A partir de las 8 de la mañana se abrirán las escuelas en los 427 municipios que tiene la provincia de Córdoba, donde este domingo se elegirá al nuevo gobernador. Además habrá elección de legisladores provinciales y concejales en más de 200 localidades del interior de la provincia.
La elección se definirá entre dos candidatos aunque serán 11 los que se presenten. El actual intendente de Córdoba capital, Martín Llaryora, es el candidato que respalda el gobernador de Córdoba, Juan Schiaretti, y el peronismo cordobés, nucleado en la nueva alianza “Hacemos unidos por Córdoba”.
Arriba del ring electoral estará Luis Juez, el candidato de la oposición, que logró que todos Juntos por el Cambio lo apoye sin grietas. A la provincia viajaron Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, Patricia Bullrich, Martín Lousteau y varios legisladores radicales y de la Coalición Cívica para prestarle su apoyo.
Schiaretti votará a las 10 en el Instituto Domingo Savio. Probablemente lo haga enfundado en una campera roja, como cada vez que va a votar. Una cábala que cumple a rajatabla. A las 11 Llaryora emitirá su voto en la Escuela Santa Teresa de Jesús. Ambos comerán con sus familias y por la tarde se verán en el hotel Quorum, ubicado en las afueras de la capital, donde el peronismo cordobés armó su búnker. Tanto en la gobernación como el municipio tienen confianza en que lograrán un triunfo en las urnas.
El kirchnerismo tendrá una expresión minoritaria en la cancha. El candidato de Unión por la Patria será Federico Alesandri, actual intendente de Embalse. En las encuestas su candidatura no supera los 5%. En Córdoba, como en ninguna otra provincia, el sector que lidera Cristina Kirchner genera un gran rechazo. Por eso la propuesta es marginal y termina consumida por la grieta provincial.
Es la primera elección en la que el sello Unión por la Patria se someterá al resultado de los votos y, de antemano, está confirmado que será una derrota. En el oficialismo provincial creen que esos votos que obtenga el kirchnerismo no complicarán el resultado de la elección que proyectan. Es decir, que no se los quitan a ellos porque nunca los tuvieron.
Cuatro meses atrás los números de la encuestas retrataban una paridad entre Llaryora y Juez. Con el paso de las semanas el intendente oficialista empezó a despegarse y consolidar la ventaja. El senador del Frente Cívico logró recuperar parte de esa distancia 20 días atrás cuando Schiaretti negoció, sin buenos resutados, un acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta para armar una nueva alianza nacional.
Esa jugada del actual gobernador le dio protagonismo a Juez, que saltó a los micrófonos a cuestionar la posibilidad de concretar una alianza nacional de Juntos por el Cambio con quien es su rival político en la provincia. Finalmente, en los últimos 10 días Llaryora volvió a sacarle ventaja. En el peronismo cordobés son consumidores compulsivos de encuestas. Tienen sondeos en forma diaria para monitorear la aceptación de la gestión y de los dirigentes que la encarnan.
El candidato de la Libertad Avanza, respaldado por Javier Milei, será Agustín Spacces. Sus expectativas son bajas. En todos los sondeos aparece en el cuarto lugar, debajo del candidato K. Hasta el momento no le ha ido bien a los candidatos del economista en las elecciones provinciales. Tuvieron malos resultados y siempre quedaron debajo del tercer lugar.
Sin embargo, la candidatura presidencial de Milei tiene una gran aceptación en Córdoba. Casi tanto como la de Schiaretti. En provincia creen que el economista libertario hará una buena elección en las presidenciales, más allá del resultado que tenga en los comicios provinciales. Lo que vale, creen, es su cara en la boleta.
El peronismo cordobés busca retener el poder que ostenta desde 1999 cuando José Manuel de la Sota ganó las elecciones. Se quedó en la gobernación durante ocho años. Luego, en el 2007, Juan Schiaretti tuvo su primer mandato, después volvió De la Sota y luego el “Gringo” que fue electo en el 2015 y en el 2019.
Llaryora es hijo político de esa generación. En el 2007 fue elegido intendente de San Francisco, su ciudad natal. En el 2011 logró la reelección. Dos años después se convirtió en ministro de Industria del último gobierno de De la Sota. En el 2015 se transformó en compañero de fórmula de Schiaretti. Ya como vicegobernador, en el 2017 saltó a la Cámara de Diputados nacional para formar parte de un bloque que respondía un puñado de gobernadores del PJ.
En 2019 compitió contra Luis Juez y Rodrigo de Loredo por la intendencia de Córdoba capital. Les gana a ambos por una amplia diferencia. Fue la primera vez, desde el regreso a la democracia en 1983, que el peronismo gobernó la ciudad. En los tres años y medio de gestión que lleva empezó a construir su candidatura a gobernador. Este domingo volverá competir con Juez, pero esta vez por el premio mayor.
Ya sin chances de reelección, Juan Schiaretti decidió jugar la elección nacional como candidato a presidente. Aunque tardó en concretarlo y lo hizo sin el acompañamiento dirigencial que pensaba, decidió anotarse igual. Su presencia en la contienda nacional, según analizan en Córdoba, impide el crecimiento de las figuras nacionales que acompañan a Juez. Es decir, que su candidatura juega un rol en la estrategia provincial.
El “Gringo” estuvo cerca de cerrar un acuerdo con Horacio Rodríguez Larreta para construir un nuevo frente electoral, pero el objetivo de diluyó por la fuerte resistencia que impusieron Mauricio Macri, Patricia Bullrich, Luis Juez y el sector más duro de Juntos por el Cambio. Esa negociación está suspendida pero no terminada. Si Rodríguez Larreta es el vencedor de las PASO en la alianza opositora, se reflotará la posibilidad de un acuerdo de gobernabilidad.
Para estas elecciones el peronismo cordobés hizo un acuerdo con el PRO y la UCR. La intendenta de Estación Juárez Celman - en uso de licencia - Myrian Prunotto, del radicalismo, es la candidata a vicegobernadora, mientras que Javier Pretto, presidente del PRO provincial hasta hace un mes, se convirtió en compañero de fórmula de Daniel Passerini, el candidato a intendente de la capital que respaldan Llaryora y Schiaretti.
La elección municipal será dentro de un mes. El 23 de julio el radical Rodrigo de Loredo enfrentará a Passerini. Si todo sale como tienen pensado, a partir de mañana Llaryora se pondrá la campaña al hombro para transferir sus votos a su candidato y marcar que Passerini, que es el actual viceintendente, es la continuidad del proyecto que él inicio hace tres años y medio.
Ampliar con la idea de consolidar un alianza heterogénea. Esa es la misión de Llaryora, que si logra llegar al poder provincial se convertirá en el nuevo líder del peronismo cordobés. Entiende que es el momento de forjar una nueva construcción política en la que el peronismo local sea la columna vertebral, pero que se complemente con sectores de oposición. Una jugada política que ya tuvo un primer movimiento y que esperan que les brinde un resultado contundente en las urnas.
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