Hace ya tiempo se definió una batalla que Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich libraron subrepticiamente: quién se quedaba con el aporte de Emilio Monzó y su equipo para la campaña electoral. Si bien las conversaciones entre el ex presidente de la Cámara de Diputados y el jefe de Gobierno existieron durante largos meses, sus dos principales laderos -Nicolás Massot y Sebastián García de Luca- se inclinaron siempre por el armado de la ex ministra de Seguridad porque, según afirman en privado, sus proyecciones desde un primer momento concluían en que la presidenta del PRO en uso de licencia ganaría la PASO del 13 agosto.
En una extensa entrevista con Infobae, Massot, que es tercer precandidato a diputado nacional por la provincia de Buenos Aires en la lista que encabeza Cristian Ritondo, ratificó la ventaja de Bullrich en la interna, explicó por qué se inclinó por acompañar a la ex funcionaria y relativizó el apoyo que Macri podría darle a la precandidata que, con mayor o menor énfasis público, creció bajo su ala representando al sector duro de Juntos por el Cambio.
— ¿Por qué declinaste ser candidato a intendente de Tigre para ir a diputado nacional por la lista de Patricia Bullrich?
— Mira, más que una declinación, tiene dos costados. Primero una conversación mía con Patricia en la cual yo entiendo que ella está con muchas posibilidades de ser la próxima presidente del país y una charla donde ella por supuesto me dijo ‘Nico, yo considero que si realmente el lugar que vos sentís que tenés que ocupar es de la intendencia de Tigre yo estoy para apoyarte, pero también quiero que sepas que yo voy a necesitar muchas manos, muchas cabezas ayudando en el gobierno nacional, tanto en el gobierno como en el Congreso, así que pensálo de esa manera’. Y por supuesto que eso tuvo un impacto en mi decisión, que alguien que vos pensás que va a ser presidenta te plantea una cosa así es realmente muy fuerte. Pero además lo otro que es importante es que yo siempre desde hace tres años cuando empecé a recorrer Tigre, no ya como mero vecino sino como un aspirante a gobernar Tigre, siempre dije lo mismo, estamos en un municipio en donde casi como en ningún otro la política es de dinastías, es familiar, es casi matrimonial. De hecho hoy tenemos una situación que a mí me deja perplejo. Massa presidente, en la misma boleta su mujer Malena de intendente. O lo digo al revés Malena intendente, su marido candidato a presidente. Gisela Zamora candidata a primera concejal siendo concejal ahora. O sea, todavía no cumplió su mandato, ya de vuelta concejal. Su marido, Julio Zamora, candidato a intendente. Sofía Bravo, candidata a concejal en segundo orden, su marido, Segundo Cernadas, dos lugares más arriba candidato a intendente.
— ¿Y qué te llevó a hacerlo por el espacio de Patricia Bullrich y no de Larreta?
— Bueno, eso fue mucho más fácil la decisión porque fue una decisión de las tripas ¿no? De la intuición. De la misma manera que tantos argentinos la están eligiendo a ella todos los días para que dirija los destinos del país. Porque lo que te convence de Patricia es precisamente eso mismo, ella es una persona que no va a hacer lo que le digan ni las encuestas, ni los focus ni los asesores, va a hacer lo que verdaderamente sienta e interprete de su relación con la sociedad que hay que hacer. Es decir, es la mejor manera de representar. Patricia en los últimos tres años ha crecido porque ha representado. Ha representado cuando se paraba en la Plaza de Mayo, en el medio de un momento en donde estábamos todos encerrados y convencidos de que el encierro era lo mejor, ella sola con 60 argentinos y argentinas alertando que en realidad lo que había era una manipulación por parte del gobierno de exagerar y de tapar algunos problemas con una cuarentena eterna que en ese momento generó reacciones de muchos de nosotros de no comprenderlo y que terminó teniendo razón. La misma que en soledad empezó a advertir por el cierre de las escuelas y cómo eso cercenaba derechos mucho más importantes que los que estaban en juego como la educación de nuestros hijos. Que viajó a Formosa para representar lo mismo. Es decir, era una persona que no seguía una campaña, que no seguía un focus group. Era una persona que se puso por delante de la sociedad en eso y la sociedad se lo termina reconociendo. A mí me produjo exactamente lo mismo, me resultó una decisión bastante natural.
