“Desde hace mucho tiempo los planes sociales son un chantaje”, afirma Héctor “Toty” Flores, el candidato a intendente de Juntos por el Cambio en el partido bonaerense de La Matanza. La frase es potente y toma importancia relevante porque es pronunciada por un destacado dirigente social que comenzó a protestar en las calles por los ajuste del gobierno de Carlos Menem en los años ‘90 junto a otros militantes populares como Juan Carlos Alderete, líder de la Corriente Clasista y Combativa -también diputado nacional que integra el bloque del Frente de Todos- y Luis D’Elia, quien llegó a ser Subsecretario de Tierras para el Hábitat Social de la Nación durante la presidencia de Néstor Kirchner. Tomó distancia de ellos al rechazar los planes sociales que Menem implementaría en 1994 bajo los lineamientos del Banco Mundial. Por entonces se denominaba “Trabajar I”. Con el devenir de las décadas, tomarían el nombre actual de Potenciar Trabajo.
Flores, que apoya la precandidatura presidencial del alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta y la del diputado nacional Diego “Colo” Santilli como precandidato a gobernador lo explica así ante Infobae: “En el 1997 nosotros rechazamos los Planes Trabajar. En el 2002 se masificó con la llegada a la presidencia de Eduardo Duhalde y por la situación de crisis que vivía el país. Nosotros nunca estuvimos en contra de los que aceptaban los planes, nosotros decíamos eso no iba a resolver el problema de la pobreza. Pero había una cosa que seducía a los líderes sociales de entonces: el poder de tener gente”.
Flores es ahijado político de Elisa Carrió, la líder de la Coalición Cívica. Fue su candidato a vicepresidente de la nación en 2015. Dos veces diputado nacional y actual concejal de La Matanza, está dispuesto a enfrentar al poderoso aparato del justicialismo local. “La Matanza hoy está triste, pero yo tengo la esperanza que la vamos a cambiar. No tengo ninguna duda que si nosotros ganamos y cambiamos La Matanza cambia el país”, afirma convencido.
El distrito más poblado de la provincia de Buenos Aires es gobernado desde hace cuarenta años por el peronismo. Lo conduce Fernando Espinoza -es su cuarto mandato-, antes lo hizo la vicegobernadora, Verónica Magario, y más atrás en el tiempo el destacado ex vicegobernador Alberto Balestrini.
Espinoza, además, fue titular de PJ bonaerense y actual presidente de la Federación Argentina de Municipios. Es considerado uno de los “barones del conurbano” y La Matanza “el corazón del peronismo”.
En una extensa entrevista con este medio, “Toty” no esquiva respuestas. Es frontal. Cuestiona con dureza a dirigentes populares como el líder del Movimiento Evita, Emilio Pérsico, que impulsa a su pareja y diputada provincial Patricia “Colo” Cubría para enfrentar a Fernando Espinoza en las internas del oficialismo. “Los peronistas lo ven a Emilio Pérsico y se acuerdan de Montoneros”, dice. Afirma que “el kirchnerismo lucra con la pobreza” y describe: “La Matanza es un desastre, el Hospital de Niños no tiene pediatras y el mayor problema es la inseguridad”.
—¿Por qué decidió jugarse a disputarle el territorio a Fernando Espinoza, el hombre fuerte de La Matanza y del peronismo bonaerense?
— Bueno, porque yo entro a la política después de haber pasado situaciones personales que me llevaron a eso. Quedé desocupado. Armamos el Movimiento de Trabajadores Desocupados de La Matanza. Fui parte de ese movimiento. Tuvimos una diferencia allá por los años 90 que rechazamos los planes sociales. Y la verdad que cambió mi vida a partir de eso. La cooperativa La Juanita en el 2001 que creamos hizo que me conociera mucha gente, que tuviera relaciones con diseñadores como Martín Churba, Maru Botana. Viajar por el mundo. Y todo eso me lo dio porque era de La Matanza y era una cosa rara que nosotros lucháramos contra el clientelismo político desde un lugar de decisión.
— ¿Porque era de La Matanza y porque era pobre?
— Exactamente. Y que tenía la decisión de decir no quiero eso. Ese no, digamos, nos hizo conocidos.
— A diferencia de la mayoría de los líderes sociales usted está en contra de los planes sociales. Cuesta entenderlo.
