario de la Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social, tiene solo algo más de $2 millones en su caja de ahorro, según la última presentación patrimonial presentada en la Oficina Anticorrupción.
Cubría conoció más íntimamente a Pérsico cuando se integró al Movimiento Evita, en el 2002, a través de una agrupación llamada Juventud Argentina.
-¿Le molesta que le digan piquetera?
-Sí, me molesta, me duele. Somos un movimiento popular que lo que ha unido es a varias generaciones y a varios sectores sociales con una voluntad de construir justicia social y de darle poder a los que no tienen poder. Esa es nuestra tarea, no le sacamos el poder a nadie. Es al revés. Se nos demoniza como si fuéramos personas que administráramos planes, pero somos un espacio con un tejido social mucho más grande.
-¿Y no se moviliza a las marchas a los beneficiarios de planes sociales?
-Tendrían que venir algún día y ver con qué convicción y con qué alegría vamos. Vamos todos convencidos, no vamos a obligar a nadie a algo así. Yo no sé al dedillo como funcionan todos los movimientos, habrá gente mala en todos los lugares, pero nuestros compañeros van con ganas. ¿Sabes qué feo que es cuando sos invisible para tantos y se dicen barbaridades? Nuestros compañeros se sienten empoderados cuando movilizamos.
La legisladora la tiene muy difícil, a pesar de las señales de la cúpula del kirchnerismo, que habilitó su postulación: desbancar a Espinoza, el jefe matancero que lidera el distrito desde hace años, no es tarea sencilla. Pelea contra la estructura local, según ella en “situación de abandono y anquilosamiento”, y contra su bajo nivel de conocimiento en algunos sectores del municipio, que combate a contrarreloj. El miércoles 19, Infobae caminó junto a ella algunas cuadras en torno a la peatonal de Laferrere, frente a la estación del tren Belgrano Sur, un lugar muy transitado, plagado de venta ambulante y negocios. Se acercaron algunas mujeres a saludar y a pedirle fotos. El resto siguió su ritmo habitual.
A escasos metros, el intendente y el ministro de Economía, Sergio Massa, habían inaugurado el fin de semana un paso bajo nivel. Este viernes, Cubria tiene prevista una actividad en la universidad local junto al precandidato presidencial de UP. “Se inauguró un tunel al que ya había venido “Wado” (Eduardo de Pedro) hace un mes y medio. Es una barbaridad. Estamos esperando a Sergio a un acto en la universidad este viernes, para que pueda exponer sus planteos y tenga un ida y vuelta de preguntas”, explica la precandidata del Evita.
-¿Se le puede ganar al intendente de La Matanza?
-Sí que se puede.
-¿No es una misión un poco imposible?
-No, eso es un imaginario de poder que no existe. Acá está la municipalidad en situación de abandono, de anquilosamiento, y así está la estructura que conduce el municipio, sin poder dar respuestas, con mucha agua bajo el puente de promesas inconclusas. Los vecinos nos ven como la única alternativa seria para sacarse a Fernando (Espinoza) de encima.
-Su candidatura se confirmó con el aval del kirchnerismo, ¿quién es el candidato de ese espacio, usted o Espinoza?
-En realidad nuestra candidatura es producto de un frente vecinal. Nosotros construimos una fuerza muy matancera, tiene que ver con instituciones muy prestigiosas como la universidad, el obispado, sectores empresarios e industriales, los movimientos populares, algunos sindicatos. Todo muy matancero.
-¿Qué nivel de tensión hay en esta interna en La Matanza?
-Nosotros desde nuestro lugar nunca apostamos a la violencia, ni queremos que se promueva, lamentablemente somos víctimas de esos actos de violencia que para mi tienen que ver con la impotencia.
-¿A qué se refiere?
-Fueron testigos el año pasado que casi hubo un intento de fusilamiento, gente armada. Nuestra militancia es muy sana, militantes jóvenes, otros históricos del peronismo, la mayoría de la gente que está en la calle no tiene esas mañas. Ahora no hubo nada como eso, lo hubiéramos denunciado, pero hay muchas cosas que suceden que no las denunciamos porque no vale la pena gastar pólvora en chimangos. Nos rompen carteles, gigantografías.
-¿Es muy caro hacer campaña en La Matanza?
