En Juntos por el Cambio (JxC) todavía resuena el resultado de la elección de Santa Fe, del fin de semana pasado. Horacio Rodríguez Larreta vivió como una bocanada de oxígeno el triunfo de Maximiliano Pullaro ante Carolina Losada, la otra contendiente interna en la disputa por la gobernación. Patricia Bullrich, en cambio, había puesto todas las fichas por la senadora nacional, pero vio frustrada su voluntad política cuando se abrieron las urnas. Ambos presidenciales vienen de una semana en la que cruzaron declaraciones que azuzaron la interna. Pero este domingo, la tensión podría encontrar un punto de tregua.
En 2015, Mauricio Macri se convirtió en el primer presidente de Cambiemos por el triunfo que logró, centralmente, en Córdoba. Obtuvo una amplia diferencia, que le dio el impulso decisivo para superar a Daniel Scioli. Ahora, esa provincia también aparece como protagónica para JxC. De hecho, fue ahí donde se hizo la última foto de unidad entre Rodríguez Larreta y Bullrich, el 10 de mayo, con motivo de la campaña provincial de Luis Juez. Ambos inmortalizaron la ya icónica foto del “beso”.
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A poco 20 días de las PASO presidenciales, el Jefe de Gobierno de CABA y Bullrich coincidirán este domingo y el escenario será otra vez Córdoba. “¿Dónde, si no?”, ironizó en diálogo con Infobae un dirigente local de peso en la coalición opositora. Este fin de semana, la ciudad capital de la provincia elige intendente y JxC considera clave ganar esa elección. Quienes le confirmaron a este medio su presencia en la provincia para el domingo fueron Gerardo Morales, compañero de fórmula de Larreta, y Martín Lousteau, precandidato a Jefe de Gobierno porteño y líder de Evolución radical.
Rodrigo De Loredo —diputado nacional del espacio de Lousteau— es el candidato único de JxC y competirá contra el peronista Daniel Passerini —representante del frente Hacemos Unidos por Córdoba— que capitanea el gobernador Juan Schiaretti. Según los últimos relevamientos que hicieron, la oposición evalúa que De Loredo puede superar al candidato peronista.
El peronismo cordobés movió todo su aparato para retener el poder de la capital. Schiaretti, incluso, se sumó a recorridas de campaña y concedió largos reportajes a medios provinciales, una práctica inusual para el mandatario cordobés. El “Gringo” aprovechó una de las entrevista para volver a coquetear con un acuerdo político con JxC para después de las PASO y apuntó contra Bullrich: “No se pudo hacer ese acuerdo porque primó el espíritu de mantener la grieta”. Cerca de De Loredo deslizaron que fue una “jugada” para “embarrar la cancha” en la elección por la intendencia.
Luego de la buena elección por la gobernación de Luis Juez, que cayó ante Martín Llaryora, en JxC coinciden en que arrebatarle la intendencia de la capital al schiarettismo será el primer paso para lograr el control político de la provincia en cuatro años. La ciudad de Córdoba representa cerca del 40 por ciento del padrón electoral cordobés. Será, a su vez, un termómetro político de cara a las PASO nacionales del 13 de agosto.
Quien también dio su apoyo a De Loredo fue Macri. Desde Europa, en donde se encuentra por compromisos de la Fundación FIFA, subió a su Twitter un video junto al diputado cordobés. “Representa un nuevo liderazgo, una forma distinta, con capacidad de gestión y compromiso”, expresó el ex Jefe de Estado. De Loredo era el favorito de Macri para pelear la gobernación contra Schiaretti. Pero consintió el acuerdo político al que llegó el diputado radical con Juez. Otra de las dirigentes de peso en el PRO que respalda a De Loredo es María Eugenia Vidal, quien este año viajó más de una vez a Córdoba para impulsar la candidatura del radical.
Larreta y Bullrich vienen de nacionalizar cada elección provincial que tuvo lugar desde principios de año. Trasladaron sus diferencias a cada distrito y disputaron poder político en cada cierre de lista provincial. En cambio, Juez fue el candidato de unidad de JxC. Sin embargo, la idea que impulsó el jefe de Gobierno de sumar a Schiaretti para ampliar JxC había producido tensión política en la coalición. Ese cortocircuito tuvo lugar pocos días antes de la elección provincial y Larreta decidió no asistir aquél domingo al búnker del senador nacional.
En larretismo estiman que la situación desatada por lo de Scharetti “quedó atrás”. De hecho, el jefe de Gobierno volvió a ir a la provincia en modo campaña. Fue dos veces en las últimas dos semanas. En ambas ocasiones recorrió localidades del interior. Y esta semana sumará dos visitas más. Estará mañana a la mañana en la capital, para apoyar a De Loredo. Mientras que el viernes regresará para hacer un paso por localidades del interior. Lo coronará el domingo, de no mediar imponderables, cuando se suba al escenario el búnker del candidato a intendente de JxC.
Para Bullrich también es clave Córdoba. Fue una de las provincias que más visitó en su campaña presidencial. Ayer estuvo en la capital junto a De Loredo, Juez, Mario Negri, diputado nacional y dirigente de peso en el radicalismo de la provincia, Laura Rodríguez Machado, diputada nacional del PRO, así como un grupo de intendentes y exponentes de la oposición cordobesa. Viajó acompañada por Alfredo Cornejo, senador nacional y candidato a gobernador de Mendoza, y por Damián Arabia, precandidato a diputado nacional por CABA y su armador nacional. A la noche, la ex ministra encabezó una cena de recaudación en la que estuvo la plana mayor de la política local y empresarios provinciales.
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Otro punto relevante es que tanto De Loredo como Juez y Negri aseguran que mantendrán el “equilibrio” y no se posicionarán públicamente ni por Bullrich ni por Rodríguez Larreta. Ambos presidenciables hicieron esfuerzos para lograr que alguno de los dirigentes cordobeses exteriorice apoyo político a sus candidaturas. Ninguno lo consiguió. El acuerdo político quedó fijado en unidad en la contienda provincial y “neutralidad” nacional.
Bullrich analiza que en Córdoba logrará aventajar a Larreta. Piensa que el affaire Schiaretti afectó la candidatura del Jefe de Gobierno y, además, conoce que la provincia tiende a manifestar predilección por posiciones “duras”. Larreta relativiza ese análisis. En su búnker de campaña, en la calle Olazábal, sostienen que “no hay tal diferencia”, en referencia a la interna entre ambos en el electorado cordobés. Insisten, a su vez, que el alcalde porteño podrá compensar en el conurbano los votos que pierda ante Bullrich en el interior.
En este contexto, las elecciones del domingo en Córdoba ofrecerán una vidriera para escenificar una tregua política. En la oposición coinciden acerca de que Sergio Massa, precandidato a Presidente de Unión por la Patria, es un político que conoce de campañas electorales. Para llegar a la Casa Rosada, es condición sine qua non la concertación entre Larreta y Bullrich a partir del 14 de agosto. Si hay foto de unidad, Córdoba será, acaso, un primer paso en ese sentido.
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