— Sí. Más que nada porque nos dio desconfianza el hecho de que no tuvieran tiempo de finalización y esas cosas. Y la otra cuestión es que nosotros siempre luchamos por el trabajo. Eso era lo que era nuestra identidad. Es más, de los movimientos de trabajadores desocupados siempre decimos que la T era nuestra lucha porque nos querían llamar Movimiento de Excluidos, en esa época era como algo nuevo la desocupación. Nosotros defendíamos nuestra identidad de trabajador porque el trabajo te organizaba la vida y te daba identidad.
— ¿De qué año hablamos exactamente?
— Y, en el 97′ nosotros rechazamos los Planes Trabajar como se llamaban entonces. En el 2002 se masificó con la llegada a la presidencia de Eduardo Duhalde y por la situación de crisis que vivía el país. Nosotros nunca estuvimos en contra de los que aceptaban los planes, nosotros decíamos eso no iba a resolver el problema de la pobreza. Pero había una cosa que seducía a los líderes sociales de entonces: el poder de tener gente. Yo siempre cuento que (Raúl) Castells me llamaba por teléfono y me dice ‘Toty, yo te consigo 3.000 planes, vas a tener 3.000 personas tuyas’. Yo dije: ‘para qué quiero eso, lo único que quiero es trabajo’. Lo que nosotros queríamos era trabajar.
— Bueno, pero hoy se mide todo así, cuántos planes sociales tiene el Evita, cuántos planes sociales tiene el MTE o Somos Barrios de Pie o el Polo Obrero.
— Sí, sí. Y ese es el poder que tienen, el poder de negociación y el poder de movilización. Pero bueno, ahí también empezó el tema de cómo vos movilizabas con una especie de presión que había, hasta se podría decir que era en principio romántico. Porque vos entendías que eso generaba conciencia. Después se desvirtuó todo. Hoy es un chantaje, si no venís te saco el plan.
— ¿Eso es así?
— Sí. Sí, sí, eso es así desde hace mucho tiempo digamos.
— ¿Cómo le pueden sacar los planes si es el Ministerio de Desarrollo Social el que da las altas y las bajas a los programas?
— No es así. En los hechos vos tenés que estar en una unidad productiva que dependen de los movimientos sociales, de las intendencias, etcétera. Se supone que ahí trabajan. Algunos trabajan, otros no. Depende de la relación que tenga con el dirigente de la organización. Del dirigente local. Y son ellos los que dicen si vos fuiste a trabajar o no y te firman la asistencia. De esa manera tienen el poder de dar las altas y las bajas ellos. Porque si dicen que no viniste a trabajar listo. Y muchas veces hay gente que ni conoce a los dirigentes.
— La Juanita, su cooperativa ¿tiene beneficiarios del Potenciar Trabajo?
— No, no, no. Ni siquiera aceptamos el IFE (Ingreso Familiar de Emergencia) durante la pandemia.
— Eso va en contra de lo que impulsa, por ejemplo, Emilio Pérsico que tiene cientos de cooperativas a las que le han girado miles de millones de pesos en el último tiempo para esas cooperativas que…
— Sí. Nosotros con los diputados de la Coalición Cívica hemos hecho pedidos de informes, en la Justicia inclusive, porque tiene el contrasentido estas organizaciones, fundamentalmente el Movimiento Evita: Pérsico está de los dos lados del mostrador. Da el dinero desde la Secretaría de Desarrollo Social y al mismo tiempo gente de su propia organización los audita. Eso nos parece que es un contrasentido y que también es parte de un delito. El que controla las cooperativas desde el INAES es un dirigente del Evita.
— Lo dice por Alexandre Roig.
— Claro, Roig. Controla las cooperativas del Potenciar Trabajo. Porque el formato es de cooperativas.
— Claro. Para quien no sabe Roig es justamente un dirigente del Evita.
— Pero no solamente ahí sino en varios lugares donde no son los principales pero están ahí gerenciando lugares importantes.
— Cuando Victoria Tolosa Paz, la ministra de Desarrollo Social, dice que dio casi 100.000 bajas porque no verificaron su pertenencia al Potenciar está en los cierto.
— Sí, sí, sí, seguramente.
— ¿Y quién se quedaba con la plata de esa gente?
— Y seguramente el dirigente. Hay muchas denuncias que inclusive te piden la mitad, qué sé yo. Generalmente es una transacción que tampoco la gente dice nada porque te piden la mitad y entonces no vas a trabajar.
— O sea, algunos dirigentes que dicen luchar por los más humildes se aprovechan de ellos.
