La estrategia de Rodríguez Larreta: ampliar para ganar la interna

El jefe de Gobierno avanza sin detenerse para imponer su concepción política en Juntos por el Cambio, diferenciándose de los “halcones”. La pelea por el vice: ¿un radical o un peronista? El dilema de las elecciones en Córdoba

Horacio Rodríguez Larreta, en una jugada política que no tiene marcha atrás

Horacio Rodríguez Larreta no dará marcha atrás: su impulso para ampliar Juntos por el Cambio se mantendrá firme, pese a la oposición de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. ¿Hasta dónde llegará? “Si no sumamos otras fuerzas, no se podrá gobernar a partir del 10 de diciembre”, repiten en su entorno. Y advierten: “Mauricio y Patricia quieren aliarse a (Javier) Milei. ¿Cómo se pueden negar a incorporar a más peronistas, más radicales y más liberales? Ese es el cambio, no parecerse a una secta”.

En el círculo larretista saben que el jefe de Gobierno apostó demasiado fuerte a su idea de aliarse a Juan Schiaretti, pero no se arrepienten. Creen que había que dar un golpe de efecto en una campaña que transcurría con más comodidad para Bullrich. Y se quejan de la sobreactuación de Luis Juez y de los “halcones” porque están convencidos de que la propuesta del ingreso del gobernador de Córdoba no alterará el resultado en las elecciones de esa provincia, que tendrán lugar el 25 de este mes.

No piensan lo mismo en el macrismo: “Horacio necesitaba dar un volantazo. Nadie hace lo que hizo con Schiaretti si hubiera tenido una clara ventaja sobre Patricia”, sostienen cerca del ex presidente. Ante cada uno de los interlocutores de estos últimos días, Macri se mostró durísimo contra Rodríguez Larreta. Ya no disimula que quiere vencerlo como sea, aunque en este caso quiera hacerlo a través de Bullrich en las PASO. “No entiendo qué le pasó”, es su reflexión.

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Mauricio Macri y Juan Schiaretti, en sus épocas de amistad política

Nada en la estrategia de Rodríguez Larreta es improvisado. Ya había comenzado a charlar con Schiaretti y dirigentes del PJ no kirchnerista, pero las conversaciones se profundizaron hace un mes y medio. Como anticipó Infobae, hubo varias comidas en la casa de un operador larretista de las que participaron Florencio Randazzo y Diego Bossio, por el sector del gobernador cordobés, y Augusto Rodríguez Larreta, hermano del alcalde porteño. A partir de allí se sucedieron desayunos del jefe de Gobierno con Schiaretti y Randazzo, donde se habló de la idea de buscar “puntos de acuerdo”. Luego siguieron encuentros del mandatario cordobés con referentes de JxC como Morales. Simultáneamente, Elisa Carrió compartió charlas en las que dejó en claro que apoyaría la ampliación del espacio.

Desde que Macri renunció a una candidatura, Larreta dejó de consultarlo y de esperar su aval antes de avanzar en alguna decisión. Para los allegados al alcalde porteño, esa pérdida de influencia motiva el fuerte enojo del ex mandatario. Así como no se enteró a tiempo de la convocatoria a elecciones concurrentes en la ciudad de Buenos Aires, que los “halcones” interpretaron como una forma de beneficiar al radical Martín Lousteau en las PASO, también lo sorprendió la jugada de Schiaretti.

En realidad, la irrupción en la escena política de un acuerdo con el gobernador cordobés sorprendió hasta a estrechos colaboradores de Rodríguez Larreta. “Es el estilo del jefe”, se resigna un dirigente que se enteró del entendimiento con Schiaretti sólo dos horas antes de que se trascendiera. No es casual. El jefe de Gobierno también aprovecha estas definiciones tajantes para demostrar su autoridad. Será difícil que ahora lo traten de tibio, por más que critiquen un pacto con el mandatario cordobés.

