A tres semanas para que se celebren las PASO, Alberto Fernández analizó el escenario político y se refirió al armado electoral de Unión por la Patria, la nueva denominación electoral que surgió a partir de las diferencias internas que condicionaron al espacio oficialista.
Luego de hacer un repaso pormenorizado de su gestión, en el que hizo énfasis especial en los datos positivos -aumento sostenido de la actividad económica y la asistencia social durante la pandemia, entre otros-, el Presidente fue consultado por Jorge Rial (Radio 10) sobre las razones que lo llevaron a no ir por la reelección y su respuesta se enfocó en la búsqueda de “unidad” dentro del espacio.
“Yo soy un ser humano y a mí las muertes de la pandemia me duelen, el hacer todo para que mas gente no se enferme me significó un esfuerzo grande en lo personal. Me tocó un tiempo de guerra...”, inició su respuesta el jefe de Estado, que de inmediato quiso aclarar que su baja electoral no fue por el desgaste de la gestión. “Yo creía que la gente debía resolverlo en una PASO y muchos compañeros entendían que mi presencia (como Presidente) era inviable en una Primaria. Y yo privilegié la unidad del espacio, algo que hice durante los cuatro años”, argumentó.
“Celebro haber aguantado todo lo que aguanté estos cuatro años. Y aguantaría más en pos de la unidad del espacio”, reafirmó en una referencia directa al enfrentamiento que mantuvo con Cristina Kirchner en medio de su gobierno. “No me parecía importante que yo fuera reelecto, sino que se preserve la unidad del espacio. Ya vivimos lo que pasa cuando nos dividimos”, insistió.
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“Para mí el haber sido Presidente de Argentina es un honor enorme que los argentinos me han encomendado y que siempre agradeceré, Que puedo honrarlo porque he trabajado muchísimo en tiempos muy difíciles, y con resultados que están a la vista. Que he actuado con absoluta necesidad, que aquí he dejado todo y no me he llevado nada”, sostuvo el mandatario en un mensaje dedicado “para los argentinos que saben que la política muchas veces no fue honesta”.
En cuanto a su relación con la Vicepresidenta, Fernández señaló que no cree que su figura lo haya condicionado: “Cristina (Kirchner) es una dirigente política muy importante. Uno puede tener diferencias pero eso no puede soslayarlo... Ella dice cosas con las que uno a veces está de acuerdo y otra veces no, pero yo no sentí que goberné bajo su sombra”.
Sobre la feroz interna que atraviesa el oficialismo, Fernández consideró que lo importante es determinar “cuáles son las mejores condiciones” para enfrentarla. Y en este sentido, señaló: “Yo no quiero ser un obstáculo, yo estoy para aportar”.
“Tenemos que estar unidos para enfrentar un riesgo magnífico que es que la derecha vuelva a tomar el Gobierno en la Argentina. Para que la gente entienda, la derecha significa quitarle derechos a los que trabajan, a los que estudian y a los jubilados, volver a poner a la Argentina en una parcela del mundo al servicio de una potencia, y perder autonomía”, advirtió. Y en la misma línea, agregó: “La derecha siembra desánimo, aprovechando un momento del mundo muy difícil”.
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Al principio de la entrevista, Fernández se refirió a las negociaciones que lleva adelante su Gobierno para llegar a un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y admitió que el escenario, en principio, no es alentador. “No hay ninguna negociación con el Fondo que sea fácil. Estamos negociando; todas las negociaciones con el Fondo son difíciles cuando uno busca preservar sus decisiones propias”, explicó.
Mientras el ministro de Economía Sergio Massa negocia a dos puntas entre Washington y desde Buenos Aires, el Gobierno alista las primeras medidas concretas antes de alcanzar un acuerdo técnico con el Fondo Monetario, con una serie de cambios en el régimen cambiario para importaciones y exportaciones. En rigor, el Gobierno anunciará un dólar más alto para el agro como medida de estímulo a las exportaciones y para intentar alimentar con USD 2.000 millones a las alicaídas reservas del Banco Central.
En paralelo, habrá un nuevo impuesto a las importaciones, el impuesto PAIS que se aplica a los consumos en dólares, pero para los productos y servicios que se pagan al exterior. Así, una porción de las importaciones dejarán de pagarse al dólar oficial.
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