Los graves hechos de violencia en Jujuy lograron lo que hasta ahora no había conseguido la inflación en ascenso, el aumento incesante de los precios y la pelea salarial: la unidad del sindicalismo en actitud de protesta, pero no contra el Gobierno Nacional sino contra Juntos por el Cambio.
Por un lado, la CGT dará esta tarde una conferencia de prensa para condenar al gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, y contará con la presencia de Pablo Moyano, uno de sus cotitulares, enfrentado con sus pares de la conducción cegetista. Por otro, la CTA Autónoma, de perfil combativo y autónomo del Gobierno, se asociará este mediodía a la CTA kirchnerista, liderada por el diputado ultra K Hugo Yasky, en la marcha de protesta que comenzará en el Obelisco hasta la Casa de la Provincia de Jujuy.
Más allá de la inusual coincidencia de las tres centrales obreras, que no se producía desde que protestaban contra el gobierno de Mauricio Macri, la ofensiva sindical tiene un telón de fondo: el sindicalismo peronista, en sus distintas fracciones, se suma de esta forma a la campaña electoral.
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Sin poder consensuar a qué candidato presidencial del oficialismo apoyarán, y mayoritariamente en una actitud pasiva frente al actual ajuste económico, los dirigentes gremiales encontraron en los disturbios en Jujuy una forma de alinearse con el Frente de Todos/Unión por la Patria para atacar a Juntos por el Cambio y tratar de sacar un rédito electoral de la violencia registrada en el Norte.
En la oposición están convencidos de que los serios incidentes producidos en la capital jujeña, que incluyeron una treintena de heridos, autos incendiados, comercios saqueados y lluvia de piedras, son la antesala de lo que sucederá si Juntos por el Cambio gana las elecciones e intenta aplicar reformas de fondo. Para JxC, uno de los detonantes de la violencia fue la prohibición de cortes de rutas y calles y de ocupación de edificios públicos que figura en el artículo 67 de la nueva Constitución de Jujuy, pese a que fue votada con el apoyo del radicalismo y del PJ.
Con una rápida reacción, la CGT difundió este martes un comunicado de prensa para expresar su “absoluto repudio a los lamentables hechos de represión y violencia policial que están sucediendo en la provincia de Jujuy”, y más tarde convocó a una conferencia de prensa que se realizará este miércoles, a las 14, en la sede de Azopardo 802. Allí, con la confirmación de Pablo Moyano de que asistirá, la conducción cegetista apoyará las protestas de la CGT jujeña contra Morales, pero no dispondría ninguna medida de fuerza a nivel nacional para solidarizarse con esa causa.
En la declaración, firmada por su Consejo Directivo, la central obrera consideró que los disturbios registrados en Jujuy “han derivado en un severo conflicto social, afectando a toda la comunidad en su conjunto, ejercidos sobre una población que viene manifestando su disconformidad sobre cuestiones fundamentales que van desde justos reclamos de recomposición salarial hasta el rechazo enérgico sobre reformas regresivas que no respetan derechos consagrados en nuestra Constitución Nacional ni en los tratados internacionales a los que nuestro país suscribe”.
“Desde la CGT acompañamos las expresiones comunicadas por la CGT Regional Jujuy en cuanto a que la paz social es una construcción que se basa en el diálogo y el respeto -destaca el comunicado- y es solidaria con la decisión de esa regional de decretar un paro por 48 horas, los días miércoles 21 y jueves 22 de junio, para el territorio de la provincia de Jujuy”.
Para la dirigencia cegetista, según se resalta en el texto que difundió, “escuchar y atender las necesidades y los derechos de las y los trabajadores de parte de las autoridades gobernantes es el primer paso para abrir espacios de acuerdo que garanticen la paz social y eviten una escalada de violencia y de degradación institucional de imprevisibles consecuencias”.
Las dos versiones de la CTA, por su parte, decidieron anticipar para este miércoles a las 13 la marcha desde el Obelisco hacia la Casa de la Provincia de Jujuy que estaba prevista para el jueves. Allí, realizarán un acto para reclamar el “cese de la represión, la inmediata libertad de todos los detenidos, el restablecimiento de la libertad de petición y del accionar de los sindicatos que están reclamando aumentos de salarios, y para que sea escuchado el pedido de los pueblos originarios”.
Además de esas centrales obreras, convocan a esa movilización sectores gremiales alineados con el kirchnerismo como la Corriente Federal, que integra Sergio Palazzo (bancarios); el Frente Sindical para el Modelo Nacional, donde figuran Pablo Moyano y Mario Manrique (SMATA); la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) y la Corriente Clasista y Combativa (CCC).
Los sectores que marcharán este mediodía, además, exigieron a Alberto Fernández que “avance en la intervención de la provincia de Jujuy ante la extrema gravedad que representa el caos social generado por el brutal accionar de las fuerzas represivas de del gobernador Gerardo Morales”.
Las protestas de dos de las tres centrales obreras están en sintonía con el insólito e inesperado paro por 48 horas que iniciaron hoy los gremios docentes porteños Ademys y UTE por reclamos salariales y en solidaridad con las protestas de los maestros de Jujuy. De la misma forma, este jueves habrá una huelga de 24 horas dispuesta por la Confederación de Trabajadores de la Educación (Ctera), enrolada en el kirchnerismo, ante “la grave situación que vive la docencia y el pueblo jujeño”, a la que ya se plegaron los sindicatos bonaerenses AMET, FEB, SUTEBA y UDOCBA.
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