Federico Angelini, Gerardo Morales, Maximiliano Ferraro y Miguel Angel Pichetto, los jefes de los partidos de Juntos por el Cambio

Para el larretismo de paladar negro, su líder comenzó a actuar en sintonía con sus convicciones sin importarle la opinión de Macri ni de otros referentes: siente que está ante su gran oportunidad de convertirse en presidente de la Nación y que debe demostrar carácter si quiere ganar. Pero, a la vez, sabe que no podrá crecer en el electorado duro, donde predominan Bullrich y Javier Milei, por lo que siguió sus propias ideas (y sus encuestas) para captar el voto del electorado de centro. Allí, el armado político con un peronista moderado como Schiaretti le aportaría los apoyos necesarios (de alrededor del 4 o 5%, según los sondeos) para ganarle a su adversaria en el PRO unas PASO muy parejas.

Sus allegados resaltan que Larreta no quería quedarse en el slogan del “consenso político del 70%”, como llama a su idea de lograr respaldos de otras fuerzas políticas para llevar adelante las reformas necesarias. Ahora, con la visibilidad de su estrategia, cree que se instalará la imagen de un líder que busca acuerdos antes que la de uno que apuesta a la grieta. Y si tiene que perder por llevar en alto sus ideas, suele decir que lo aceptará. “Si la gente quiere votar el pensamiento extremo de Milei, que lo haga. No voy a cambiar lo que creo sólo para ganar votos”, dicen que razona en la intimidad.

Aun entre quienes comparten su visión, hay críticas discretas por la forma en que el anuncio sobre Schiaretti podrá impactar en las elecciones de Córdoba. ¿Hacía falta dejar trascender el acuerdo político a tan pocos días de la votación del 25 de junio? ¿Cómo evitarán Rodríguez Larreta y Morales quedar estigmatizados como “mariscales de la derrota” si Juez no logra ganarle al schiarettista Martín Llaryora y le atribuyen ese resultado a las tratativas iniciadas con el gobernador cordobés?

Hay dirigentes del PRO que están seguros de que el objetivo de Larreta es que Schiaretti sea su compañero de fórmula y que por eso eligió patear el tablero con la idea de sumarlo a JxC. La mayoría, en cambio, insiste en que el jefe de Gobierno necesita el sello del radicalismo para avanzar en una alianza política que carece de respaldos institucionales desde la política. Por eso Gerardo Morales, el jefe de la UCR, sigue estando al tope de la lista de candidatos para acompañarlo en el binomio.

Elisa Carrió y José Luis Espert, con dirigentes de sus partidos

Para Larreta, el proyecto Schiaretti no sólo le aportaría iniciativa, sorpresa y sensación de pluralismo para sacudir una campaña en la que estaba estancado sino también apoyos en Córdoba para que evitar que Bullrich siga al frente en intención de voto en esa provincia clave de la Argentina. Hay quienes interpretan que el apuro responde a la lógica del almanaque: el 14 de junio vencerá el plazo para la presentación de las alianzas electorales y por eso el jefe de Gobierno apuró este debate.

Como quedó insinuado, el alcalde porteño busca dar la imagen de un gestor de consensos y en esa tarea tiene nuevos aliados: Miguel Angel Pichetto se mostró esta semana junto a Rodríguez Larreta en un acto en el que se entregaron materiales para la Policía de la Ciudad. En la ciudad deslizan que sería el preanuncio de un acuerdo a partir del cual el líder de Encuentro Republicano Federal daría su apoyo a la candidatura de Larreta y sería el primer postulante a senador nacional por la provincia de Buenos Aires. “Horacio es más generoso en la negociación”, dicen en el Peronismo Republicano.

