Capricho de calendario, este miércoles se combinan dos datos fuertes en la agenda nacional. Cierra el plazo para formalizar alianzas electorales y el INDEC difunde el registro de la inflación de mayo. Es una combinación indeseada especialmente para el oficialismo, pero también para la política en general, porque expone un factor determinante de la delicada situación económica y social, en el arranque de un tramo político frenético: los diez días que terminarán de definir las candidaturas a presidente y el armado de todas las listas para competir en las PASO.
La semana comenzó con cuatro elecciones y junto a los resultados, se anotaron gestos, interpretaciones y mensajes vinculados con las internas. El oficialismo está pendiente de las decisiones que tome Cristina Fernández de Kirchner, en base al eje con Sergio Massa, y con Olivos en lugar relegado, mientras Daniel Scioli parece dispuesto a resistir presiones y hay pulseada por las normas para las primarias. Ese es un elemento poco visible pero significativo para todos los espacios. Ocupa un lugar destacado también en las tratativas dentro de Juntos por el Cambio. La posibilidad de modificar las marcas de las coaliciones no sería a esta altura un problema serio.
Ese último era un punto delicado para JxC, a raíz del intento de sumar ya a Juan Schiaretti, como opción electoral jugada en la batalla doméstica y con referencias a la gobernabilidad para el caso de un triunfo electoral. Es un debate abierto. Por lo pronto, el gobernador cordobés adelantó que inscribirá su propio frente. Los recelos y tensiones siguen con alineamientos sin vueltas, teñidos básicamente por la pelea entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich, y sus respetivos aliados.
En el oficialismo, la posibilidad de anotar una “nueva” estructura electoral emergió como una amenaza para tratar de bajar la candidatura de Scioli o dejarlo afuera del sello oficial. Sería ahora una cuestión de marketing político, mientras la disputa se traduce en las presiones para imponer las reglas de las primarias. Se trata, centralmente, de los pisos y el sistema de reparto de lugares en las listas legislativas entre ganadores y perdedores. Es un mecanismo que de igual modo altera los ánimos y alimenta recelos en el principal espacio de oposición.
La hipótesis extendida en el Frente de Todos se resume en que finalmente habría internas y no candidato de “consenso”, es decir, nómina única, al menos para la carrera presidencial. La idea de una única fórmula sigue siendo un punto central en la sociedad que integran CFK y Massa, aunque existen otros pronunciamientos que suenan similares pero exponen diferentes mensajes e intereses. Por ejemplo, la posición de los gobernadores peronistas y, en su escala, de los intendentes del Gran Buenos Aires. Existen conversaciones cruzadas y hasta fotos simbólicas.
El festejo del amplio triunfo del peronismo en Tucumán -con JxC celebrando con postales diferenciadas en San Luis, Mendoza y Corrientes- expuso en parte qué ocurre con otro jugador fuerte de la interna: los jefes provinciales. Juan Manzur y Osvaldo Jaldo -gobernador electo- se mostraron con el riojano Ricardo Quintela, el formoseño Gildo Insfrán, el catamarqueño Raúl Jalil y el santiagueño Gerardo Zamora. Llegó para la foto -antes que el programado viaje del Presidente- Eduardo “Wado” de Pedro. El ministro no se vio con los gobernadores visitantes, pero sí con los ganadores locales.
Los gobernadores reclaman lista de unidad. Pero no se trata de un gesto para sintonizar con CFK y Massa, sino de un mensaje más amplio y básico: rechazan que les trasladen las fisuras de la interna nacional a sus distritos. Los que ya revalidaron títulos, porque no quieren agotarse en una nueva carrera -es una cuestión también financiera- y dividir legisladores nacionales. Y los que están por competir por reelecciones, porque podrían complicar sus planes.
Por supuesto, existen ambiciones y contactos, para sentarse en la mesa grande y no únicamente como opción a vice. Eso último está en la lógica de Massa, De Pedro y Scioli. Hubo contactos desde esas dos veredas con gobernadores. Con todo, CFK y su círculo privilegian el objetivo de conservación de la provincia de Buenos Aires. En ese paño juega el nombre de Axel Kicillof y hasta un refuerzo en las listas de diputados y senadores con nombres que circulan en la carrera nacional.
El sentido de la única lista varía para diferentes integrantes del conglomerado oficialista. Otro ejemplo claro es la renovada tensión “territorial” entre intendentes del GBA y movimientos sociales. Unos trabajan para conservar el poder local y reclaman no ir a elecciones primarias en sus distritos. Los otros quieren tener habilitada la posibilidad de competir por algunas intendencias bajo el mismo sello del frente oficialista.
El último turno electoral exhibió mensajes hacia el frente doméstico también en JxC. Lo más a la vista resultaron las fotos y algunos movimientos posteriores. Rodríguez Larreta, Gerardo Morales , Martín Lousteau y José Luis Espert, entre otros, coordinaron su presencia en San Luis, para celebrar el fuerte triunfo de Claudio Poggi. Bullrich viajó a Mendoza para subir al escenario de Alfredo Cornejo y 24 horas después sumó foto con Luis Juez y Carolina Losada.
Más de fondo, y con mensaje hacia el interior de la coalición, fue la interpretación sobre lo sucedido el domingo. Rodríguez Larreta y en la misma línea Morales buscaron asimilar el triunfo de la alianza amplia en San Luis con la movida para sumar a Schiaretti: agrandar JxC para ganarle al kirchnerismo, sería la conclusión. En las filas de Bullrich, ese resultado -junto a las primarias de Mendoza y las legislativas de Corrientes- fue destacado como prueba de “fortaleza” de la sociedad opositora. Una manera de confrontar con el discurso del otro marge interno que habla de la necesidad de ampliar la integración de JxC ante el drenaje en las encuestas.
Los principales espacios políticos llegan así al cierre de la anotación de alianzas en clima de vértigo por la definición de candidaturas. Este miércoles, compartirán foco con la información sobre el IPC de mayo. Las consultoras privadas lo ubican en torno de los 9 puntos porcentuales. En Economía, esperan que sea algo inferior, parecido al 8,4% de abril. Son números mayores y consolidan, en cualquier caso, una trepada interanual con especial impacto en las canastas que miden indigencia y pobreza. Ese es el dato que expone con crudeza el cuadro social, en el largo camino a las elecciones.
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