La maquinaria electoral en la Argentina continúa su curso. Desde el inicio del calendario, ya hubo comicios en 16 provincias y en 13 ya se eligió para gobernador, en sintonía con la estrategia política de los mandatarios locales para desacoplar su suerte del gobierno nacional, afectado por la crisis política y económica.
Así, en este escenario, algunas certezas de las elecciones provinciales. Con excepción de San Juan, San Luis y Neuquén, donde el frente Neuquinizate que encabezó Rolando Figueroa cimentó una candidatura apoyada por Macri, sectores peronistas y radicales, que traccionaron votos a través de listas colectoras, y se impuso ante el tradicional Movimiento Popular Neuquino, el voto local apoyó los oficialismos y la continuidad, como los casos de Gildo Insfran (Formosa), Martín Llaryora (Córdoba), Osvaldo Jaldo (Tucumán), Ricardo Quintela (La Rioja), Gustavo Sáenz (Salta), Sergio Ziliotto (La Pampa), Alberto Weretilneck (Río Negro), Hugo Passalacqua (Misiones), Carlos Sadir (Jujuy) y Gustavo Melella (Tierra del Fuego).
Cada elección provincial tiene su propia particularidad, más allá de los intentos de los dirigentes nacionales, sin distinción de colores políticos, para intentar capitalizar un triunfo en las urnas. Por caso, Horacio Rodríguez Larreta viajó anoche a San Juan para celebrar el triunfo de Marcelo Orrego, el abogado que terminó con 20 años de hegemonía peronista. Y Patricia Bullrich hizo lo mismo con Mendoza, donde Juntos por el Cambio tuvo un buen desempeño en las PASO. De hecho, sumó a Luis Petri, un candidato de esa provincia, como compañero de fórmula.
Triunfos opositores
La victoria de Orrego en San Juan volvió a encender las luces de alerta en el oficialismo nacional, que busca su ordenamiento detrás de la candidatura de unidad de Sergio Massa y Agustín Rossi. Fue un triunfo contundente, por más de 20 puntos, en una provincia peronista que tuvo como particularidad el voto fragmentado: ayer únicamente se votó para gobernador, en el resto de las categorías se eligieron en mayo, tras el freno de la Corte Suprema a una nueva reelección de Sergio Uñac.
“El de Marcelo Orrego es el triunfo del trabajo. Pero sobre todo es el triunfo del cambio, después de 20 años de peronismo. Como ocurrió en San Luis, acá también. Los sanjuaninos quieren un cambio y ya lo veníamos viendo. Trabajamos juntos hace varios años. Recorrí con Marcelo varias veces la provincia y lo notábamos. El tercer factor es que se trató de un triunfo del concepto de sumar, de ampliarnos”, sostuvo Larreta a Infobae.
En San Luis también perdió el peronismo en un territorio que dominaba desde 1983 tras el retorno de la democracia a la Argentina con Claudio Poggi a la cabeza de una alianza multisectorial con predominio de los partidos afines a Juntos por el Cambio, especialmente el PRO y la UCR. Esta elección también tuvo otra particularidad: el enfrentamiento político entre los hermanos Adolfo y Alberto Rodríguez Saá.
Lo que ya se votó: continuidad
Un distrito codiciado fue Córdoba. Mientras avanza el escrutinio definitivo, Luis Juez, candidato de Juntos por el Cambio, reconoció a finales de la semana pasada “no tener esperanzas” de revertir el resultado de los comicios en los que se impuso Martín Llaryora, un dirigente cercano al gobernador Juan Schiaretti y a su armado peronista no kirchnerista. Fue una victoria ajustada, por sólo tres puntos, tras una jornada de elecciones con críticas por la demora en el recuento de votos.
Melella (FORJA), en tanto, logró su reelección por amplio margen, el 53% de los votos, y evitó una segunda vuelta en la provincia patagónica de Tierra del Fuego. Lo hizo con apoyo de sectores de la UCR, del kirchnerismo, del peronismo y el l Movimiento Popular Fueguino (MOPOF). Dato particular, y que tiene que encender todas las alertas: en segundo lugar quedó el voto en blanco, con el 21,59% de los votos. Juntos por el Cambio quedó en cuarto lugar.
Quintela (Frente de Todos), por su lado, también se impuso con holgura en La Rioja y fue reelecto con el 50,63% de los votos, casi 20 puntos más que Felipe Álvarez, candidato de Juntos por el Cambio. Alberto Fernández viajó a las pocas horas para celebrar el triunfo.
“Que podamos reafirmar la democracia, como se reafirmó, es importante; se escuchan voces que dicen que la democracia no es el modo, el camino. Es un tiempo donde se vuelve a hablar que los derechos pueden pasar a un segundo plano, que se pueden donar los órganos para hacerse de recursos o que la calles de la ciudad pueden ser privatizadas”, afirmó el Presidente en una conferencia junto al mandatario provincial.
Otro gobernador que recibió un fuerte respaldo fue el salteño Sáenz (Identidad Salteña), que superó el 47% de los votos y lo saludaron tanto Sergio Massa y como Horacio Rodríguez Larreta. En la provincia norteña Juntos por el Cambio tuvo una performance deslucida, en segundo lugar, con 17,26% de los votos. Cercano al ministro de Economía, Sáenz construyó su poder político por encima de la grieta que separa al gobierno nacional con JxC, la principal coalición opositora. Es más, el Frente de Todos presentó su propio candidato, el diputado nacional Emiliano Estrada, relegado al tercer lugar con 16%.