— Cuando estaban en el gobierno, dirigentes como vos, Rogelio Frigerio, Emilio Monzó, pregonaban la amplitud del espacio y acercarse al peronismo no kirchnerista para gobernar una gran coalición. Que es un poco siempre el discurso que tuvo Larreta. ¿Vos la ves a Patricia logrando eso también?
— Sí, absolutamente. Pero con una diferencia que es trascendental y que es lo que estamos discutiendo en esta PASO. Nosotros tenemos una PASO que es muy coherente, y sobre todo en comparación con la PASO entre Massa y Grabois que realmente no se entiende. ¿Por qué digo que es coherente? Porque Horacio y Patricia son sin dudas dos estilos distintos de liderar. Son dos personas con atributos diferentes. Ni mejores ni peores, los atributos muchas veces no hay que mirarlos en absoluto, hay que mirarlos en una época. Es decir, yo para contestarte de vuelta la pregunta anterior yo creo que los atributos de Patricia son mejores para esta época. Esta época, este clima de época pide una líder como Patricia Bullrich. Pero vuelvo a lo anterior, por qué digo que es una PASO coherente, porque compartimos un espacio que comparte un rumbo. Tenemos programas de políticas públicas similares. Tenemos equipos similares en sus segundas líneas sin dudas, tal vez cambien los ministros que cada uno elija, pero ahí hay una elección que es bastante coherente. Un espacio que se amplió y que Patricia ayudó a que se amplíe cuando en la elección pasada ya se incorporó gente como Margarita Stolbizer, este año como José Luis Espert. Es decir, no es que uno estuvo a favor y el otro en contra.
Ahora, qué es lo más importante que estamos discutiendo en materia de acuerdos. Porque acá parece que hay un espacio que cree en los acuerdos y el otro que no cree en los acuerdos lo cual es totalmente falso. Lo que sí es cierto es que vemos los acuerdos de manera distinta. ¿Por qué? Porque hay un énfasis, que es el que yo veo en Horacio y en toda esa línea, que es un énfasis que está más puesto en la forma del acuerdo. En decir bueno, acá tiene que haber más dirigentes, más espacios, que está mirando la foto del acuerdo, que está mirando la portada del diario. Y después está Patricia que está celosamente defendiendo el contenido de los acuerdos. Ella no dice vos sí, vos no, ella dice primero decime si esta vez estamos comprometidos con hacer cambios estructurales y no simplemente con armar una linda foto que muestre pluralidad.
— Vos hablás de una PASO coherente, pero tanto fuego cruzado capaz da una imagen distinta a esta. ¿Vos cómo lo ves?
— Puede ser. Puede ser. Te lo concedo. Pero dos reflexiones haría. La primera que tenemos que entender que a nosotros nos falta cultura de Primarias. Es una ley del 2009 que se usó muy poquito y esta va a ser la primera Primaria presidencial donde realmente se utilice el instrumento. Entonces es normal que nos llamen la atención cosas que en otros países, ni hablar por ejemplo en Estados Unidos, son lo más normal del mundo. Digamos, las campañas son mucho más cruentas y después existe esa síntesis posterior. Y lo segundo que te digo es, digamos, tiene que ver con entender qué son los debates que tenemos que eludir y cuáles son los que tenemos que instalar. O sea, yo estoy de acuerdo con que hay que bajar la descalificación y la adjetivación. Me parece que cuando adjetivamos al otro nos alejamos de lo que la gente quiere. Pero en esta campaña en tan solo diez días entre Horacio y Patricia se instalaron por lo menos tres debates que a mí me parecen muy buenos debates y que creo que sí la sociedad los busca. El primero respecto de la sindicalización y la ideologización de la educación y cómo eso nos quita días de clases. El segundo respecto de la reciprocidad que tenemos que buscar en el tratamiento que nuestros países vecinos les dan a nuestros ciudadanos argentinos cuando en esos países necesitan educación o salud respecto del que damos nosotros y el válido debate de si tenemos que ir hacia un arancelamiento o una compensación entre países de esos servicios que nosotros prestamos. El tercero respecto de la utilización de las fueras de seguridad en su marco legal para ordenar la calle y la protesta social. Son tres debates que me parece que verdaderamente sí hacen a una PASO con altura. Entonces yo no creo que tengamos que asustarnos con eso. Y termino con algo. En el 2021 la interna de Manes y Santilli produjo lo mismo, empezó fuerte, la gente se asustó, pero después fue esa PASO la que en la noche de la Primaria se dieron la mano, empezaron a caminar juntos y solo eso nos permitió ganarle al peronismo. No nos olvidemos.