— Absolutamente. Yo creo que ese es uno de los problemas más serios que se tiene para combatir la pobreza. No capacitan para el trabajo, porque tienen este mecanismo, y la gente no tiene otra salida. En los barrios se sobrevive con el plan social que es un poco el piso y después las changas.
— ¿Usted me quiere decir que el peronismo genera pobres?
— Yo creo que ha habido un cambio. Estuve leyendo el libro de Carlos Pagni, El nudo, y hace una descripción genial de los procesos que se han dado que yo coincido casi totalmente. El peronismo era la columna vertebral del movimiento obrero. En el kirchnerismo el sector social, el sujeto social de su poder está en los pobres. Y esos pobres son los que le dan ese poder que tiene, no solamente en la cuestión de votos sino también en las movilizaciones. Yo creo que por eso el kirchnerismo ha destruido la idea del ascenso social.
— ¿Un intendente puede terminar con la pobreza o no?
— Yo creo que puede hacer mucha fuerza para primero poder visibilizar las cosas que están pasando. Y se pueden tener programas que se lleven a los sectores más pobres para capacitarse.
— ¿Cómo va a hacer para enfrentar al peronismo en La Matanza con toda la maquinaria política que eso significa?
— Hay una gran avidez de la gente de ayudarnos por ejemplo a controlar, a ser fiscales. No solo de La Matanza. Nosotros lo planteamos esto como el llamamiento a una épica, es decir: ganar en La Matanza y cambiarla es cambiar el país decimos. Nosotros tenemos un equipo. Estamos trabajando con Fernanda Reyes hace un año y medio construyendo equipos. Ella ha estado en la gestión, ha sido diputada conmigo. Ha estado en la gestión de la ANSES, de ACUMAR. Tiene incidencia en La Matanza. Ha armado estos equipos y estamos trabajando a fondo. El intendente Espinoza no vive más en La Matanza. Se dice que vive en Puerto Madero. No está. Fernando era una persona que caminaba La Matanza, que estaba ahí. Ahora no está más y no se ocupa de la gestión.
— ¿Y por qué no está más en La Matanza?
— El aspiraba a otra cosa, a ser gobernador, o Vicegobernador y Cristina (Kirchner) eligió a Axel y a Verónica Magario. Y la pandemia jugó un rol muy importante para ese quiebre. ¿Por qué? Porque era cuando más necesitaba la gente. Ahí el municipio no estaba. La ayuda que tenía que llegar no llegaba a tiempo. La vacunación no llegaba a tiempo. No había respuesta. El servicio de salud de La Matanza es un desastre como bien se ve en las denuncias que se hacen en los hospitales. El Hospital de Niños no tiene pediatras. En las salitas de primeros auxilios no hay guardia. Bueno, esas cosas que hacen que el municipio no aparezca en este momento.
— Se lo pregunto con sinceridad. Uno prende la televisión a la mañana y ve todos los días hechos de inseguridad en La Matanza ¿Es una campaña de los medios o en La Matanza hay inseguridad?
— No, no, el problema mayor que se tiene es la inseguridad. Y es trasversal. Hay inseguridad en Ramos Mejía que antes era un lugar donde a lo mejor los delincuentes venían porque ahí había posibilidad de robar algo, pero también hay en Virrey del Pino.
— Donde mataron al chófer.
— Al chófer lo mataron en Virrey del Pino. ¿Y cuál es la respuesta que se va dando? Por ejemplo, al barrio donde mataron al chófer no entran más los colectivos. Entonces la gente tiene que caminar de ahí para salir a la ruta. Se juntan entre diez, quince vecinos para caminar juntos y así y todo los afanan, como la otra vez me contaban en el barrio San Enrique: vino un coche y los robaron.
— O sea, los vecinos de Virrey del Pino a la mañana, por ejemplo, que se levantan tempranito para ir a trabajar se juntan diez o quince para ir como en patota para que no los roben.
— Sí. También tiene que ver con la penetración del narcotráfico. Ahí ya hay denuncias muy concretas sobre la utilización del Río Matanza como un lugar de pasaje de la droga. Los vecinos saben los lugares donde están los aguantaderos, el negocio que compran y venden los celulares robados. La Matanza ha sido zona liberada por esa disputa que tienen arriba entre Sergio Berni y Aníbal Fernández.
— ¿Cree que va a haber PASO en las intendencias como piden, por ejemplo, La Patria de los Comunes que es el partido político de los movimientos sociales oficialistas?
—Yo no sé si va a ser tan abierta la interna, pero en La Matanza Cubría está llenando de afiches. Habría que investigar de dónde saca la plata para tapar los carteles de Espinoza con los suyos.
