“Hay un mito en todos los países de que la izquierda es superior culturalmente a la derecha y eso es falso, eso no es verdad”. La definición de José María Aznar, ex presidente del gobierno de España y uno de los líderes de la derecha global, es una de las tantas que pronunció en el seminario que compartió con su homólogo Mauricio Macri, tres dirigentes opositores y economistas de Iberoamérica.
Durante la charla organizada por la Fundación Libertad y Atlántico Instituto de Gobierno, que brindó en la sede porteña de la universidad UCEMA, el ex mandatario europeo abordó la agenda política urgente por las elecciones inminentes en ambos países y expresó una mirada singular sobre la tumultuosa actualidad. Uno de los puntos destacados fue su insistencia en resaltar la “moderación” como una virtud clave en el ámbito público y una diferenciación de los libertarios y los movimientos súbitos que aparecen en el escenario y ponen en jaque a los partidos tradicionales.
También habló de la amenaza que representa para los gobiernos, las empresas y las organizaciones de la sociedad civil la irrupción de la inteligencia artificial, como así también la injerencia de China en el orden global y en el mundo occidental. Aznar junto a Macri en el acto central del seminario que organizó la Fundación Libertad, que preside Gerardo Bongiovanni.
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Sobre la cuestión electoral, José María Aznar se mostró confiado en una victoria del Partido Popular en las próximas elecciones y se anticipó a definirla como una posible “victoria de la moderación, de un partido integrado por profesionales de una política que no busca la confrontación, que no busca la fragmentación, que no busca el enfrentamiento, ni busca la división”.
El dirigente no dudó en calificar como “cualidades negativas” las que buscan promover “la polarización, la ausencia de terrenos centrales en donde pueda existir lo que los politólogos llaman la conversación nacional, los diálogos nacionales en torno a asuntos importantes que tenemos que afrontar los países en el mundo de hoy”. “Este mensaje es importante para España, pero también es importante para el mundo latinoamericano”, dijo Aznar y reconoció que también tiene esperanzas en que se pueda “producir una combinación” entre triunfos del PP en España y de Juntos por el Cambio en Argentina.
Es que para el ex presidente europeo “tenemos que recuperar los valores básicos de nuestra época, tenemos que asistir y promover un renacimiento de las democracias. No es verdad que las democracias sean débiles. La democracia es un sistema frágil, pero no es un sistema débil. Y no es verdad que los sistemas autoritarios sean superiores ni más fuertes que los sistemas democráticos”, afirmó.
“No es verdad que las políticas populistas sean más útiles que las políticas abiertas, que las políticas basadas en la moderación y en la libertad. No es verdad, excepto que las sociedades democráticas, en lugar de asumir la fragilidad del sistema, nos convenzamos de que somos débiles”, continuó y llamó a “defender los valores fundamentales democráticos”, contrarios a los que propone el populismo.
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A los dos lados del Altántico
“España está en un proceso de cambio. Creo que sinceramente hay una mayoría social que desea que se produzca ese cambio político y que se ha expresado muy claramente el pasado 28 de mayo, donde el centro derecha y especialmente el Partido Popular, ha tenido un gran éxito”.
“Ese proceso de cambio se va a producir y es muy importante, porque va a ser la victoria de un partido con unas raíces históricas muy fuertes y que es uno de los pilares fundamentales del sistema político español”, afirmó Aznar. En contraposición, describió que la izquierda se tornó “muy radical” y empujó a que el Partido Socialista deje de ser el pilar institucional del centro izquierda”.
En ese sentido, advirtió que el gobierno actual que encabeza el PSOE de Pedro Sánchez organizó “una coalición Frankenstein” integrada por “un socialismo radical, comunistas, separatistas y antiguos terroristas”. “Si eso sigue gobernando, España marcha a un proceso de mutación institucional con resultados absolutamente imprevisibles” y que podría, a juicio del ex presidente, poner en riesgo incluso “al sistema constitucional que nace esencialmente de la transición democrática española”.
“Va abrirse un proceso que no sabemos adónde nos puede llevar, pero estoy convencido de que no nos puede llevar a ningún sitio bueno. La transición española impulsó cambios políticos, económicos y sociales con consecuencias extraordinarias”, afirmó Aznar, por lo que rechazó que se pueda “revisar los principios que nos han llevado a ese éxito”.
Para el ex presidente del gobierno, “el único que puede garantizar que eso no ocurra es el pilar constitucional del centro derecha en España, que es el Partido Popular. Tenemos la ventaja de que no estamos viviendo el fenómeno de fuerzas de nuevo cuño que irrumpen en la vida política, acaban con los partidos más tradicionales, pero no se consolidan y tienen una vida efímera”.