— Es decir que para vos después de las PASO va a haber una síntesis sin secuelas entre Horacio y Patricia.
— No tengo dudas. No tengo dudas que al que le toque perder lo va a hacer con altura y al que le toque ganar lo va a hacer con grandeza buscando la unidad.
— Se habla mucho de una eventual influencia de Mauricio Macri en un gobierno de Patricia Bullrich. ¿Vos eso cómo lo ves?
— No vayamos a las interpretaciones o a lo que pienso yo, mirémosla a Patricia. ¿A alguien le da la impresión de que es una mujer sumisa a alguna influencia? ¿A alguna influencia más de la que ella se está sometiendo a validar que es la influencia de la sociedad? Yo creo que cae de maduro que es una persona autodeterminada y totalmente independiente de su pensamiento. Lo cual no significa que ella no tenga una valoración positiva de algunas de las cuestiones de nuestro gobierno y que vean en Mauricio Macri una persona que puede ayudar al gobierno de Patricia Bullrich. Nada más.
— Pero ustedes no buscan alejarse de esa idea de que Macri va a ser el Cristina de Bullrich.
— Que eso es falso. Digamos, a ver Marcos, de vuelta…
— Pero la construcción de Patricia es de la mano de Mauricio.
— No, yo no comparto. Mira Marcos, yo soy el vivo ejemplo de que eso no es así. Yo no terminé en buenos términos con Macri, más allá de que valoro el rol histórico que tuvo y valoro muchas cuestiones de nuestro gobierno. Y sin embargo yo estoy muy cerca de Patricia. O sea que yo mismo soy un contraejemplo. Pero digo de vuelta, vamos no a la interpretación, vamos a la realidad. Yo entiendo que eso sea parte de un artilugio de campaña que queremos instalar, pero Patricia no fue durante 8 años el segundo de Mauricio Macri en el Gobierno de la Ciudad, ese fue Horacio. Yo no veo en la composición de escena y en la historia de cada uno la subordinación de Patricia a Mauricio. Patricia llegó por sus propios votos a Cambiemos. Ya era diputada electa por su partido y ella en su autodeterminación decidió darle su apoyo a Mauricio y Mauricio pensó que ella era la mejor ministra de Seguridad que podía tener y no se equivocó. Pero digamos, no fue ella la que creció de la mano de Mauricio durante 16 años. Entonces me parece que a la gente tampoco tenemos que buscar engañarla.
— ¿La favorecería un apoyo explícito de Macri a su candidatura?
— Yo creo que ni la favorecería ni la perjudicaría. Mauricio Macri ya tiene una imagen hecha en la sociedad y tiene una gran valoración del sector del electorado que elige a Cambiemos. Y no significa, bueno, si Macri ya no está entonces no cuenta. Digamos, mucha gente inclusive valora el gesto de que Macri se haya corrido de la pelea y que haya asumido un rol que es difícil de asumir y que la Argentina no tiene hace 40 o 30 años que es el rol de un ex presidente. Que no sea vicepresidente. Que no sea senador. Es decir, un ex presidente. Alguien que ejerza esa influencia que te da haber pasado por el poder con éxitos y con fracasos. Y en el caso de Mauricio una influencia muy importante para la Argentina que es la influencia fronteras para afuera. Entonces a mí me parece que hay que ponerlo en su justo lugar. Pero pensar que Patricia, que es una batalladora, una persona absolutamente determinada en sus propias convicciones, va a tener la influencia de alguien me parece que es disparatado. E insisto, tampoco es real respecto de la historia pensar que Horacio porque haya discutido hace dos meses con Mauricio no tiene una historia de construcción común con Mauricio y hasta de haber trabajado como su segundo.
— Las propuestas de Bullrich en la campaña parecen ser más efectivas en lo discursivo que posibles de llevar a la práctica. ¿Ustedes creen que esto los puede perjudicar llegado el momento de la elección?
