En la Argentina la pobreza es un problema grave, persistente y que parece no tener solución. Afecta, de manera desproporcionada, a las niñas y los niños. El 10 de diciembre de 2019, cuando Alberto Fernández inició su mandato, las asignaciones familiares cubrían el 79% de la Canasta Básica Alimentaria y el 32% de la Canasta Básica Total que abarcaba a chicos de hasta 9 años. En mayo de 2023, estas asignaciones solo cubren el 52% y el 24%, respectivamente. La suba constante de precios, y sobre todo el de los alimentos, hace que en Argentina cada vez más chicos sufran de malnutrición.
Los datos surgen de un trabajo de nueve carillas elaborado por la Coalición Cívica ARI, el espacio político liderado por Elisa Carrió, titulado “Políticas de niñez, asignaciones y cobertura de la canasta básica” que encabezó la economista y referente de políticas sociales Fernanda Reyes.
“La inflación está afectando a los niños, niñas y adolescentes de nuestro país que cada vez son más pobres. Esto se refuerza por el desgaste de las políticas que los cubren”, interpreta el informe al que accedió Infobae.
En el país la pobreza total afecta al 39,2% de la población, mientras que la pobreza infantil, de 0 a 14 años, es del 54,2%. Y peor aún, si se considera a todos los menores edad, de 0 a 17 años, la pobreza afecta al 54,6%. Estos datos significan que en Argentina hay cerca de 18,2 millones de pobres, de los cuales 6 millones tienen entre 0 y 14 años.
El informe, del que también participaron Juan Manuel Blardone, Eugenia Martocq, Gonzalo Romero Villanueva y Valeria Zottos, afirma: “Cerca de 7,6 millones es menor de 18 años, lo cual implica que el 42% del total de los pobres de nuestro país es un niño, niña o adolescente. Todos estos niños y niñas viven en condiciones de privación material y vulneración de sus derechos”.
“La pobreza tiene cara de niño y de niña”, había afirmado Sebastián Waisgrais, Especialista en Inclusión Social de UNICEF Argentina a fines de 2018. Desde entonces, la situación se agravó.
Detrás de los datos fríos y duros hay rostros, familias, historias que conmueven, como la de Agustina (8), Francisco (5) y Pedro (3), que cada mediodía se alimentan en el comedor comunitario que la Corriente Clasista y Combativa tiene en Lomas de Zamora. No van solos, los acompaña Sandra Menéndez, su madre de 34 años que también se lleva dos viandas para su casa ubicada en el asentamiento Malvinas, ubicado en Ingeniero Budge y dónde viven apenas 40 familias. La mayoría de ellas entran en todas las estadísticas de vulnerabilidad.
Fernanda Reyes, referente en política sociales de la Coalición Cívica ARI le dijo a este medio: “La alimentación de nuestros niños y niñas, cada mes que pasa está más en riesgo”. Y revela alguno de los datos que volcó en el informe. “A partir de los datos de INDEC, en lo que va del año la canasta básica alimentaria aumentó un 47,4% y un 122,6% en los últimos doce meses, por encima del 42,2% de inflación acumulada y del 114,2% interanual. Esto lleva a que el ingreso por asignaciones familiares o por la Asignación Universal por Hijo (AUH) que reciben las familias cubra solo el 52% y 41% respectivamente de la canasta básica alimentaria de un niño de 9 años”.
El estudio que realizó la CC ARI demuestra: “Si se toma la Asignación Universal por Hijo que recibe mensualmente el 80% del monto correspondiente, en diciembre de 2019 representaba el 63% de la Canasta Básica Alimentaria, y el 25% de la Canasta Básica Total mientras que en mayo de 2023 cubrieron el 41% y 19% respectivamente”.
A partir de los ingresos de los hogares, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) mide si éstos tienen capacidad de satisfacer sus necesidades alimentarias y no alimentarias consideradas esenciales. Al 17 de mayo de 2023 el valor de una Canasta Básica Total tipo 2 es de 203.361 pesos.