— Vamos a poner en contexto. Patricia Cubría es diputada provincial. Es la pareja de Emilio Pérsico, el líder del Evita, y ella quiere disputarle la interna a Espinoza dentro del peronismo.
— Y hace una propaganda feroz con afiches. Le disputa la Ruta 3 que es la gran vidriera de las campañas electorales. Todos los días pone el oficialismo afiches, pasa Cubría y los tapa. Y así todos los días. Es infernal el dinero que gastan.
— ¿Y de dónde saca Cubría y el Movimiento Evita de Pérsico tanta plata?
— Ahí con los diputados precisamente de la Coalición Cívica estamos trabajando para auditar todos los gastos que se dan para ver si verdaderamente van a los planes Potenciar Trabajo o son desviados como ocurrió en otros lugares.
— ¿Usted cree que las cooperativas del Evita están financiando la campaña política?
— Lo que no tengo ninguna duda es que los que deberían trabajar en el Potenciar Trabajo haciendo capacitaciones para volver al trabajo hoy trabajan en la campaña electoral porque los ves en los barrios con la pechera del Evita saliendo a pegar afiches y toda esa historia.
— O sea, los que cobran el Potenciar Trabajo, que supuestamente deberían trabajar en las cooperativas del Movimiento Evita…
— Haciendo trabajo comunitario y todas esas cosas.
—… hacen política para Emilio Pérsico y Patricia Cubría.
— Sin lugar a duda. Eso se ve en los barrios. No es a escondidas.
— O sea que con la plata suya, mía, de los trabajadores, hacen política.
— Sí, sí, sí.
— Porque la plata del Potenciar Trabajo sale de los impuestos.
— Es de los impuestos, sí, sí. Y eso es lo que le da la fuerza. Por eso es tan importante esta cuestión de tener las altas y las bajas. Pero lo hacen en el horario que se supone que es de trabajo. Están en las esquinas con la pechera.
— O sea, en vez de estar trabajando en la cooperativa están haciendo campaña para el Evita.
— Así es. Así es. Yo creo que sí. Que eso se da, pero se puede comprobar solamente yendo a recorrer La Matanza. Y es impactante. Porque en todos los barrios están caminando y pegando afiches.
— ¿Cree que el Evita, La Patria de los Comunes le pueden ganar la interna a Espinoza?
— Mire, yo creo que si van a una interna en el peronismo se terminó eso de que el que gana conduce y el que pierde acompaña. Por lo menos en La Matanza.
—¿Y eso por qué?
—¿Por qué? Porque hay recuerdo de décadas anteriores. Yo hablo mucho con los sectores peronistas tradicionales, viejos obreros metalúrgicos, y me dicen, a Cubría, que es Pérsico, que es el Evita, no los voto ni loco.
— ¿Y con qué argumentos dicen eso?
— Por Pérsico. Porque se acuerdan de los Montoneros. De los enfrentamientos en las fábricas. Los militantes de las pintadas donde se agarraban a tiros. Yo creo que Pérsico cometió un error, se fue a vivir a la antigua casa de Firmenich.
— Sí, él le compró la casa de Isidro Casanova.
— Bueno, sí, sí. Con lo cual abrió la historia. Y lo mismo pasa con los del Movimiento Evita, los militantes digamos, los militantes de la izquierda, donde te dicen yo a estos burócratas no los voto ni loco en la interna. No sé qué va a pasar si hay internas.
— Usted recordó que Emilio Pérsico era montonero. Patricia Bullrich una de las candidatas de Juntos por el Cambio también fue montonera.
— Sí. Sí, sí. Por eso algunos, desde un lugar ideológico dicen que no hay que votar a Patricia Bullrich. Hay muchos que olvidan la historia digo. No voy a hacer una crítica a Patricia Bullrich por montonera. Ella no sigue en la misma de Pérsico. Ella cambió. Pérsico sigue en esa, la lucha, salir a luchar en la calle. Patricia, al contrario, ella ha tomado un camino de construcción de un país distinto con una ideología. Muchas veces exagera para poder ganar espacio y que eso va en contra de ganar realmente a la gente que quiere la paz en la Argentina.
— ¿Cuál es su mensaje para los matanceros?
