Como quedó en evidencia en el acuerdo sobre el reglamento interno para las PASO que presentaron los partidos del oficialismo ante la Justicia Electoral anoche, la necesidad de unidad prevaleció por sobre las diferencias, y ahora resta definir los nombres de los candidatos que competirán bajo el paraguas del sello que por casi cuatro años se denominó Frente de Todos y pasó a llamarse Unión por la Patria.
Los principales protagonistas de la disputa oficialista, más allá de los slogan, seguirán siendo Alberto Fernández y Cristina Kirchner. El primero apoyará, aunque con disimulo, al embajador en Brasil, Daniel Scioli, y a su jefe de Gabinete, Agustín Rossi en la Nación, y a Victoria Tolosa Paz en la provincia de Buenos Aires. La segunda evalúa si darle la bendición a Sergio Massa, el tercer fundador del Frente de Todos con el que forjó una alianza circunstancial; o a Eduardo “Wado” de Pedro, el ministro del Interior, y daría luz verde a Axel Kicillof para que juegue por la reelección, ahora con el escollo de enfrentar una interna.
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Es temprano para saber el tono de la discusión puertas adentro, que empezó con la memorable carta donde Cristina Kirchner señaló a “los funcionarios que no funcionan” para herir políticamente a su delfín Alberto Fernández y empeoró progresivamente durante los dos años y medio que siguieron. En el marco de virtual quiebre en los hechos, Scioli pidió en varias ocasiones, durante las últimas semanas, que se celebre una carrera proselitista interna en buenos términos. Y justificó la exigencia en la necesidad de plantear un escenario donde se puedan capitalizar todas las voluntades reunidas en las PASO del 13 de agosto, en las elecciones generales de octubre.
Pero su pedido, en la previa del cierre de listas, tuvo poco eco. Durante los últimos meses le llovieron dardos desde el kirchnerismo, que buscó a toda costa bajar su candidatura. Y ayer, si bien terminaron acordando que los candidatos sean definidos por el electorado como pedía el ex motonauta, la difusión del acuerdo fue muy poco apacible.
A juzgar por el duro contenido del comunicado con el que el PJ bonaerense aceptó a regañadientes, en público, las exigencias de Alberto Fernández y sus aliados, poco cambiará en la dinámica de la alianza de gobierno durante las semanas que restan antes de los comicios nacionales y en la Provincia de Buenos Aires.
“Parece mentira que el sector que encabeza Alberto Ángel Fernández se queje del trato que se brinda a la minoría que representa. Siendo que en 2019 era minoría de minorías y fue propuesto como candidato a presidente por Cristina Kirchner (....). Ojalá hubieran puesto la misma dedicación y esfuerzo en recuperar el poder adquisitivo de ciudadanos y ciudadanas″, reza uno de los tantos fragmentos donde el PJ de la Provincia dispara directamente contra el primer mandatario. Cerca del primer mandatario leyeron el documento como una forma de “aceptar el reconocimiento (de la minoría) sin parecer débil”.
El segundo mojón indicativo de los ánimos con los que arranca la “nueva” coalición se conocerá esta tarde, a las 18.30, cuando Cristina Kirchner brinde su primer discurso después de la presentación formal de “UP”, que ya tiene cuenta de Twitter. La vice se mostrará en Río Gallegos, la ciudad donde inició su imperio político Néstor Kirchner antes de dar el salto a la Nación. Y estará acompañada por su hijo, Máximo Kirchner, titular del PJ bonaerense y autor del documento cargado de críticas contra el Presidente que se publicó en la cuenta de Twitter del partido anoche, apenas después de que hubieran terminado las arduas negociaciones sobre los pisos para las minorías con los representantes del Partido por el Trabajo y la Equidad con el que competirá Daniel Scioli.
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No se sabe nada sobre el motivo de la aparición en público de CFK, que tendrá como excusa la inauguración de una obra en el Hospital Regional de Río Gallegos. Como es habitual, desde que se confirmó que la ex presidenta hablará se despertaron especulaciones sobre los nombres de los candidatos, que diez días antes del cierre de listas siguen siendo un interrogante.
Sí se conoce que, además de Máximo, la acompañará su cuñada, la gobernadora Alicia Kirchner, que la semana pasada les pidió “coraje” a sus pares del interior justicialista en un encuentro en el CCK. Ese evento, de claro corte partidario, había sido organizado por el ministro de Obra Pública, Gabriel Katopodis, que también estará en la capital de Santa Cruz junto a Cristina Kirchner y busca ocupar un lugar como “protagonista” en el armado de la lista bonaerense.
Para más temprano, a las 11.30, Alberto Fernández tiene planeada una actividad en la localidad bonaerense de Pipinas junto al ministro de Ciencia, Daniel Filmus, alfil K moderado con el que mantiene buena relación. Y por la tarde se mostrará junto a otro hombre de Cristina Kirchner, el titular de Defensa, Jorge Taiana, que lo visitará junto a la directora del Servicio Meteorológico Nacional, Celeste Saulo, en la Casa Rosada. No está definido si el Presidente hablará en su primera aparición después del cierre de alianzas, que en su espacio consideraron como un triunfo, porque finalmente habrá PASO, tal como él pedía.
La lejanía geográfica entre los actos del Presidente y la vicepresidente exhiben ya la distancia entre los dos protagonistas de la coalición oficialista que ayer cambió sólo de nombre. Y aún faltan transitar nueve días para definir todos los nombres de los candidatos a presidente y a los cargos de legisladores nacionales: un período que en los campos de batalla consideraron una eternidad.
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