Mientras sigue a flor de piel la interna en Unión por la Patria después de la presentación de las listas de precandidatos para las PASO, se multiplican las llamadas y reuniones entre los dirigentes de la cúpula para intentar sanar heridas y empezar a sincronizar agendas en torno a una campaña común, que aún está muy distante de ser realidad.
Para el próximo viernes está prevista una cumbre de los equipos técnicos de cada sector, en el centro porteño, para intentar alinear posiciones, dentro de lo posible, en el convulsionado contexto. No será una tarea fácil, admiten armadores de los distintos espacios. Las esquirlas del enfrentamiento público entre Cristina Kirchner y Victoria Tolosa Paz, por un lado, y entre dirigentes de La Cámpora y el cristinismo contra Santiago Cafiero, por el otro, siguen calientes. Y crecen los rumores sobre movimientos de la organización de Máximo Kirchner para correr de la lista a los alfiles de Alberto Fernández, que quedaron ubicados en los expectantes segundo y quinto lugar de la nómina para la Cámara de Diputados.
Mientras tanto, aún hay ruidos en el kirchnerismo duro por el encumbramiento de Massa y muchos de los dirigentes que festejaron la candidatura de Wado (cuando aún estaba vigente) evitan siquiera mencionar al ministro de Hacienda.
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Una de las ambiciones de los encuentros y llamados, que se condensarían en la reunión del viernes, es organizar un acto de unidad para el próximo sábado en el conurbano. Se habla de Merlo como sede de un eventual cónclave público entre los principales referentes del oficialismo en la provincia de Buenos Aires. Y la excusa sería la presentación de la lista de precandidatos que responden al liderazgo del intendente K, Gustavo Menéndez. La aspiración, de máxima, es que participen los precandidatos de la fórmula presidencial, Sergio Massa y Agustín Rossi; el gobernador, Axel Kicillof, que va por la reelección; y las cabezas de las listas de Diputados y Senadores, Máximo Kirchner y Eduardo de Pedro. Por ahora, en los respectivos entornos de los dirigentes, conscientes del pantanoso terreno que transitan, mantenían la cautela y evitaban confirmar su participación.
Mientras intentan sanar heridas, durante los próximos días, cada uno de los actores mencionados tienen planeadas incipientes actividades de campaña en PBA, por separado. Hoy a las 11.30 el ministro de Economía visitará San Andrés de Giles con su tropa ministerial -la secretaria de Energía, Flavia Royón; y su par de Producción, Ignacio de Mendiguren-. Aunque su plan de cara a las PASO será fogonear el perfil de “gestor económico” en la crisis, el ministro de Hacienda hará inevitablemente espacio, una vez por semana, a los actos de corte nítidamente proselitista. En su círculo todavía no definieron si privilegiará el terruño bonaerense o equilibrará los recorridos en el distrito más poblado con las visitas al interior.
De Pedro, que mantuvo el perfil muy reservado después del golpe que representó verse obligado a bajarse de la contienda por la Presidencia 24 horas después de lanzarse, hará su primera aparición como primer precandidato a senador en Mar del Plata el próximo viernes por la tarde, en el cierrre de la semana social de la Pastoral Social, dedicada a los 10 años del pontificado de Francisco y a los 40 años de democracia. Su presencia será una novedad después de varios días prácticamente sin mostrarse en público, durante los cuales se dedicó a recalcular el curso de acción de su carrera.
Por lo pronto, el ministro mantiene la dinámica de consulta con Cristina Kirchner, que el lunes de alguna manera lo reivindicó al revelar, por primera vez públicamente, con su propia voz -hasta ahora lo había dejado trascender por terceros- que “Wado” era su candidato. Ayer, por caso, estuvo en el Senado reunido con la Vicepresidenta. Sin embargo, desde el lunes habló varias veces con Massa. Y en lo sucesivo se encargará de mostrar que los resquemores con el líder del Frente Renovador por su derrota política interna quedaron atrás. “Vamos a trabajar para que le vaya bien a Massa y al conjunto”, dijeron desde su círculo íntimo.
Los intentos de limar asperezas tuvieron cierto correlato en algunos gestos públicos, aunque contados. Alberto Fernández gestó junto a Agustín Rossi, el flamante precandidato a vicepresidente, una reunión de Gabinete que se celebró ayer, de la cual, como pocas veces, participaron todos los ministros. Inclusive los funcionarios que protagonizaron la disputa interna -Massa, De Pedro, Tolosa Paz, Cafiero- que buscaron una foto de unidad a pesar del resquebrajamiento de hecho. Mientras tanto, el vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos, relativizaba las acusaciones del kirchnerismo contra Cafiero por el desenlace de las negociaciones sobre el lugar de Scioli. “En un cierre de listas siempre hay disconformes. Nadie le roba nada a nadie porque las candidaturas se construyen (...) la importancia fue el valor de la unidad, todos colaboraron para lograrla”, dijo.
Horas después, Cristina Kirchner y Daniel Scioli sorprendieron al publicar una foto juntos, sonrientes, en la oficina de la vice en la Cámara alta. Hoy se verá algo similar, cuando el ex gobernador se vea la cara con su rival, Massa, en el Ministerio de Economía. El día previo, en una de las primeras señales de aparente unidad, los precandidatos bonaerenses del massismo y el kirchnerismo se mostraron juntos en Lomas de Zamora, para presentar la lista encabezada por el alfil de Martín Insaurralde, Federico Otermín, mientras evaluaban, aún cómo avanzar después del giro en la trama del vertiginoso cierre de listas que terminó a favor de Massa y en desmedro de De Pedro y de Daniel Scioli.
Una de las claves de la campaña será la articulación en la provincia de Buenos Aires, donde tendrá un rol importante el titular de Obra Pública, Gabriel Katopodis, que se quedó afuera de las listas a pesar de las especulaciones que se dispararon a partir de que Cristina Kirchner lo ubicara a su lado en un acto una semana antes de la presentación de las nóminas, en Río Gallegos, y lo llenara de elogios.
“Kato”, ex intendente de San Martín que se esmera, a pesar de las rispideces, en mantener buen vínculo con todas las terminales, almorzó el martes con Axel Kicillof; por la tarde habló en privado con Massa en la la convención de la Cámara Argentina de la Construcción en La Rural; y ayer viajó a Formosa con Alberto Fernández para felicitar por el triunfo en la elección provincial al caudillo peronista k, Gildo Insfrán. Además, desde su cartera les proveerá a los contendientes propios el insumo básico para cualquier campaña del oficialismo: las inauguraciones de obras.
Ayer, la mayor parte de los precandidatos fueron, uno por uno, organizados por turnos al Complejo C, la productora del empresario kirchnerista Ignacio Saavedra que funcionó como bunker de campaña en las últimas dos elecciones y fue la sede audiovisual donde De Pedro grabó, la semana pasada, su spot de lanzamiento como precandidato, que se vio frustrado 24 horas después. El objetivo era tomarse fotos para ilustrar las boletas oficiales, un paso formal en medio de las dudas sobre el desenlace de la feroz pelea sobre la cual intentan poner paños fríos cuando resta sólo un mes y medio para la elección primaria.
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