En ese sentido, resaltó el retroceso de las dos coaliciones políticas que parecían llamadas a ocupar lugares clave en la política grande español: Ciudadanos, como escisión o reflejo del PP, y Podemos, del PSOE. “Uno ya desapareció como partido y el segundo va a desaparecer”, pronosticó. Pero alertó que “la radicalidad del Partido Socialista en este momento no tiene nada que ver con el partido socialdemócrata que hubo en España en los años 80″.
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Liberales y libertarios
“Debemos intentar hacer sociedades viables y países viables porque hay países imposibles. Los países se pueden dividir de muchas maneras, pero hay una manera muy simple: los países de donde la gente se quiere ir, y los países a los que la gente quiere ir. Es una diferencia hoy, pero es una diferencia que existía antes y existió siempre” manifestó Aznar y agregó: “Ese criterio es el que más claramente explica si un país marcha bien o marcha mal. Y lo vivimos nosotros, los españoles, y ustedes, los argentinos. Y fue en las dos direcciones”.
El ex presidente español afirmó que “hoy existe el problema, sobre todo después de la pandemia, de un exceso del intervencionismo del Estado, un exceso de la regulación que asfixia a la iniciativa privada. En Europa hay hiperregulación, es asfixiante respecto de lo que ocurre en Estados Unidos y otros países”.
Por eso, planteó que se necesita tener “un Estado eficaz que nos saque de algunas enfermedades que tiene el mundo liberal, que pueden ser los libertarios. Lenin decía que ‘el trotskismo es la enfermedad infantil del comunismo’. Los liberales pueden tener también una enfermedad infantil”.
El ex presidente del gobierno español manifestó que en la actualidad se necesita contar con “Estados eficaces, no muy grandes ni muy chicos, eficaces, y que sepan que tienen que actuar en programas públicos privados”, como así también subrayó la importancia de contar con “instituciones que funcionen razonablemente bien y que sean creíbles, que el Estado de Derecho funcione y pueda dar cierta confianza”.
Pese a que habló de la “enfermedad” o las exageraciones vinculadas al liberalismo, planteó que “los derechos son de las personas, no son de los grupos, ni son ‘de las tribus’, como decía Vargas Losa. Los derechos son individuales y hay que hablar de los derechos y de las libertades individuales. No hay derecho de los grupos, sino de las personas”.
En ese sentido, destacó que “la libertad económica sigue siendo fundamental. Los países que más han prosperado son los que han vivido una libertad económica clara, con una sociedad abierta y que han dado estabilidad y prosperidad y oportunidades a sus ciudadanos. También es esencial la meritocracia, es esencial para tener países que quieran competir. No hay nada peor que la gente piense que las cosas son gratis y que se consiguen los mismos resultados esforzándose que no esforzándose”.
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Cambio de era
José María Aznar también habló también sobre cuestiones fuera de la agenda inmediata de la política y de la disputa electoral. En ese sentido, advirtió que el mundo atraviesa un fenómeno nuevo con la inteligencia artificial, una novedad que está llamada, según su perspectiva, a cambiarlo todo.
“Estamos en un cambio de era, no en una era de cambio. Este mundo cambia a una velocidad de vértigo, y la política cambia también a una velocidad de vértigo, la economía. Todos los parámetros políticos, económicos, culturales van a ser modificados”, consideró el dirigente del PP y subrayó que todos deberán estar atentos a “las consecuencias de la revolución tecnológica y al desarrollo de la inteligencia artificial”.
“Hoy ya no estamos hablando de Internet, sino que estamos hablando de IA, que es una dimensión completamente distinta, pero que lo que ha hecho es cavar trincheras, enormes muros de distancia, silos en los cuales la gente no se comunica y de ahí tenemos que salir”, planteó en su presentación.
A ese escenario complejo, le agregó la presencia superestructural de China como un factor capaz de distorsionar las relaciones económicas, diplomáticas y políticas a escala mundial.
“La gran pregunta es ¿yo qué hago aquí, qué puedo hacer aquí? ¿y qué estoy dispuesto a hacer? Esta es una reflexión inevitable para cualquier país, sea Argentina, España, Italia, África del Sur. Es igual, todos los países se la tienen que hacer, las instituciones, todas las empresas, las instituciones educativas. Todos. ¿Cómo nos vamos a mover en este mundo actual?”, planteó.
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