La canasta básica total amplía la canasta básica alimentaria al considerar los bienes y servicios no alimentarios tales como vestimenta, transporte, educación, salud y vivienda, entre otros rubros.
El 15 de febrero de este año, un nuevo informe de UNICEF sobre pobreza multidimensional ya alertaba que dos de cada tres niñas y niños de Argentina (66%) son pobres por ingresos o están privados de derechos básicos, como el acceso a la educación, la protección social, a una vivienda o un baño adecuado, al agua o a un hábitat seguro.
Reyes le explicó a Infobae que el trabajo que realizó con su equipo de especialistas demostró que la cobertura base de las asignaciones a la niñez cayó sistemáticamente durante el mandato de Fernández. Por ejemplo, “en 2020 cubrieron en promedio el 77% de los ingresos necesarios para que los chicos de hasta 9 años pueda alimentarse”. Para el año 2021, esa proporción se redujo al 71%, y luego al 66% en 2022.
Si se toma el valor necesario para no ser considerado pobre, según la Canasta Básica Total, la cobertura se redujo de un 32% al 30% y 29% del total respectivamente.
Según el trabajo estadístico basado en cifras oficiales, “este es el reflejo del aumento del valor de la Canasta Básica de Alimentos y la Canasta Básica Total que se dispararon por encima de los montos de las asignaciones”.
De esta manera, la primera canasta aumentó su cifra en un 46% en el año 2020; un 45% en 2021 y 104% en 2022. La segunda canasta, en cambio, lo hizo en 39%, 40% y 100% respectivamente. En total, aumentaron. La cifra total, devela la dirigente, es astronómica 556% y 480% desde que el Frente de Todos llegó al poder.
Como contrapartida el monto base de las asignaciones aumentó un 332%. Es decir, una caída del 34,15% y 25,52% respecto a las canastas.
“La magnitud y persistencia de la pobreza generan la necesidad urgente de proteger las partidas presupuestarias destinadas a infancia y adolescencia”, alertó Luisa Brumana, representante de UNICEF Argentina y, en coincidencia con el informe de la CC ARI, observó: “El presupuesto es un factor clave en la reducción de la pobreza de chicas y chicos. Es fundamental priorizar las políticas públicas y, particularmente, los programas de protección de ingresos que han demostrado ser una herramienta potente para mitigar la pobreza y, sobre todo, la pobreza extrema”. Según el informe realizado por UNICEF sobre la base del Presupuesto Abierto y otras fuentes de información pública, el presupuesto nacional destinado a la infancia en 2023 presenta contracciones de entre un 13,3% y un 22,2%, según el índice inflacionario que se considere.
Indigencia
Los niveles de indigencia en el país alcanza al 8,1% de la población, unas 3.800.000 de personas, la proporción aumenta al 12% en los niños y niñas de hasta 14 años; alcanzando a una población de 1.300.000 y al 12,2% en los menores de 18 años, alrededor de 1,6 millones.
En la Argentina, el 35% de las personas indigentes tienen entre 0 y 14 años, y el 43% tiene menos de 18 años.
El último informe del Observatorio de la Deuda Social de la Argentina de la Universidad Católica (UCA) que lleva como título “Retorno a la senda de privaciones que signan a la infancia” es tan critico como el de la CC ARI que revela este medio. Allí también se destaca que el trabajo infantil, en 2022, alcanzó la incidencia prepandemia llegando al 14,8% en la población de 5 a 17 años; con un incremento significativo en las clases muy baja, baja y media baja. Datos, los de la UCA y de la Coalición Cívica ARI que marcan y remarcan un incremento de la desigualdad social.
“Ante esta injusticia, las políticas públicas de niñez se vuelven cada vez más relevantes y prioritarias. Es urgente recuperar el sentido en la lucha contra la desigualdad y garantizar el cumplimiento efectivo de los derechos de las niñas y los niños. Los niños y niñas deben tener acceso a una alimentación adecuada, una educación de calidad y a la salud integral”, razonan desde la CC ARI. Por esa razón Fernanda Reyes opina que: “Frente a esta realidad, el Sistema de Asignaciones Familiares es la principal política de protección a la niñez”.
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