Desde que Schiaretti habló de un “frente de frentes” y fue respaldado por el eje Larreta-Morales-Carrió, Juntos por el Cambio quedó envuelto en una tormenta que será difícil despejar. La reunión de este lunes de los cuatro jefes partidarios de JxC fue traumática. Apenas 8 minutos de debate, pero casi sin hablar del gobernador cordobés y con diferencias centradas en el ingreso de Espert a la coalición, que la cúpula del PRO medita desde hace un mes sin definirse. En esa tarde, en el Comité Nacional de la UCR pasó de todo: irrumpió Juez de manera sorpresiva para expresar su rechazo a Schiaretti, quedó congelado el ingreso de Espert y no hubo acuerdo ni para hacer una rueda de prensa conjunta.

Patricia Bullrich

La escalada de tensión incluyó este martes la aparición de Macri en Córdoba, donde se mostró muy crítico de Larreta: “Pone en crisis a todo el sistema de la coalición”, dijo. Y añadió: “No entiendo las decisiones que viene tomando, o tenemos un compromiso con el cambio profundo, rápido, con coraje, o no tiene sentido volver al poder”. Incluso sugirió que su estrategia respondía a que perdía en las encuestas: “Esa es la sospecha que cada vez más gente tiene. Si estás tranquilo en el camino que vas, no cambiás. Él se pone en ese lugar, entonces los de afuera dicen: ‘¿qué esta pasando?’.

Para Bullrich, el ingreso de Schiaretti “que se ha introducido de un día para otro sin debate de ningún tipo en el medio de Juntos por el Cambio es como una bomba que explotó”. Por eso adelantó que iba a postergar la definición de su compañero de fórmula. Lo dijo en Mendoza, acompañada por Alfredo Cornejo, el candidato de gobernador que aspira a su reelección y es un firme aliado bullrichista. Por eso recrudecieron las versiones acerca de que el gobernador mendocino Rodolfo Suárez, de la UCR, podría revisar su negativa a acompañar en la fórmula a la ex ministra de Seguridad. Lo único seguro es que el desembarco de Schiaretti promete detonar decisiones drásticas y reacomodamientos opositores.

Pese al clima favorable para esas definiciones, Rodríguez Larreta tampoco se quiere apurar. Quiere ganarle al macrismo-bullrichismo en todos los frentes, empezando por el partido. Por eso este martes el larretista Eduardo Macchavelli, secretario general del PRO, convocó al Consejo Directivo de la agrupación para tratar de que se apruebe el ingreso de Espert a JxC, trabada por los “halcones”. Quien lidera el partido hoy es Federico Angelini, cercano a Macri y un armador clave de Bullrich.

Mauricio Macri y Luis Juez, en la Bolsa de Comercio de Córdoba

Unos 40 dirigentes de todo el país deliberaron por Zoom, pero cada sector dejó trascender a los medios su propia versión sobre lo que había sucedido. Para los duros, se decidió avanzar en la incorporación del economista liberal, aunque “sin que eso signifique que ingrese o que no en la coalición”. Para el larretismo, su jefe logró que se aprobara la llegada de Espert a JxC y se encomendó a Angelini y a Macchiavelli consensuar cómo se puede incorporar el diputado de Avanza Libertad.

Los que están esperando esta decisión son, además de Espert, los socios de Larreta en Juntos por el Cambio: Morales, Pichetto y Maximiliano Ferraro, de la Coalición Cívica. Anoche estaban pendientes del Zoom y lo consideraban un triunfo: “Nosotros le dimos el ultimátum al PRO para que lo resolvieran”, dijo un referente de JxC. Cuando eso suceda, ya está previsto que los tres partidos de la coalición apurarán el ingreso de Espert, sin que aún nadie sepa en carácter de qué (Larreta quiere que sea candidato presidencial y Bullrich, que compita en el distrito bonaerense). Lo que parece muy difícil que se trate en JxC es la suerte de Schiaretti, sobre todo luego de lo que declaró Juez.

“Horacio va a seguir pensando que hay que ampliar, digan lo que digan Mauricio y Patricia, e insistirá en cerrar un acuerdo con el Gringo (Schiaretti)”, confirman en el larretismo. ¿Y si no lo logran? Nadie quiere ni mencionar la palabra división. Los días que vienen prometen más fricciones opositoras.

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