“Liderar no es andar a los gritos o hacerse el bravo”. El mensaje del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, dejó poco margen para las interpretaciones. Tenía una destinataria clara -Patricia Bullrich- y se enmarca en una guerra de declaraciones entre los principales referentes de Juntos por el Cambio que lleva meses.
El cierre de listas no logró apaciguar los ánimos en las filas opositoras y durante la última semana se repitieron los cruces. La dinámica de la propia campaña, la necesidad de diferenciación entre los candidatos y las disputas personales por el liderazgo partidario dejan al descubierto la peor cara de la política, alejada de las necesidades concretas de la sociedad.
Morales, compañero de fórmula de Horacio Rodríguez Larreta, aseguró ayer en Radio Mitre que no entraría en “descalificaciones personales” como hizo Bullrich pero aprovechó para reafirmar en sintonía con su aliado político que “el método Macri ya fracasó”.
Cada línea estaba destinada a la titular del PRO (en uso de licencia) que había calificado al jefe de gobierno porteño de “ventajero” y “oportunista” por haber criticado el gobierno de Mauricio Macri. El alcalde había asegurado que a pesar de su coraje, el ex presidente “impulsó cambios que no se pudieron sostener y después volvieron para atrás”. En ese sentido, reafirmó su idea de buscar consensos más amplios que den sustento a las reformas.
Sin embargo, Bullrich fue categórica: “Me parece de una enorme bajeza moral, oportunismo y falta de ética que Larreta, que se jacta de haber trabajado 20 años con Macri, haga cualquier cosa con tal de conseguir un voto”, dijo a Clarín.
También apuntó contra la idea de negociar con sectores del peronismo: “Lo que se está discutiendo es el cómo: con ellos o sin ellos (los peronistas). Con ellos te someten, te destruyen e igual te voltean. No hay un acuerdo con el populismo en Argentina; el acuerdo con el populismo es que vos seas populista, es que la Argentina siga destruida y degradada”.
Pero las críticas a Macri y a Bullrich también provienen de otros sectores de la coalición, que rechazan el plan de acercarse a los libertarios de Javier Milei. La fundadora de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, fiel a su estilo polémico, planteó que los sectores “halcones” piensan llevar adelante un “ajuste brutal” que hará “caer a toda la clase media argentina” y traerá aparejado una fuerte represión en las calles. " Él (Macri) que no vivió y no fue de clase media, no sabe lo que es”, dijo Carrió en AM 1020.
Ayer, en una entrevista con Infobae, insistió en que Macri planea que JxC se “corra” hacia la derecha y aseguró que ella “no se moverá del centro”. Según Carrió, el mismo PRO quedó dividido entre un sector de centro y otro de extrema derecha.
Días atrás, el ex presidente llamó a “no dramatizar” al ser consultado por las críticas a su gobierno pero señaló que “hay claramente dos estilos distintos entre Bullrich y Rodríguez Larreta”.
Macri ya jugó muy fuerte para respaldar a Bullrich y para acotar el margen de maniobra de Rodríguez Larreta en dos oportunidades. Primero, cuando impuso a su primo Jorge Macri como candidato a jefe de gobierno porteño en detrimento de Fernán Quirós y en claro desafío al acuerdo político entre Larreta y Martín Lousteau (que competirá en las PASO por dentro de JxC).
Luego, para bloquear el ingreso del gobernador de Córdoba Juan Schiaretti a la coalición opositora. El plan de Rodríguez Larreta quedó explicitado días antes del límite para la presentación de alianzas e hizo crujir una vez más el armado opositor, dado que a nivel provincial el candidato del schiarettismo disputaba la gobernación con Luis Juez, aliado político de Patricia Bullrich. “Pone en crisis a todo el sistema de la coalición”, dijo Macri. Desde el larretismo recordaron que el propio ex presidente había incorporado peronistas como Miguel Ángel Pichetto, aunque finalmente tuvieron que desistir ante la falta de consenso interno.
En Santa Fe, Macri también intervino y participó de actividades de campaña con Carolina Losada. La candidata radical protagoniza por estas horas la pelea interna más encarnizada de la oposición con Maximiliano Pullaro.
Ambos se enfrentarán el próximo 16 de julio en las PASO pero en este caso la interna cruzó un límite. Losada anunció que en caso de perder, no trabajará con Pullaro por sus “diferencias éticas y morales”.
La senadora planteó en reiteradas oportunidades que el ex funcionario provincial tenía vínculos con los narcos. “Cuando Bullrich era ministra de Seguridad y Pullaro era el ministro del área en Santa Fe, cada vez que le avisaban que iban a buscar un narco, él no encontraba nunca nada”, había dicho semanas atrás Losada en radio La Red.
Si las diferencias entre ambos son insalvables -como afirma Losada- es difícil de explicar por qué compiten dentro del mismo espacio. Macri se limitó a pedir una “competencia con altura” y que se mantenga la unidad.
Con los ánimos tan exacerbados, los referentes de Juntos por el Cambio no dan garantías de cohesión para un futuro gobierno. Tampoco contribuyen a la estabilidad que la frágil situación macroeconómica del país necesita, especialmente cuando el equipo económico se encuentra renegociando un acuerdo con el FMI que será vital para evitar sobresaltos antes de las elecciones y garantizar una eventual transición ordenada.
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