— No. No, yo creo que no. Yo creo que se está siendo muy sincero con el electorado esta vez en términos de por dónde construir las expectativas. No hay nadie hablando de, digamos, no hay nadie tratando de ocultar la situación de las cosas ni la gravedad de las cosas. No hay nadie queriendo venderle esperanza o felicidad a la gente para tratar de maximizar un resultado electoral. Estamos todos hablando de la realidad. Estamos todos hablando de cuestiones que hay que encarar con mucha convicción y que no van a ser fáciles de llevar adelante. Con lo cual creo que la sociedad lo está entendiendo. También ayuda que en el 2019 la sociedad pensó que había una alternativa a hacer el trabajo duro. Que había una alternativa a tomarse las cuestiones en serio y le creyó a un gobierno que le decía que no había que cambiar nada, que el dinero y la riqueza se podían inventar por ley o por decreto, que daba lo mismo alinearnos con Nicaragua o con Venezuela que con la Unión Europea, con la región de Latinoamérica, con Estados Unidos. Bueno, y yo creo que la gente descubrió que no es lo mismo, que tiene un impacto muy nocivo en su vida diaria. Que tiene más miedo de salir a la calle. Que tiene más miedo de ir al supermercado porque la plata no le alcanza. Que tiene más miedo de en cuánto le va a venir la próxima jubilación porque no cubre ni los remedios. Entonces cuando a la gente le tratan de montar una campaña del miedo con aquella persona o con aquel liderazgo que en realidad lo tienen como depositario de la esperanza la gente ya no come vidrio.
— ¿Cuál es tu postura sobre la eliminación de las restricciones cambiarias?
— Que es una necesidad y que la única discusión posible es cómo se implementa. Digamos, no podemos seguir poniéndole la pata encima al sector productivo que necesita importar para producir y necesita importar para producir y por ende generar empleo. No hay salida posible si nosotros no destrabamos el sector privado y el sector privado productivo. Para lo cual no puede haber un despacho en el Banco Central o en la Secretaría de Comercio que le diga ‘vos importas o no importas’. Lo que tiene que haber es reglas claras, entre esas reglas tiene que haber un precio claro de mercado en donde los que necesitan importar un producto para producir le vayan a comprar los dólares a los que están exportando un producto y por ende ofreciendo dólares. Eso tiene que encontrar un equilibrio. El Estado y el Banco Central son los responsables de generarlo. Y eso es lo único junto con la existencia de crédito que va a hacer que todas las economías regionales, la minería, el petróleo y el gas, las energías renovables, el litio, el hidrógeno verde, los agronegocios, la biotecnología, el turismo, la gastronomía y la hotelería como empleadores de mano de obra y de servicios no con tantos requerimientos de calificación. Solamente van a despegar y solamente van a desarrollarse si el Estado le da reglas claras. Necesitan poder importar y poder exportar libremente y necesitan que se defienda del valor de la moneda en la que ejercen esas operaciones.
— ¿Pero eso tiene que ser gradual o el 11 de diciembre?
— No, no, la decisión tiene que ser inapelable. Tiene que ser el 11 de diciembre. La implementación de las medidas puede ser más rápida o más lenta depende de cuál estemos hablando. Pero el 11 de diciembre tiene que haber un gobierno, tiene que haber una presidenta y todo su gabinete a la cual la sociedad, toda la sociedad y todos los agentes de la economía, no solamente las multinacionales extranjeras, los individuos, los trabajadores, las familias, las pymes, las empresas nacionales medianas, las empresas grandes nacionales y multinacionales, y los potenciales inversores del exterior, todos le tienen que creer a ese gobierno. Le tienen que creer respecto del rumbo al que va a ir y que no va a ceder. Ahora, la implementación de eso tiene que ser siempre teniendo en cuenta lo posible. Y lo posible es teniendo en cuenta lo que este gobierno no tiene en cuenta que es el poder adquisitivo de las familias. Que es lograr tenderle una mano a todos los argentinos para que el tránsito sea a paso sostenido pero con un tránsito posible para todos.
— Las otras dos cuestiones económicas que se instalaron en esta campaña son la dolarización y el rol del Banco Central en la política monetaria. ¿Vos qué pensás de esas dos cosas?
