En medio de la escalada de tensión en el Frente de Todos, Alberto Fernández se ausentó a último minuto del brindis que se hace cada año en la Casa Rosada por el Día del Periodista con los medios acreditados. El inesperado faltazo se debió a una reunión reservada que, dijeron en su entorno, era “imposible de interrumpir”, y que al principio mantuvieron en secreto. Después de varios minutos, terminaron admitiendo que se trataba de un encuentro a solas con el ministro de Economía, Sergio Massa, con quien el jefe de Estado se encuentra enfrentado a partir de las serias diferencias entre ambos sobre la estrategia electoral para las PASO.
El brindis estaba previsto para las 16 en el salón de Pueblos Originarios, en la planta baja del palacio de Balcarce 50. Pero pasadas las 17.15, cuando ya se había consumido casi todo el café, el Presidente no aparecía. No fue hasta las 17.30 que una de sus funcionarias de confianza se presentó para avisar que se debía ”reprogramar” el encuentro anual donde todos los primeros mandatarios envían un mensaje a la prensa y aprovechan para conversar informalmente con los periodistas que cubren el Gobierno.
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El motivo, se supo después, era una charla que había sido gestada a último momento con Massa, que también tenía previsto un brindis por el mismo motivo, a las 18 en el edificio de Hacienda, frente a la Casa de Gobierno, y que también se demoró. La conversación duró tres horas, hasta las 18.30, cuando Massa cruzó Hipólito Yrigoyen rumbo a su oficina en Economía.
El encuentro entre el primer mandatario y su ministro esta tarde, en principio, se gestó para alcanzar cierto tipo de acercamiento en las respectivas posturas intransigentes de ambos fundadores del Frente de Todos en una semana álgida para la interna, durante la cual los encontronazos entre ambos sobre el plan para las PASO alcanzó su máxima expresión. Sin embargo, fuentes oficiales admitieron que, en principio, no hubo un pacto, sino que ambos siguen plantados en sus respectivas posiciones.
“Los dos están de acuerdo en que tiene que llevarse la mejor estrategia para que ganemos las elecciones. Pero hay miradas distintas sobre la forma y eso es lo que discutieron”, dijeron al término del cónclave, vagamente, desde la Presidencia. Además, aseguraron que Alberto Fernández no estaba al tanto del comunicado donde el conjunto de los gobernadores del PJ, al término de un encuentro en el Centro Federal de Inversiones que se preparaba hace semanas, pidieron que haya una “lista de unidad”. “El Presidente habla con todos los gobernadores y respeta las posturas”, esquivaron.
Uno de los argumentos que usa el massismo para evitar hacer uso de las PASO es el riesgo de que, al presentarse divididos, los candidatos del FDT obtengan el tercer o el cuarto puesto frente a Juntos por el Cambio y La Libertad Avanza, y que ese tipo de derrota lleve a una desestabilización económica. Pero en la Casa Rosada insistieron en que “aún no hay un candidato de consenso”, a pesar de que Massa considera que él mismo puede serlo. “Todas las elecciones conllevan cierto peligro para la gobernabilidad”, dijeron.
Pero juraron que el foco del encuentro no fue principalmente político, sino económico. “Hablaron del viaje a China, del acuerdo con el FMI principalmente, que está basante avanzado. Esas son las principales preocupaciones de Alberto”, sostuvo un funcionario que lo frecuenta. Desde la sede de Economía negaron tajantemente que se haya tocado cualquier tema electoral. “No hubo nada de elecciones. Sólo hablaron del balance del viaje a China, del alivio fiscal en el aguinaldo, del monotributo y del nuevo régimen de impulso al sector automotriz”, dijo un vocero del entorno del ministro.
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El lunes, al regresar de su gira por China, y cuando faltaban diez días para la inscripción de alianzas ante la Justicia electoral, Massa les encargó a dos de sus alfiles de mayor confianza que salieran a presionar al Presidente para que haya un acuerdo en torno al candidato del FDT. “(Massa) está harto de sostener la estabilidad (mientras que otros integrantes de la coalición) juegan a la interna con soldaditos de cartón”, lanzó la presidenta de la Cámara de Diputados, Cecilia Moreau. “Continuaremos trabajando en este espacio político en la medida en que la coalición demuestre la voluntad de ganar las elecciones”, amenazó el ministro de Transporte, Diego Giuliano.
Mientras tanto, el titular de Hacienda, al tiempo que intenta surfear la crisis, prepara un mensaje fuerte en defensa de su postura para el próximo sábado, cuando participe del postergado Congreso del Frente Renovador en Parque Norte. Lo más probable es que siga la línea dura que adelantaron la legisladora y el funcionario de su espacio, que apuntaron especialmente contra Daniel Scioli, que está decidido a competir. “Me alarma que funcionarios, sobre todo el embajador en Brasil, no se estén ocupando de conseguir inversiones en medio de una situación económica complicada para el país. Me parece irresponsable que en lugar de generar acciones de gobierno estén discutiendo candidaturas”, había señalado Moreau. También le había pedido al ex gobernador bonaerense que tome “una decisión, si va a ser candidato o si sigue como funcionario en el exterior”.
Alberto Fernández, que renunció a la reelección, está decidido a que el postulante se defina a través de las primarias, y apoya como delfín a Scioli. En la sede del Gobierno tomaron nota de las advertencias, pero insisten con las PASO bajo el slogan “Daniel Scioli 2023″ a nivel nacional, al tiempo que impulsan la candidatura de Victoria Tolosa Paz en la provincia de Buenos Aires. La platense anunció hace una semana, mientras Massa estaba en China, que estaba dispuesta a enfrentar al candidato del kirchnerismo y el massismo. Que, si Cristina Kirchner no cambia de plan, sería Axel Kicillof.
El “albertismo” también acelera el armado de la pata bonaerense del Partido por el Trabajo y la Equidad (ParTE), que conduce el legislador porteño Claudio Ferreño, referente peronista de la ciudad muy cercano al Presidente. Por caso, hoy recibieron la aprobación de la justicia electoral local para presentar listas propias en todos los municipios luego de que Máximo Kirchner advirtiera que no estaría dispuesto a compartir la nómina que encabezaría el gobernador. Mientras tanto, Scioli busca respaldo en los sectores de base del peronismo. Ayer, por ejemplo, estuvo reunido con el titular de Camioneros, Pablo Moyano, que dio una muestra de respaldo a su candidatura, aunque no de manera explícita, al menos por el momento.
Muy cerca del Presidente aseguraron que no existe un candidato de consenso, y que por eso las PASO siguen siendo la mejor opción para dirimir candidaturas. El primer mandatario, sin embargo, se niega a admitir que tenga preferencia por Scioli, a pesar de relación de amistad que los une. En cambio, insiste en que quiere ponerse ”por encima” de la disputa interna.
En Balcarce 50 aseguran también que no están preocupados por la conformación del Frente de Todos para este año electoral, que quedó en manos del presidente del Congreso del PJ, Gildo Insfran, gobernador de Formosa aliado al kirchnerismo; de Massa, como titular del Frente Renovador; y de Cristina Kirchner como representante del espacio mayoritario de la coalición. Alberto Fernández, a pesar de ser el jefe del justicialismo a nivel nacional, no tiene injerencia en el armado, pero repite ante los propios que no teme que lo dejen afuera en la presentación que vence el miércoles 14.
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