-Nosotros tenemos mucha experiencia en la solidaridad, en armar a pulmón las cosas.
-¿Se financian con aportes?
-Hay cooperativas que nos dan una mano, también empresarios. Si te dicen que es carísimo, no es tanto (ríe).
-¿Usted dice que no es tan cara la campaña, siendo tan grande La Matanza?
-Capaz ellos tendrán otros gastos, pero nosotros estamos llegando bien con aportes propios de cada sector, en lo que más se gasta en en papel, afiches, volantes.
-¿A quién cree que apoya Máximo Kirchner, el jefe de La Cámpora y presidente del PJ bonaerense?
-Yo creo que en el fondo me quiere a mí, estoy segura (ríe).
-Pero por ahora se mantuvo prescindente.
-Por ahora. Yo creo que también va a venir a acompañarnos a alguna actividad. En la superestructura se ve que este proceso está agotado. Los intendentes de la tercera sección, todos lo ven.
-En los últimos días Massa vino a acompañar a Espinoza a una inauguración oficial.
-A inaugurar un túnel al que ya había venido “Wado” (Eduardo de Pedro) hace un mes y medio. Es una barbaridad. Fue ese acto de gestión, y estamos esperando a Sergio a un acto en la universidad este viernes, para que pueda exponer sus planteos y tenga un ida y vuelta de preguntas.
-¿Y Cristina Kirchner a quién cree que apoya?
-No soy objetiva, pero no es casualidad esa foto que se sacó conmigo antes del cierre de listas. Es un cuadro que evalúa, conduce. Todos ven que tenemos muy cerca la victoria.
-¿Usted ve un fin de ciclo en el peronismo en general?
-Aquí en La Matanza sí veo un fin de ciclo de un peronismo que quedó sepia, blanco y negro. No será infinito nuestro presupuesto pero hay una estructura para poder darle una respuesta al vecino. En la política en general hay un proceso de distancia, no sé si de divorcio pero sí de distancia entre los representantes y el pueblo. Yo veo un ciclo agotado de la política, no solo del peronismo.
-En estos casi cuatro años de gobierno de Alberto Fernández hubo tensión entre el Evita y el kirchnerismo, y La Cámpora.
-Eso lo instalan mucho los medios. Nosotros hablamos con Maxi y con ellos todo el tiempo. No salimos a desmentir cosas porque si no tenemos que pasarnos desmintiendo las pavadas que dicen de nosotros.
-Pero en su momento estuvieron más cercanos a Alberto Fernández.
-Suena confuso, pero nosotros tenemos autonomía. No estuvimos ni con Cristina ni con el Presidente, o al revés: estamos con los dos, y con Sergio también. Yo lo respeto mucho a Alberto, me parece un dirigente que le tocó con las más feas condiciones manejar una pandemia que nadie en la humanidad había podido transitar esto, y lo voy a respetar toda la vida por eso. No hubo muertos apilándose, ni falta de respiradores, y eso fue una decisión política de Alberto y de este gobierno. En cuanto a la gestión tenemos problemas gravísimos de la inflación y la situación económica que es producto de la estructura de formación de precios de nuestro país.
-¿Rescata algo de la gestión de La Matanza? Le pregunto con sinceridad.
-¿Qué podríamos rescatar de esta gestión? Es muy difícil, no hay por dónde (risas).
-Después del 13 de agosto, ¿el que gana conduce y el que pierde acompaña?
-Totalmente de acuerdo, espero que me acompañen porque vamos a ganar la interna.
-¿Y si pierde?
-No lo veo para nada. Por eso estamos con tanto entusiasmo y nervios de ir armando nuestro plan de gobierno.
-¿Cómo hace para ganarle a la estructura del municipio?
-No tiene, ha quedado anquilosado. Esa estructura, durante 17 años le pediste ayuda, y te maltrató, y ahora viene a pedirte el voto. Espinoza no puede caminar como yo, estar sentada acá como yo, no lo puede hacer. Es impresionante. Dónde va, va encapsulado, y es así.
-¿Le fastidia que en algunos sectores de la política se la mencione como “la mujer de Pérsico”?
-Sí, soy feminista además, mujer empoderada desde muy chiquita. En los medios, en la política hay cierta opinión, “bueno, voy a hablar con Emilio”: “No mamá, tenes que hablar conmigo si queres”.
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