— Sin dudas el Banco Central tiene que fortalecer y recuperar sus objetivos originales. Eso va a requerir una discusión parlamentaria respecto de su Carta Orgánica. ¿Por qué digo esto? Porque el Banco Central ya no tiene que proteger más las arcas del gobierno, tiene que proteger el bolsillo de los argentinos. El origen y el mandato principal del Banco Central es proteger el valor de la moneda. Proteger el valor del esfuerzo, del trabajo de todos los argentinos. Eso tiene que volver a ser el norte del Banco Central. Para lo cual hay que fortalecer la figura del presidente del Banco Central y su Directorio para que tenga mayor grado de independencia del presidente que muchas veces puede tener la tentación de querer, como pasó en el pasado y pasa hoy en día, alterar ese objetivo y meterle mano a los bolsillos de los argentinos para financiar un gasto insaciable de un gobierno que no quiere hacer la tarea. Primer punto.
Y me preguntaste en el segundo caso por la dolarización. Nosotros creemos que el camino adecuado tiene que ver con un régimen bimonetario, no con abandonar el peso de ninguna manera y mucho menos como instrumento de política monetaria. Sino reconocer un rasgo cultural que los argentinos, el gobierno lo haga o no lo haga, van a conservar que es su predisposición a atesorar el esfuerzo de su trabajo en dólares. Es decir, buscar un resguardo para lo que es suyo, para su propiedad y que fue fruto de su trabajo en el dólar. Ir a un régimen bimonetario puede tener muchas ventajas. Vamos a una principal que te la asocio con lo que yo hablaba antes de destrabar el sector privado y productivo. Desde el 2003, y de una manera muy entendible, el Banco Central restringe la capacidad que los bancos comerciales tienen de dar préstamos en dólares. Es decir, en la Argentina hay 16.000 millones de dólares en depósitos de los ahorristas en los bancos y solamente el 20% de esos están prestados. ¿Y por qué? Porque solamente se le puede prestar a empresas que tengan un perfil 100% exportador. Básicamente cerealeras agropecuarias u otras empresas que exporten commodities. Ahora, la verdad es que en el resto del 80% o más de la economía hay un apetito por tomar créditos en dólares que haría que las tasas y los riesgos bajen muchísimo y tienen sobradas garantías en dólares para poder avanzar hacia eso. Es decir, ayer me junté a la mañana en Tigre con el directivo de una empresa láctea muy importante ¿no? Que producen dulce de leche y queso cremoso. Que producen un 40% para el mercado interno pero exportan un 60%. Esos son dólares que ingresan y sin embargo ellos por una regulación actual del 2003 no pueden acceder a créditos en dólares. Tienen además campos que podrían poner en garantía para acceder a créditos en dólares que les permitirían acceder a tasas bajas y a menor riesgo. Bueno, nosotros cuando hablamos de economía bimonetaria hablamos de destrabar esto, de desatar este tipo de avenidas de desarrollo.
— Te llevo de vuelta a la campaña. ¿Qué desafíos les implica saber que comparten electorado con Milei?
— Mira, el desafío de querer rescatar ese electorado. Nosotros interpretamos que en gran medida el electorado que tiene una buena imagen nuestra y que hoy lo está eligiendo a Milei lo está haciendo a modo de protesta. Y a modo de protesta o a modo de advertencia si se quiere teniendo en cuenta nuestra experiencia reciente que fue una experiencia en donde, para volver a lo original, en términos de los acuerdos nos ocupamos más de la foto que del contenido y de alguna manera defraudamos a una parte de ese electorado que esperaba más decisión a la hora de avanzar en reformas estructurales. Entonces yo creo que ese electorado de a poco está empezando a ver por algunas actitudes o atributos de Milei que le empiezan a generar alguna duda respecto de sus capacidades para ser presidente por un lado. Y por otro lado todo lo contrario en Patricia, es decir una persona cada vez más aplomada. Cada vez más determinada. Cada vez más en contacto con la realidad de la sociedad y más desafiante para los privilegios de un sector público que no quiere comprometerse con un cambio. Y yo creo que ese corrimiento de electores ya comenzó y por supuesto va a ser una apuesta importante de nuestra campaña. No solamente para las PASO de agosto sino sobre todo camino a octubre en donde nuestro objetivo es ganar en primera vuelta.
— ¿Crees que puede llegar a un balotaje Milei?
— Bueno, creo que sería bueno para la Argentina que Milei le gane el segundo puesto al peronismo y que entonces la discusión en una segunda vuelta sea sobre modelos que tengan mucho más compromiso con los cambios estructurales. Lo que te acabo de decir es que yo realmente aspiro y nosotros vamos a trabajar para que no haya balotaje en la Argentina y Patricia sea elegida en primera vuelta.
