La Unión de Obreros de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) logró otra revisión salarial para este año: acordó un 29,6% para el trimestre julio, agosto y septiembre, lo que permitirá que en el primer semestre de 2023 los sueldos de 430.000 trabajadores de la actividad tengan una recomposición de sus remuneraciones que alcanzará un acumulado del 58%.
El sindicato que lidera Gerardo Martínez, secretario de Relaciones Internacionales de la CGT, se convierte así en uno de los principales que logró una segunda actualización del aumento pactado en abril pasado, que fue del 22% para el período abril-junio, y confirma la tendencia de incrementos salariales que a lo largo de este año van a superar el 100%, a tono con las expectativas inflacionarias.
El acuerdo salarial, que fue firmado por la UOCRA con la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO) y la Federación de Entidades de la Construcción (FAEC), consiste en un 29,6% de aumento que se pagará en tres tramos: 10% en julio, 9% en agosto y 8% en septiembre, con una nueva cláusula de revisión que se aplicará en ese último mes de vigencia del convenio.
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A principios de año, Martínez fue el primer sindicalista en tomar distancia de la pauta salarial sugerida por el Ministerio de Economía, que alentaba a los dirigentes gremiales a que firmen acuerdos del 30% para el primer semestre del año, con revisión en junio, y no se negaba a que pactaran otro 30% para el resto del año, de forma de que el aumento a lo largo de 2023 no superara el 60% de la inflación que preveía el Gobierno para ese período (y que quedaron superadas por el alza del costo de vida).
La UOCRA había cerrado la paritaria 2022-2023 con una revisión salarial del 29% en cuatro tramos, que, sumado al 76% previo, llevó el aumento anual al 105% para los trabajadores del sector en todo el país.
De esta forma, uno de los sindicatos más poderosos del país logró actualizar sus salarios en sintonía con la inflación, mientras negocian otras organizaciones gremiales importantes como la Federación Argentina de Empleados de Comercio y Servicios (FAECYS), la Unión Obrera Metalúrgica (UOM), la Federación de Trabajadores de la Sanidad Argentina (FATSA), en las ramas de industria y droguerías, y el Sindicato del Neumático, entre otros.
En marzo, la Asociación Bancaria, encabezada por Sergio Palazzo, abrió la ronda de paritarias de 2023 con un aumento acordado con las cámaras empresariales que fue del 32,5% para el período enero-mayo de 2023 y el pago extraordinario de una compensación por el Impuesto a las Ganancias. El incremento, sobre la base de los sueldos de diciembre pasado, se dividió en cuatro tramos: a partir de enero, un 6%; desde febrero, un 7%; desde marzo, un 11% y desde mayo, un 8,4 por ciento.
La compensación por Ganancias varía según las escalas salariales y osciló entre 50.000 y 450.000 pesos (montos que, según se aclarón, estarán exentos del impuesto). Fuentes empresariales, en realidad, aclararon que se trata de “un bono por trabajo en pandemia” y no por Ganancias.
Luis Campos, coordinador del Observatorio del Derecho Social de la CTA Autónoma, que sigue la evolución de la negociación colectiva entre sindicalistas y empresarios, resaltó que “las primeras revisiones de las paritarias 2023 pusieron la pauta en torno del 80%: la paritaria nacional docente acumula un 82,6% en julio contra diciembre de 2022; Aceiteros, un 79,9% en el mismo período”.
“Desde que se volvieron a instalar como un mecanismo de determinación salarial generalizado, en 2006, nunca había habido tanta dispersión en los porcentajes de aumento y en los plazos de los acuerdos -afirmó este especialista-. Hasta ahora, a grandes rasgos tuvimos tres tipos de acuerdos: a) un poco más largos con aumentos entre el 45% y el 65%; b) trimestrales (primera tanda) con aumentos alrededor del 20%; y c) trimestrales (segunda tanda) con aumentos superiores al 30%”.
Campos detalló que “dentro de los acuerdos más largos están aceiteros (43,9% a partir de enero), bancarios (66% producto de dos acuerdos cortos), Sanidad, en la rama clínicas (50%), entidades civiles y deportivas (48%), gráficos (50%) y desmotadores (65%)”, y señaló que la revisión de estos acuerdos arranca en julio. A su vez, sostuvo que “los acuerdos trimestrales cortos con porcentajes más bajos se firmaron cuando había alguna expectativa de contener la inflación, como cuatro pesos pesados: Comercio (19,5%), Construcción (22%), metalúrgicos (18,8%) y petroleros (23%)”.
La segunda tanda de acuerdos trimestrales, de acuerdo con este experto, “subió los porcentajes: Sanidad, en la rama laboratorios (37%), químicos (37%) y administración pública nacional (33%), mientras que entre ambos grupos quedó casas particulares (27%)”.
“En el marco de esta dispersión, algunos sectores muy importantes todavía no salieron a la cancha y otros ya están en pleno proceso de revisión de acuerdos firmados hace apenas unos meses -dijo Campos-. Dentro de los que todavía no arrancaron están Alimentación, que cerró hace poco su paritaria 2022/23; neumáticos, que negocia en julio y viene de un conflicto de alta intensidad, y Camioneros (el año pasado se le perdió una paritaria y la revisión de abril quedó en veremos)”.
Añadió que “en proceso de revisión están, entre otros, la UTA (había cerrado a principios de año algo menos de un 30% para el primer semestre) y el sector público bonaerense (acordó un 40% para la primera mitad del año). Según consideró Campos, “en gran medida estos acuerdos, sumados a las revisiones de las paritarias 2022/23, explican por qué en los primeros meses del año el salario de los trabajadores registrados, en promedio, le ganó a la inflación”.
“Para adelante -estimó Campos-, seguimos en una dinámica muy inestable. La carrera precios-salarios se acelera mes a mes y la segunda temporada de las paritarias 2023 está a punto de arrancar. Además, va a caer en pleno proceso electoral. Pronóstico de mucho movimiento”.
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