En ese pueblo no hace falta consultar el padrón para saber dónde se vota, no hay que hacer cola el día de los comicios ni esperar mucho tiempo para conocer los resultados. Las fricciones políticas se reducen a elegir qué vecino creen sería mejor para ocuparse de resolver los problemas normales de una población pequeña, en este caso de 176 habitantes.
Lejos de las grandes decisiones electorales, fuera del recorrido de la mayoría de los postulantes y sin posibilidades de tener gran influencia en la suerte de las candidaturas provinciales o nacionales, la pequeña localidad de Casalegno protagonizó su propia historia singular el pasado domingo, en las últimas PASO para elegir candidaturas en la provincia de Santa Fe.
Un jubilado italiano será la estrella de la elección y el comentario de todo un pueblo, aunque el resultado que podría alterar con su voto no define nada. Es que es el único voto extranjero que se registró en esa localidad del centro santafesino, ubicada a unos cien kilómetros de la capital de Santa Fe. El misterio de saber por quien votó, o si lo hizo en blanco, recién será develado durante el escrutinio definitivo (que comenzó hoy), cuando le toque el turno del recuento oficial de datos al departamento San Jerónimo al que pertenece.
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Mientras tanto, el resultado de las internas que no fueron tales en Casalegno dirá que hubo un empate en 69 votos para cada uno de los dos postulantes: la actual presidenta comunal María del Luján Giménez, propuesta para la reelección por el radicalismo dentro del frente opositor “Unidos para cambiar Santa Fe” y su contrincante Luis Miguel “Percha” Rodríguez, por el justicialismo en la alianza “Juntos avancemos”. Aunque en el pueblo esos alineamientos se desdibujan y se vota por la persona, a la que todos conocen y tratan en la vida diaria.
Los habitantes de esta localidad tampoco podrán incidir en el porcentaje de votantes de la provincia, aunque su pequeña contribución a ese dato será que se presentaron a cumplir con el sufragio el 84% de los empadronados. Todos se encontraron en la única escuela donde se podía votar, en la que se habilitó una sola mesa general y otra para los extranjeros.
Los pueblos que no tienen internas
En 223 localidades de las 365 que tiene Santa Fe no hubo internas el último domingo para autoridades locales. Por eso la elección tuvo las características de una gran encuesta y se pareció más a un ensayo para lo que será la elección general, que recién elegirá a los ganadores el 10 de setiembre.
Pero como anticipo de lo que vendrá, el resultado en Casalegno dio espacio a una disputa reñida en la que quedó demostrado que cada voto cuenta.
A diferencia de lo que suele pasar en las grandes ciudades, en este pueblo hubo que hacer tiempo para llegar hasta las 18, la hora en la que formalmente cierran las mesas. A la mañana ya habían votado casi todos los que pensaban hacerlo.
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El conteo de datos también fue rápido, apenas unos minutos, y el resultado sorprendente: empate. Además de los 69 votos que cosecharon cada uno de los únicos dos candidatos, se anotaron en el telegrama que enviaron a la Secretaría Electoral tres votos en blanco, seis impugnados y uno recurrido. A diferencia de lo que puede imaginarse, es posible que nadie haga demasiada campaña para convencer a las voluntades que podrían inclinar la elección dentro de 45 días.
El voto cantado de un extranjero
Tal vez ni siquiera haya que apelar a esos sufragios que ahora no fueron positivos para definir quien ganó, siempre y cuando el ciudadano extranjero haya votado positivamente y no en blanco. En ese caso se mantendría el empate.
Al Tribunal Electoral no le quedará otra alternativa en el escrutinio definitivo que producir lo que se denomina un “voto cantado” cuando revele para quien fue ese sufragio único en la urna para extranjeros. El único que colocó su voto en esa solitaria urna de cartón que estuvo lejos de llenarse, por esa razón ya está identificado.
Se trata de un jubilado de origen italiano de 79 años, quesero de profesión, que hace apenas diez años vive en la localidad y, aunque por su edad no está obligado a votar, lo hizo igual por deber cívico. Por ahora su opinión está en una urna cerrada que se abrirá esta semana. A la prensa le dijo que se siente “vulnerado”,y pide que si se puede le gustaría que se anule su voto para no quedar mal en un pueblo donde todos se conocen, y se sepa a quien votó. “Se vulneró mi privacidad. Acá el único voto cantado es el mío”, explicó.
Recién cuando se abra esa urna unitaria, Casalegno, conocida por sus cultivos de lúpulo, sabrá quien se impuso en este ensayo electoral sin valor de definición, y un poblador de la localidad tendrá un protagonismo que nunca imaginó cuando la mañana del pasado domingo decidió ir a votar.
Un caso testigo
El secretario electoral Pablo Ayala explicó que para conocer por quien votó el jubilado italiano se hará un procedimiento especial: se va traer la urna a la sala de jueces y se va a hacer un segundo recuento, por las dudas no haya que desempatar.
En Casalegno se votó en las PASO para gobernador entre 13 listas, para diputado entre 30 y para senador departamental entre 12, pero para presidente comunal hubo sólo dos postulantes. Esta localidad forma parte del pelotón de las 223 localidades que no tuvieron interna, y entre ellas hay 87 que tuvieron una sola lista por todos los partidos, con lo que “ganaron” la elección porque no tendrán competencia en las generales del 10 de setiembre.
El caso de Casalegno va a dejar una enseñanza para las elecciones futuras. Ya se resolvió que se va a modificar la ley para evitar este tipo de “votos cantados”. Por ahora la normativa dice que cuando son menos de cinco los empadronadas para votar en urnas especiales, como la de extranjeros, tienen que votar en un sobre aparte. El cambio que se propicia es que esos votos, cuando sean tan pocos, deban ingresarse junto al resto de los votos generales, para evitar que se sepa por quien se votó.
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