En La Pampa, Ziliotto (PJ) mantuvo la tradición peronista, partido que gobierna la provincia desde 1983, y logró su reelección con más del 45% de los votos. En este caso, la diferencia con Juntos por el Cambio fue menor: el candidato Martín Berhongaray obtuvo 42% de los votos, lo que representó un avance de la coalición opositora en relación a las elecciones de 2019, cuando el radical Daniel Kroneberger se quedó con el 31,80% de los votos, frente al 52,68% de Zillioto.
En tanto, en Río Negro, Weretilneck garantizó la continuidad de Juntos somos Río Negro. Regresará a la gobernación provincial tras imponerse por 22 puntos porcentuales al candidato de Cambia Río Negro, Aníbal Tortoriello, la fuerza opositora que también -al igual que en La Pampa, registró una fuerte suba en el caudal de votos en los últimos cuatro años. En 2019, la radical Lorena Matzen obtenía sólo el 5,57%.
La elección de Hugo Passalacqua, del Frente Renovador de la Concordia misionero, fue contundente: 65% de los votos para consolidar la continuidad de la fuerza política. En segundo lugar, otra vez, quedó Juntos por el Cambio, con el 26,57% de los votos, en un desempeño superior al 17,59% recolectado por el ex presidente del PRO nacional, Humberto Schiavonni.
El caso de Carlos Sadir, en Jujuy, es otro ejemplo de una elección a favor de la continuidad del proyecto encabezado por el radical Gerardo Morales en 2015. El candidato del Frente Cambia Jujuy se impuso con el 49.52% de los votos, según los datos del escrutinio provisorio. Amplió el 43,76% que logró Morales cuando obtuvo su reelección. En segundo lugar, quedó Rubén Rivarola, del Frente de Todos, con el 22.32% y el dirigente del FIT Alejandro Vilca quedó en un tercer lugar.
En formosa, Gildo Insfrán ratificó su poder electoral y logró su octava reelección con casi el 70% de los votos. El caudillo peronista seguirá siendo el gobernador hasta 2027 y totalizará, en ese entonces, 32 años en el poder. Todo un récord.
El factor Milei
La realidad provincial de la potencia electoral de Milei marca una diferencia con sus proyecciones a nivel nacional.
Uno de los datos que llamó la atención en Tierra del Fuego fue la performance de la candidata de Republicanos Unidos, la evangélica Laura Andrea Almirón, que tuvo el apoyo de Milei. Quedó en la tercera ubicación, con poco más del 7%. Almirón es una pastora evangelista, conocida entre los fueguinos por sus posiciones contra el aborto legal pero que no tenía contaba con antecedentes en la política.
En Tucumán, Ricardo Bussi sólo obtuvo el 3,9% de los votos, muy lejos de la expectativa que tenía Milei, que hizo una campaña activa, con visitas regulares y recorridas proselitistas. “En 2015 Macri perdió 11 elecciones previas en las provincias y fue Presidente”, esgrimió el economista liberar para responder a las críticas.
En La Pampa, el partido libertario no presentó candidato a gobernador, pero tuvo aspirantes a diputados provinciales y concejales en algunas ciudades.
Mientras que en Salta, la fuerza La Libertad Avanza tampoco presentó candidatos a gobernador. Milei estuvo cerca de cerrar filas con Marcos Urtubey, hijo de Juan Manuel, pero las negociaciones no prosperaron.
En La Rioja, Martín Menem, la apuesta de la Libertad Avanza terminó tercero, con el 15,5% de los votos, lejos de posicionarse como la segunda fuerza provincial, como se especuló en su momento.
En Río Negro, el candidato libertario Ariel Rivero quedó en cuarto lugar, con el 9,18% de los votos, debajo de Weretilneck, Tortoriello y Silvia Horne (Alianza Vamos Con Todos).
Pese a que pidió que no la voten, la candidata a gobernadora libertaria por Misiones, Ninfa Alvarenga, cosechó sólo 700 votos y se ubicó en el último lugar, con el 0,4%.
En Neuquén, Carlos Eguía encabezó la boleta de Cumplir, la cual el 16 de abril pasado alcanzó el 8,25% de los sufragios, en medio de la interna del Movimiento Popular Neuquino (MPN), que derivó en la ruptura de ese histórico partido y la victoria de Rolando Figueroa.
En Jujuy, Valores, Ideas y Acciones (VIA)+Libertarios llevó como candidata a gobernadora a Cecilia García, esposa de Luciano Demarco, quien no fue respaldada por La Libertad Avanza y acumuló el 3,33% de los sufragios.
Para las últimas elecciones, el economista se encargó de enfatizar que no apoyaba a ningún candidato, mientras las últimas encuestas nacionales dan cuenta de -al menos- un estancamiento en su proyección electoral y el fortalecimiento de la bipolaridad entre Unión por la Patria y Juntos por el Cambio.
29.36% del padrón nacional
Hasta el momento, las elecciones provinciales que ya eligieron gobernador representan el 29.36% del padrón nacional. Predominan los triunfos de los oficialismos, pero San Luis y San Juan representaron sorpresivas victorias de la oposición y en las provincias en las que el Frente de Todos ganó en 2019 -La Pampa, por ejemplo- la oposición escaló varias posiciones. El próximo test de peso será Santa Fe, el próximo 16 de julio y, sobre todo, Buenos Aires, la madre de todas las batallas, una frase tan trillada como real, en la que el peronismo y Cristina Kirchner depositan todas sus esperanzas.
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