— ¿Cómo le repercutió a Juntos por el Cambio que el peronismo eligiera a Massa como candidato?
— Yo creo que la pregunta es distinta. Lo que hay que preguntarse es cómo repercute en un kirchnerismo y en todo un sector de la izquierda argentina que abrigó esperanzas en el kirchnerismo, en un kirchnerismo que como habla Grabois hoy habla de reforma agraria. Discute el derecho de propiedad. Habla de estatizar o de intervenir la cadena de abastecimiento en los supermercados. Cómo hace ese kirchnerismo para someterse a la claudicación de tener que ir a buscar al Massa amigo del Fondo Monetario, implementador de un ajuste fiscal, devaluador mensualmente en un 7% de la moneda. Que en realidad tiene mucho más que ver con un reconocimiento tardío de que estuvieron tres años y medio tomando una receta errónea, que la gente los descubrió y se dio cuenta y que hoy tienen que cambiar la piel y tratar de mostrar ahora que son un peronismo neoliberal ortodoxo. Pero lo ponen al mismo tiempo a Massa en la trampa de tener que ser un poco filo comunista primero para ganarle la PASO a Grabois y el 13 de agosto a la noche dar una vuelta carnero y ser de vuelta el mejor amigo del Fondo Monetario. Es una cosa rara que cuando yo te hablo de la PASO coherente estoy hablando precisamente de esto. Es decir, Patricia y Horacio están discutiendo sobre educación, sobre la ideologización de la educación y los días de clase. Sobre el orden en la calle y cómo utilizar legalmente las fuerzas de seguridad para garantizarlo. Sobre la reciprocidad de los extranjeros y los argentinos a la hora de acceder a los derechos educativos y de salud. Y del otro lado están discutiendo el derecho de propiedad. Es un poco raro.
— Pero para ustedes como adversarios no es lo mismo tener un Massa que un Wado de Pedro.
— No, no, realmente nosotros veíamos y lo vemos en todos los estudios que la performance del gobierno es la performance del gobierno casi con cualquier candidato y nosotros estamos confiados de que la sociedad ya eligió cambiar al gobierno. No hay engaña pichanga en eso.
— ¿Vos crees que la gente le va a facturar a Sergio Massa la gestión de Alberto Fernández o no lo asocia tanto?
— Pero por supuesto. A todos lo mismo. El esfuerzo que hacen todos por diferenciarse mutuamente del otro es bastante estéril. Este es el gobierno principalmente de Cristina que eligió para este intento fallido a Alberto Fernández y que hoy es la misma Cristina la que está eligiendo a Sergio Massa para tratar de engañar a la mayor cantidad de la población para ver si pueden revalidar en el mando.
— Ni Cristina ni Macri son candidatos. ¿Crees que alguno se juega algo para su futuro político en esta elección? Y si es así, ¿quién se juega más?
— Vos lo acabas de decir, si ninguno de los dos son candidatos y ya han sido presidentes los dos yo no sé cuál es el futuro político de Cristina y de Macri. En todo caso me parece, te diría que el que lo está tomando con un poco más de naturalidad es Macri en el sentido que él se ha alejado mucho más y pareciera que él tiene planes alternativos. Digamos, él es una persona que disfruta de contar su experiencia en el mundo. Que disfruta de su hija. Que tiene un proyecto asociado a la profesionalización internacional del fútbol con la FIFA. Digamos, yo lo veo con otras inquietudes o con inquietudes alternativas que no hagan que su futuro dependa de la política argentina. No creo que nunca abandone el compromiso que ha mostrado hasta ahora y probablemente sea un actor que opine y que trate de influir positivamente en los destinos del país. Pero no lo ve a él proyectando un futuro político en primera persona.
— O sea, ¿el Frente de Todos no pudo armar una construcción que supere a Cristina Kirchner y Juntos por el Cambio con Mauricio Macri sí?
— Pareciera que sí. Pareciera que el ganador de esta PASO, o la ganadora como yo creo de esta PASO, va a tomar un legado, va a tomar una posta pero con autoridad. Del otro lado pareciera que la influencia de Cristina, el reflector de Cristina está cambiando de Alberto a Massa pero no va a haber una emancipación. No cumplen 18 años todavía.
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