— Soy una persona que quiero a La Matanza, que vivo en La Matanza. Que considero que La Matanza me dio este lugar por ser de La Matanza. Ser matancero para mí es un orgullo. No tenemos que perder eso. Porque yo vi La Matanza; viví La Matanza en la que podías comprarte tu terreno, que te hacías la casa. No como hoy. Lo que quiero es volver a esa Matanza que conocí. Y para eso es necesario que haya una gestión que realmente se preocupe por el ascenso social. Nosotros lo hemos hecho. Yo lo hice junto con los compañeros de la cooperativa La Juanita donde contra todos eh, porque hoy hablan de los planes sociales, en el 2001 éramos un poco unos locos que decíamos que no había que tomarlos. Lo hicimos con trabajo y educación. Creo que hay que volver a eso, y para eso la convocatoria es a todos. Cuando uno convoca a una épica no sobra nadie. Todos son necesarios para esto.
— ¿Dentro de la interna de Juntos por el Cambio usted con quién está, con Horacio Rodríguez Larreta o con Patricia Bullrich?
— Mi líder es Carrió. Ella me llevó a la política y yo tengo un enorme respeto más allá que muchas veces dice cosas que la critican mucho, el tema es que después tiene razón. En la interna, no tengo ninguna duda que la política de tratar de ganar consenso en los sectores más amplios por eso estoy con Horacio Rodríguez Larreta y Diego Santilli en la provincia que es un capo hablando con los peronistas. Él puede caminar por Laferrere conmigo. Por González Catán. Casi es inédito. En La Matanza antes un opositor ni loco caminaba por esos lugares, te tiraban cosas no los militantes, la gente muchas veces te agarraba y te insultaba. Hoy no pasa eso con el Colo (Santilli). Y creo que eso es muy, muy importante.
— ¿Cuáles son las tres primeras medidas que va a tomar si es electo intendente?
— Bueno, lo primero es tratar de reconstruir lo que se ha perdido que es la cuestión de la comunidad. De que la gente vuelva a la vereda a tomar mate. Esa cosa que era tan típica de los que veníamos de la provincia y vinimos a habitar el Conurbano. Para eso la primera cuestión es la seguridad. La otra cuestión es el trabajo. Y no digo solamente el trabajo asalariado. En La Matanza hay un sinnúmero impresionante de emprendedores. De gente que tiene una máquina de coser y que trabaja para empresas. De gente que hoy con la pandemia ha hecho emprendimientos de comida. A esos hay que darles facilidades y darles también la posibilidad de que sean legales. Hoy La Matanza tiene tasas de impuestos que son increíbles. Hay que reducirlas y facilitarle al vecino la posibilidad de estar cerca del municipio. También luchar contra la corrupción. Hacer auditorías. No tengo ninguna duda que con estas medidas, más el tema de la educación Matanza sale adelante.
— Hay chicos con hambre en La Matanza.
— Sí. Sí, sí. Hoy los comedores están explotados y hay muchas necesidades. Eso se tiene que terminar. Yo creo que hay que hacer un esfuerzo enorme precisamente para generar esta idea de comunidad. Todas las organizaciones de la sociedad civil tienen que estar preparadas para recibir esto, dotarlo de los elementos necesarios para que puedan sostener también eso. Poner al municipio alrededor de eso como eje central terminar con el hambre de los niños.
— Y encima con el frío y los techos de chapa.
— No, es terrible. Vos sabes que yo vivo ahí, en el barrio La Juanita hace 30 años. Vi crecer el barrio. Gestionamos muchas cosas que hoy son importantes. Tenemos un banco Santander ahí, una sucursal, que es un orgullo para nosotros. Pero también ves que si vos haces una olla popular se llena de chicos y se llena también de personas que yo los conozco, vecinos que nunca pensarías que iba a ir a pedir comida a una olla popular que se quedaron sin trabajo, que no pueden volver a recomponer eso y que tienen que estar ahí. Es muy fuerte, muy fuerte para la gente. Los jubilados, otro sectores que también está muy, muy vapuleado que hay que ponerle atención rápidamente.
— Que tristeza ¿no?
— La Matanza hoy está triste, pero yo tengo la esperanza que vamos a cambiar. Y esto por eso los convocamos a los matanceros al orgullo, a volver al orgullo matancero. Hay muchas empresas también, hablo con empresarios de pequeñas y medianas empresas que se acuerdan de cuando su padre vino de Europa, qué sé yo, con un oficio y construyó todo eso. A eso queremos volver. Todavía están, no hemos perdido todo. Está toda esa reserva que a mí me parece que es muy importante. Pero los convoco también a los matanceros para construir algo que realmente haga historia. Yo no tengo ninguna duda que si nosotros ganamos y cambiamos La Matanza cambia el país.
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