(Enviada especial a Bruselas) El principal interés del Gobierno en que se firmara un texto de acuerdo común en la cumbre entre la Comunidad de Estados de América Latina (CELAC) y la Unión Europea (UE), además del fortalecimiento de los vínculos políticos y económicos entre bloques, era la aprobación de un punto donde se mencionara a las Islas Malvinas como territorio en disputa. La delegación mantuvo en secreto las gestiones por ese tema, que finalmente quedó plasmado en el texto que se conoció hoy por la tarde.
El tema Malvinas figura en el punto número 13 del documento que terminaron de pactar en el edificio Europa del centro administrativo de la capital de Bélgica todos los miembros de la UE y la CELAC, con una nota al pie de página que aclaraba que un país no adhería a la mención sobre la guerra en Ucrania (se trata de Nicaragua, aunque no lo mencionaron).
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“Al respecto de la cuestión de la soberanía sobre las Islas Malvinas/Falkland Islands, la Unión Europea tomó nota de la posición histórica de la CELAC basada en la importancia del diálogo y el respeto por la ley internacional en la solución pacífica de disputas”, dice el párrafo que admitieron incluir desde la UE. El documento se conoció tras una postergada conferencia conjunta entre Alberto Fernández y los presidentes del Consejo Europeo, Charles Michel; y de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen; y el primer ministro de San Vicente y las Granadinas, Ralph Gonsalves (titular de la CELAC desde enero).
Prevista para las 15.15, la exposición de los referentes europeos y latinoamericanos se demoró hasta pasadas las 18, justamente por las diferencias respecto del conflicto bélico. Y los representantes argentinos transpiraron hasta el final. “Si se caía todo el acuerdo, perdíamos lo que habíamos trabajado por Malvinas”, dijeron.
Sin embargo, Alberto Fernández no se refirió al tema de manera concreta durante su conferencia de prensa. Sí aludió en términos generales a la relación con el otro bloque. “Van a ver en el texto expresiones de Europa que reconocen problemas que América Latina vive hoy en día y necesita afrontar. Pudimos tener un diálogo franco, donde encontramos un punto de contacto: el respeto a democracia, al Estado de derecho y la permanencia de los derechos humanos. Sobre estas bases llegamos a estos acuerdos”, deslizó en la sala Justus Lipsius, donde se celebró la rueda de prensa ante periodistas de diferentes países.
“Es la primera vez q la UE se suma a la posición de la CELAC y favorece el reclamo para discutir soberanía”, destacaron desde la Cancillería que comanda Santiago Cafiero, que llegó ayer a Bélgica en el avión presidencial con el resto de la comitiva. Las gestiones en pos del reconocimiento de la soberanía de la Argentina sobre Malvinas es una de las prioridades del ex jefe de Gabinete desde que se hizo cargo del Ministerio, y quien estuvo a cargo de las negociaciones, en calidad de coordinador por la CELAC, fue Gustavo Martínez Pandiani, funcionario cercano al ministro de Economía Sergio Massa, designado por el actual ministro de Relaciones Exteriores como subsecretario para América Latina y el Caribe en 2021.
La salida del Reino Unido de la Unión Europea, hace tres años, fue un factor de relevancia para el avance de las negociaciones por Malvinas, ya que, como consecuencia del Brexit, Europa ya no considera como “territorio de ultramar” a las islas. De todas formas, aunque reconocieron que es un territorio “en disputa”, en el texto no figura una posición a favor de la Argentina ni de Reino Unido en el conflicto. “Es un paso importante, pero falta muchísimo”, admitió un funcionario.
Y dijo que esas pocas líneas en el documento servirán como “antecedente jurídico” para establecer diálogos con los países de la UE que antes del Brexit estaban vedadas porque Europa no consideraba como un conflicto la ocupación del Reino Unido sobre las islas. “Ahora la UE no está obligada a darle explicaciones a los ingleses”. A partir de esta medida, dijeron en el Gobierno, esperan reacciones negativas de parte del gobierno de Rishi Sunak. Pero hasta el momento de la publicación de esta nota, su administración no se había expedido al respecto.
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Las charlas sobre el documento final de la cumbre, que empezó a planificarse en mayo del año pasado, se prolongaron durante los últimos meses, y no hubo acuerdo sobre cómo redactarlo hasta el límite. El principal problema, según pudo reconstruir Infobae, era la postura del dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, aliado del ruso Vladimir Putin, que bregaba por una fórmula que refiriera al conflicto bélico “en Ucrania”, en lugar de mencionarlo como “contra Ucrania”. El resto de los países, incluidos Venezuela y Cuba, también aliados de Vladimir Putin, estaban a favor, y terminaron firmándolo en conjunto.
En la delegación de Argentina consideraban “irracional” la posición de Nicaragua. “Vinieron a romper el acuerdo”, dijo uno de los funcionarios del entorno presidencial sobre el conflicto que terminó resolviéndose por “gestiones a alto nivel”, dijeron, de parte de los jefes de Estado de la Argentina y el nuevo presidente de CELAC, Ralph Gonsalves. De hecho, aseguraron que la principal ambición del Gobierno en resolver el problema con Nicaragua era que no se cayera el acuerdo para evitar perder el trabajo en torno al punto Malvinas.
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