Omar Perotti lo planeó de la misma manera que su antecesor, Miguel Lifschitz. El ex gobernador, el último gran caudillo y ordenador del socialismo santafesino, se había quedado con la mayoría y la presidencia de la Cámara baja provincial tras una elección soberbia en el 2019 que lo posicionó de nuevo como el referente indiscutido de su espacio hasta que en mayo del 2021 no pudo con un cuadro de neumonía por COVID-19 que lo consumió.
Piamontés y desconfiado, poco dócil, e impedido de ir por la reelección por la constitución provincial, Perotti trazó en estos meses una estrategia similar para preservar su figura: tratar de controlar la mayoría automática de la Legislatura a partir de diciembre y quedarse en Santa Fe con el liderazgo del peronismo. Pero el resultado de las PASO de este domingo puso en riesgo esa hoja de ruta: el gobernador consiguió con comodidad ser el candidato más votado (obtuvo 241 mil votos) en la categoría de diputados provinciales, pero en la suma, su frente, Juntos Avancemos, quedó por detrás de la coalición opositora ya que consiguió 448.256 sufragios contra los 543.988 de Unidos para Cambiar Santa Fe, que tuvo a la legisladora Clara García, viuda de Lifschitz, como la gran ganadora por encima del radical José Corral.
En total, la diferencia en favor de la alianza opositora fue de más de 90.000 votos: es el número que Perotti debe remontar para festejar en septiembre.
El gobernador había previsto ganar como ganó, con comodidad, pero la categórica derrota del peronismo a nivel provincial amenaza sus planes en vísperas de una misión oficial a la India que lo va a tener afuera de Santa Fe por algunas semanas.
“Dentro de todo lo malo Perotti rescató un pequeño espacio de liderazgo, pero no se sabe cómo va a terminar la disputa entre los frentes”, reconocieron a este medio fuentes provinciales.
El triunfo de García -ganó en Rosario-, por el contrario, fue una bocanada de aire fresco para el Partido Socialista, un incentivo para un espacio que dominó la provincia en buena parte de este siglo y que este año terminó aliado al PRO y al radicalismo en el frente Unidos para Cambiar Santa Fe.
Si García confirma su triunfo en las generales en cabeza de la coalición opositora no solo habrá herido de muerte el liderazgo político de Perotti, si no que le ofrecerá a Maximiliano Pullaro, que se encamina a ser el próximo gobernador, el control mayoritario de la Cámara baja provincial: según la constitución del ‘62, el que gana la elección general se queda con 28 legisladores. De repetirse en septiembre el resultado de este domingo, el socialismo tendría 13 de esos 28. Los restantes 22 legisladores de las listas perdedoras se reparten mediante el Sistema D’Hondt.
Además de la viuda de Lifschitz, el socialismo consiguió en estas primarias una elección mucho más alentadora de la que preveía en manos del diputado Enrique Estévez en la intendencia de Rosario -cosechó un 9%-, y la senaduría del departamento la capital para Paco Garibaldi, que se impuso en la interna en el segundo distrito más importante de la provincia detrás de Rosario.
Perotti, de todos modos, está dispuesto a dar pelea. Y tiene con qué: cuenta con financiamiento y con la estructura de la administración provincial que en estos meses de campaña utilizó, según trascendió, solo para su propia campaña.
Es que la ingeniería financiera previo a las PASO del domingo fue uno de los temas de discordia en la mesa del peronismo: según fuentes confiables, había un preacuerdo con el senador Marcelo Lewandowski -que ganó la interna del PJ para la gobernación con un porcentaje mucho menor al esperado- y el Frente Renovador que alguien incumplió. ¿El resultado? Perotti decidió solventarse solo su propia campaña y la mesa chica de Lewandowski salió con urgencia en búsqueda de fondos que aparecieron muy tímidamente.
Fuentes de Unión por la Patria explicaron a este medio que la propia Cristina Kirchner pidió que no se abran demasiados grifos. El ministro de Economía, Sergio Massa, tampoco se quiso involucrar del todo. El diputado Marcos Cleri, de La Cámpora, que salió segundo en la interna del PJ, muy lejos de Lewandowski, sí contó con financiamiento.
Es una incógnita que pasará de ahora en mas, en una provincia, la tercera en peso electoral detrás de Buenos Aires y Córdoba, que Massa y la cúpula de UP mira con mucha atención por su incidencia y a poco menos de un mes de una primaria, la nacional, en la que al oficialismo no le sobra nada.
Según fuentes del peronismo provincial, el ministro de Economía aseguró en charlas informales que necesita de esa provincia “entre 4 y 5 puntos” para la elección nacional. Parece difícil. El triunfo de Perotti del 2019, en el que cosechó 42%, equivale a algo más de 3% a nivel nacional. La derrota del domingo -el frente peronista obtuvo el 27% de los votos- inquieta a UP. En particular, a Massa: el pronóstico en la zona centro del país no presenta, en la previa, buenas condiciones para el PJ.
Para colmo, Leandro Busatto, el postulante del jefe de Gabinete y precandidato a vicepresidente de UP, Agustín Rossi, en la interna del PJ salió último detrás de Cleri y del precandidato del Movimiento Evita, Eduardo Toniolli: los cuatro, con Lewandowski en el centro de la puesta en escena, se fotografiaron este martes en Santa Fe.
También perdió Roberto Sukerman, el postulante referenciado en el jefe de ministros en Rosario. Demasiadas luces de alerta.
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