Hasta ahora sólo había optimismo entre “los halcones” del PRO porque supuestamente Patricia Bullrich le sacaba ventaja a Horacio Rodríguez Larreta en las encuestas propias que manejan con reserva. Sin embargo, la polémica alrededor de Franco Rinaldi constituyó un duro golpe político para el ala dura de la oposición que bajó la euforia de la campaña: la designación del politólogo como primer precandidato a legislador porteño de Juntos por el Cambio en la ciudad de Buenos Aires fue responsabilidad del bullrichismo y del macrismo e incluso llegó a liderar la lista de legisladores porteños como una opción de último momento antes del cierre de las listas.
Rinaldi tuvo que renunciar este jueves a su postulación luego de que viralizaron nuevos videos de hace algunos años con comentarios antisemitas, que se sumaron a otros conocidos la semana pasada en los que, con una supuesta intención humorística, fue autor de frases homofóbicas y discriminatorias.
Fuentes bullrichistas revelaron a Infobae que, curiosamente, el nombre de Rinaldi apareció casi azarosamente para resolver un dilema que surgió en la confección de las listas de candidatos el mismo sábado 24 en que vencía el plazo para su presentación: Graciela Ocaña, hasta entonces aliada de Rodríguez Larreta y, por ende, de Jorge Macri, confirmó a última hora que sellaba un acuerdo político con Martín Lousteau mediante el cual iba a liderar la nómina de legisladores porteños e incorporar otros dirigentes de su partido, Confianza Pública, en las listas del senador de la UCR.
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La sorpresiva aparición en escena de Ocaña, con una significativa intención de voto en la ciudad y un fuerte perfil mediático, complicó a los armadores bullrichistas-macristas porque los obligaba a conseguir una figura similar en tiempo récord. Primero se pensó en Maximiliano Guerra, quien declinó la oferta porque prefería una banca de diputado nacional, y se analizó el nombre de Laura Alonso, ex titular de la Oficina Anticorrupción que se sumó al proyecto presidencial de Bullrich.
El debate interno se produjo a las 21, cuando faltaban tres horas para oficializar las candidaturas ante la justicia electoral. Y en ese intercambio alguien del sector sugirió a Rinaldi, un experto en aviación que durante la pandemia se hizo conocido por un programa su canal de YouTube denominado “Un café con Franco”, en el que analizaba la realidad de manera descarnada y que él mismo, luego de que estalló la polémica por sus controvertidos dichos, aclaró eran una “performance artística”.
Además de ser un personaje mediático, también por haber sido el autor del término “infectadura” para referirse al manejo de la cuarentena obligatoria por parte de Alberto Fernández, su nombre apareció el año pasado en los medios cuando atropelló con su auto a una ciclista en Palermo y este año, ya con su precandidatura confirmada, luego de que Lucas Luna, un postulante al Parlasur de Javier Milei habló sobre él y afirmó que “nadie quiere votar a un discapacitado”, por lo que tuvo que renunciar a la lista.
Rinaldi, sobre todo, tenía a su favor que no era un desconocido para “los halcones”: en 2021 fue el quinto candidato a diputado nacional de la lista de Republicanos Unidos que participó de las PASO en el espacio de JxC, encabezada por Ricardo López Murphy, actual aliado de Bullrich.
Esa “paternidad” política lo puso en el GPS de los armadores electorales de “los halcones”, que se concentraron en la confección de la lista de candidatos a diputado nacional del bullrichismo en CABA y, además, de la nómina de postulantes a legislador porteño, que, fruto de un acuerdo con Rodríguez Larreta, quedó exclusivamente en manos de Jorge Macri y, por extensión, de su aliada Bullrich.
Por eso cuando se difundieron los primeros videos de Rinaldi, Bullrich se mantuvo en silencio, pero pidió a su gente: “Salgamos a bancarlo”. Desde ese momento, varios referentes del ala dura del PRO tomaron distancia del contenido de los dichos del precandidato, mientras destacaron el hecho de que el politólogo haya pedido disculpas por sus comentarios y reivindicaron la libertad de opinión.
El propio Jorge Macri apareció en televisión cuando Rinaldi se excusó por sus afirmaciones y, tras apoyarlo sin compartir lo que había dicho, sugirió que el pedido del sector de Lousteau de que fuera desplazado de la lista respondía a “un mecanismo de sectores que prefieren que la gente no elija”.
Todo cambió cuando este jueves se conocieron nuevos videos de Rinaldi, esta vez de sesgo antisemita. Bullrich se enteró cuando estaba de campaña en Rosario: dijo a sus colaboradores que el tema ahora “se había excedido” y delegó en Jorge Macri la resolución del problema político. Por entonces, ya se conocía la condena del presidente de la DAIA, Jorge Knoblovits, quien consideró que el caso “excede el debate sobre libertad de expresión o cancelación”. “Rinaldi demuestra ignorancia e insiste en la violencia verbal para intervenir en el debate público -agregó-. Lo hizo al atacar a un medio de comunicación utilizando la palabra ‘sinagoga’ en forma insultante citando a Patricio Kelly, quien fuera un recalcitrante antisemita e hiciera suya la frase ‘Haga patria, mate a un judío’”..
Rinaldi tardó poco en anunciar que renunciaba a la candidatura: “Esto se puso demasiado complicado y quiero ahorrarle sufrimiento a mi familia, y no quiero ser un estorbo para nadie, mucho menos para Jorge Macri, de quien no dudo será un extraordinario jefe de Gobierno de la Ciudad. Para no perjudicarlo a él y a todo el equipo que confió en mí, quiero contarles que renuncio a mi candidatura a diputado porteño”.
Casi enseguida, el postulante del PRO a jefe de Gobierno publicó en las redes que aceptaba esa dimisión “que busca así terminar con las polémicas”. “Como dije -resaltó Jorge Macri-, no estoy de acuerdo ni comparto sus declaraciones pasadas que se conocieron recientemente, aunque sí acepté las disculpas que hizo públicamente, porque creo en él. Hoy Franco entendió que su candidatura podría dañar nuestra propuesta y honradamente decidió dejar su lugar en la lista. Valoro mucho su integridad y por eso también valoro su apoyo. En momentos difíciles es cuando se conoce lo mejor de las personas. Gracias, Franco”.
Para el bullrichismo y el macrismo, el caso Rinaldi representó un inesperado costo político en plena campaña y, aunque admiten que hubo una inusual cadena de descuidos en su llegada a la lista de candidatos, advierten que la UCR no debería celebrar este episodio: aseguran que, según sus encuestas, un 30% del electorado de Lousteau votará a Bullrich en las elecciones generales.
Desde el sector de Larreta, más allá de que el precandidato presidencial dijo que estaba “totalmente en desacuerdo” con los comentarios de Rinaldi, quedó flotando una sensación ambigua sobre el traspié de “los halcones”: apenas se conocieron los nuevos videos del ex precandidato a legislador porteño, se publicó en Twitter la dura condena del titular del PRO porteño, Claudio Romero, un fiel representante del larretismo: “Hay límites que no se pueden cruzar. Sin dudas, los dichos antisemitas, xenófobos y homofóbicos de Rinaldi no representan los valores del PRO. Ningún miembro del PRO piensa así. No hay margen para el odio y la discriminación”. La publicación duró poco: fue borrada de Twitter.
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