La Unión Obrera Metalúrgica anunció un plan de lucha bajo la consigna “Primero la dignidad” con paros nacionales escalonados tras un nuevo fracaso de la negociación paritaria.
El gremio liderado por Abel Furlán, cercano a Cristina Kirchner, detalló que las medidas de fuerza se dividirán en tres etapas: un paro nacional para el martes 18 de julio con una movilización al Edificio Catalinas; un paro nacional de 48 horas el jueves 20 y el viernes 21; y finalmente un paro nacional de 72 horas el martes 25, el miércoles 26 y el jueves 27 del mismo mes.
La resolución del Consejo Directivo llamó a la participación de las 54 seccionales de todo el país para la “defensa de los derechos y la dignidad de las trabajadoras y los trabajadores metalúrgicos y de un modelo de desarrollo industrial con justicia social para nuestra Patria y el conjunto de las argentinas y los argentinos”.
La negociación para revisar la paritaria ya tuvo cuatro encuentros en los que no se llegó a ningún acuerdo. El gremio de Furlán demandaba una mejora del 30% más un bono de $60.000 por el “Día del Trabajador y la Trabajadora Metalúrgica” para el trimestre julio, agosto y septiembre.
Por su parte, las cámaras empresarias, que incluyen a Adimra, AFAC (autopartistas), Camima (pymes industriales), Afarte (terminales electrónicas de Tierra del Fuego), Caiama (aluminio) y Fedehogar (electrodomésticos), proponen un aumento del 30% en tres tramos hasta septiembre, no acumulativo y tomando como base los salarios de junio de 2023.
Desde la Secretaría General de la OUM difundieron un comunicado con fuerte críticas a los empresarios: “En un claro desprecio a los principios del diálogo social, el empresariado se negó en las primeras cuatro oportunidades a presentar propuesta salarial alguna, y durante la quinta jornada propuso una opción de incremento salarial escaso, insensato e inoportuno, sin posibilidad de recuperación frente a la inflación e ignorando toda voluntad de recomposición del poder adquisitivo”.
Y agregó: “Una parte del sector empresario -plantado sobre la depresión real del salario producida durante los sucesos extraordinarios “macrismo-pandemia” antes descritos- pretende perpetuar un proceso de acumulación donde la realidad social, política y económica nacional se desacople del destino de sus empresas y los bajos salarios constituyan el secreto a voces del aumento de sus riquezas”.
A principio de abril, la UOM había acordado un aumento salarial para el trimestre abril-junio en dos tramos: un 10% en abril y un 8% acumulativo en mayo, con una revisión para junio.
El principal sindicato industrial del país, enrolado en el kirchnerismo, había reclamado en ese entonces a las cámaras del sector un 40% por 6 meses, con un esquema de actualización trimestral, pero las negociaciones se trabaron ante la negativa empresarial y los gremialistas amenazaron con iniciar protestas.
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